jueves, 16 de mayo de 2013
Petróleo y gas en Centroamérica: La disputa geopolítica
Por Rafael Cuevas Molina*
El ingreso de Guatemala y Honduras a Petrocaribe es muy significativo, sobre todo porque, en buena medida, el golpe de Estado en este segundo país tuvo como leitmotiv el acercamiento del entonces presidente Manuel Zelaya precisamente a esa organización y al ALBA.
Los presidentes y representantes de Petrocaribe,
incluido Porfirio Lobo de Honduras,
en el Cuartel de la Montaña en Caracas.
La visita del presidente de los Estados Unidos a Centroamérica, y acontecimientos posteriores ocurridos pocos días después en Caracas, ponen de manifiesto por dónde se desarrolla en este momento la disputa geopolítica en la cintura de América.
A menos que el presidente norteamericano haya llevado consigo una agenda oculta que, hasta el momento, nadie a revelado, su visita no fue más que un gesto simbólico para poner de manifiesto que ellos siguen estando ahí, y que su presencia es tan aparatosa como toda la parafernalia que implicó el operativo montado en San José, Costa Rica, para que estuviera apenas 22 horas en el país.
En efecto, el presidente llegó, se reunió con la presidenta del país anfitrión, y cenó con los presidentes de la región ese día por la noche. Al día siguiente se reunió con empresarios, y partió sin pena ni gloria hacia el medio día. El único aspecto que puede prestarse a especulación de lo tratado en ese espacio de tiempo se deriva, primero, de las reuniones mantenidas con el empresario y astronauta norteamericano de origen costarricense, Franklin Chang, quien se encuentra investigando nuevas formas de energía, en este caso el plasma, que piensa aplicar a motores de naves que deban realizar viajes interplanetarios; y, en segundo lugar, el tema de la posible exportación de gas natural de los Estados Unidos a Centroamérica.
El tema del gas fue tratado de forma vaga y difusa por parte de la nación del norte. Como se sabe, los Estados Unidos están próximos a poder autoabastecerse, estarán en la posibilidad de exportarlo, y Centroamérica está interesada en sustituir con él el bunker con el que mueve sus plantas térmicas y que encarecen el costo de producción de electricidad.
Sin embargo, la respuesta norteamericana no fue contundente, como esperaban con cierta avidez en la región, y se limitó a prometer que, llegado el momento, se contemplaría con interés y simpatía la petición. Se advirtió, eso sí, que existe una bastante compleja legislación en los Estados Unidos, que es engorrosa y debe respetarse. Es decir, nada en concreto.
No había terminado de despegar el avión de Obama del aeropuerto Juan Santamaría de Costa Rica, cuando tuvo lugar, en Caracas, la cumbre de Petrocaribe, en la cual ingresaron como miembros plenos nada más y nada menos que Guatemala y Honduras.
Esta primera reunión de Petrocaribe en la era poschávez tuvo una especial relevancia porque en ella se perfiló con más claridad el objetivo de crear la Zona Económica de Petrocaribe (Zep), y la creación del sistema de Fondos Bilaterales para la Integración Petrocaribe (Fobip). Y, para cerrar con broche de oro, y como de gestos simbólicos también trata esta relación, la declaración final de esta VII Cumbre de Petrocaribe se realizó en el Cuartel de la Montaña, sitio en el cual yacen los restos de Hugo Chávez.
El ingreso de Guatemala y Honduras a Petrocaribe es muy significativo, sobre todo porque, en buena medida, el golpe de Estado en este segundo país tuvo como leitmotiv el acercamiento del entonces presidente Manuel Zelaya precisamente a esa organización y al ALBA. Para los Estados Unidos (y para la oligarquía hondureña, pero eso prácticamente no cuenta) era inconcebible que el portaviones Honduras, en donde tienen importantísimas bases militares, se les fuera de las manos. Y resulta que, menos de tres años después, el títere que pusieron a la cabeza del nuevo gobierno hace, precisamente, lo que no querían que hiciera, y se acerca de nuevo a Venezuela.
Dos aspectos queremos remarcar de este acontecimiento: 1) que, una vez más, los Estados Unidos se están quedando solos en la región en relación con su política hacia Venezuela, pues solamente ellos siguen apoyando las demandas y la agresividad de la oposición venezolana. Eso queda evidenciado de forma clara y contundente con el ingreso a Petrocaribe de dos regímenes centroamericanos que no pueden caracterizarse, ni lejanamente, como “pro-chavistas”, y la simbólica fotografía de los jefes de Estado de esa organización frente al Cuartel de la Montaña en Caracas; y 2) que esos mismos Estados Unidos no logran salir de sus viejos esquemas en relación con América Latina, a pesar del impulso del smart power de la administración Obama. Un ejemplo de primer orden lo constituye esta jugada geoestratégica que acaba de protagonizar Venezuela en Centroamérica, que quita nuevamente la iniciativa a los Estados Unidos.
* Presidente AUNA-Costa Rica
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