viernes, 24 de mayo de 2013

Red juvenil del COFADEH afirma que es necesaria la formación en DD.HH para contrarrestar desempleo, inseguridad y asesinatos




Por Sandra Rodríguez

Un fin de semana diferente, aprendiendo, compartiendo y exponiendo sobre la vida de personas que en la década de los ochenta, también querían un país diferente, con oportunidades y mejor trato para la juventud hondureña, así lo describió miembros de la Red de jóvenes defensores de derechos humanos que capacita el COFADEH.

En el encuentro participaron más de 60 jóvenes provenientes de Santa Bárbara, La Esperanza, Siguatepeque, Tegucigalpa, Juticalpa Ojojona y Santa Ana, quienes durante el sábado 18 de mayo, analizaron la problemática que les afecta en sus regiones, y como buscar soluciones para contrarrestarla.     

El Hogar contra el Olvido, centro dedicado a la Memoria, ubicado en Santa Ana, a unos 25 kilómetros al sur de Tegucigalpa, fue el albergue de la juventud del Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras, COFADEH, quienes se forman en el marco del proyecto “Ampliación y Fortalecimiento de las Redes de Jóvenes Defensores y Defensoras de Derechos Humanos en seis regiones geográficas de Honduras”, ejecutado con el apoyo del gobierno de Finlandia.

El encuentro, inició cuando Nohemy Pérez, una de las fundadoras del COFADEH, compartió su experiencia desde los 14 años de edad, en la búsqueda de su hermano Samuel Pérez, detenido desaparecido cuando ingresaba a Honduras, en 1982.

Posteriormente, Álvaro Cálix, quien previo al encuentro, se reunió con representantes de cada zona para analizar cuáles son los principales problemas que les afecta como jóvenes, dio a conocer parte de los resultados, los mismos que los demás participantes pudieron debatir y hasta proponer otras problemáticas.

Los y las jóvenes manifestaron que, con lo expuesto, como ser deserción escolar, desempleo, narcotráfico, corrupción, embarazo en adolescentes, inseguridad, falta de oportunidades, entre otros, se sienten identificados, pues no creen que exista el suficiente apoyo de aparte de las autoridades correspondientes, ni la empresa privada, para que exista un desarrollo integral que les permita manifestar sus ideas y aportar soluciones para incidir en  los cambios que Honduras necesita.


Una vez compartida y analizada la problemática planteada, los y las jóvenes, se juntaron en grupos según su procedencia, para realizar una actividad  denominada “el árbol de problemas” en el que plasmaron cual es la raíz del problema, el tronco que simboliza el momento del problema, las ramas y hojas son las consecuencias del problema, pero la copa del árbol es la solución que ellos crean posible.

La red juvenil de Juticalpa (nor-oriente), manifestó que uno de los problemas que más les afecta es la drogadicción, lo que está provocando la proliferación de la delincuencia, la deserción escolar, malos tratos con demás miembros de la sociedad, desintegración familiar y búsqueda de soluciones fáciles para sobrevivir, lo que no es correcto, porque mientras la mayoría de jóvenes se esfuerzan por hacer las cosas bien, unos pocos, a veces los dejan en mal, y provoca la estigmatización.

Por lo que es necesario hacer incidencia en la mayoría de los jóvenes, para que se valores, y su autoestima esté alta, que no crean que sea necesario el uso de las drogas para sentirse fuertes o poderosos, porque la fuerza principal debe surgir del interior de cada uno.

La red de jóvenes de Santa Bárbara (centro-occidente), expuso que su árbol de problemas en este momento son las empresas mineras, ya que en su departamento estas proliferan por todos lados, diciéndoles creer que llevan desarrollo a través de las “mimas verdes”, pero este es solo un engaño, porque todas las minas son a cielo abierto, lo que contamina el ambiente y causa daños de salud a los pobladores cercanos e impacta en la fuentes de agua y el bosque.

Por lo que, de debe educar a la juventud en materia derecho ambiental y leyes que se emanan desde el poder Legislativo, que tengan que ver con la minería, el agua, la convivencia social y demás tratados internacionales que velan por los derechos de los pueblos indígenas y tribales, como el convenio 169 de la OIT, que establece como manejar los proyectos de desarrollo, siempre y cuando se sociabilicen con los habitantes, pero la mayoría de personas desconocen dichos instrumentos legales que les acuerpan.

Mientras que en Siguatepeque un problema latente es el desempleo, la red de jóvenes de ahí, dijo que es hasta desmotivante esforzarse por estudiar, tener un título que lo acredite como profesional en diferentes áreas, si al buscar empleo no encuentras, ni se les da la oportunidad de demostrar sus capacidades.


Necesitamos que existan fuentes de trabajo que no discriminen a nadie “muy joven no tiene experiencia” “muy viejo ya no puede rendir”, vemos que los empresarios desaprovechan las capacidades de nosotros que tenemos ideas innovadoras, y hacen a un lado la experiencia de las personas mayores, por lo que las personas desempleadas se orillan a buscar otras formas –no tan adecuadas- para sobrevivir.

Por su parte, la red de jóvenes de Francisco Morazán, integrada por estudiantes de Tegucigalpa, Ojona y Santa Ana, manifestaron su preocupación por los asesinatos de jóvenes, ya que cada día se informa que aparecen jóvenes ejecutados, y lo expresan como si fuera delito común, pero muchos casos son extrajudiciales.

Hay un plan para amedrentar a la juventud, y esto es para limitar la libertad de expresión, el derecho de asociación y libertad de pensamiento, pues se nos intimida y hasta asesina si nos atrevemos a pensar diferente a los intereses de los grupos de poder que por tiempos nos han mantenido esclavizados.

Por lo que urge no quedarse callados, sino que debemos denunciar cualquier hecho anormal como persecución, hostigamiento y malos tratos de parte de las autoridades públicas, conocer más sobre los derechos que nos asisten, la convención Iberoamericana de Derechos de la juventud y las leyes nacionales debemos hacerlas nuestras, para que nos respeten, que no crean que por ser jóvenes no tenemos derecho o somos ignorantes, sino que somos agentes de cambio y que defendemos a los y las demás jóvenes.

Kioskos de Memoria
Los senderos del Hogar Contra el Olvido, fueron el escenario para exponer kioskos dedicados a la memoria, cuatro grupos integrados por jóvenes de todas las regiones, sexo y edad, eligieron la historia de alguna personas detenida desaparecida por fuerzas represoras de Honduras en la década de los ochenta.

Además, de la exposición de la vida e ideales de los detenidos desaparecidos, también expusieron sobre algún problema que afecta en general a la juventud del país.

El grupo número uno, expuso sobre la vida del estudiante Eduardo Lanza, quien por sus ideales y luchas sociales en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, UNAH, a inicios de la década de los ochenta, fue detenido-desaparecido, torturado y posteriormente se encontró sus restos muy dañado.

Eduardo nos enseña que debemos luchar por nuestros ideales, no tener miedo y poder ser parte de los que se esfuerzan por un mejor país, manifestó el grupo. Quien dijo que el país al igual que hace treinta años,  sigue inmerso en un ámbito de corrupción, lo que agudiza los problemas de manera general, pues no se sabe ni en quien confiar.


El grupo número dos, habló sobre Samuel Pérez, un joven que salió fuera del país a estudiar, pero a su regreso, en la frontera con Nicaragua, junto a tres jóvenes más, lo bajaron del autobús y no se volvió a saber de él, ni de Ediltrudis, Enrique, ni Julio, sus compañeros de viaje.

Este grupo, manifestó que la educación es básica para enfrentar a quienes les atacan, pues no es con armas o malas prácticas, sino no esfuerzo e ideas nuevas que van a colaborar en los cambios. Y manifestaron que un problema que les está truncando sus sueños, son los embarazos en la adolescencia, pues cada día, esto provoca más muertes en los partos, niños con enfermedades, deserción escolar y explotación laboral infantil.

El grupo número tres, habló sobre Tomas Nativí Gálvez, esposo de la coordinadora del COFADEH, Bertha Oliva. “don Tomas era un revolucionario que aspiraba a un país diferente y por eso lo desaparecieron” expusieron los jóvenes del kiosko.

Y manifestaron que el problema que les afecta de modo general es el desempleo. Hay muchos centros educativos, muchas opciones de elegir una carrera, pero no hay opciones de trabajar, por lo que ya n podemos seguir estudiando en niveles superiores, y siempre las oportunidades las tendrán pocas personas, y generalmente de los mismos grupos de siempre, los del poder.

El grupo número cuatro, expuso sobre dos mujeres centroamericanas, Nora Gómez de Barillas, cercana colaboradora de Monseñor Oscar Arnulfo Romero, asesinado en 1980 en San Salvador, ella vino junto a su familia huyendo de los detractores del Obispo, pero aquí a inicios de los 80, la desaparecieron. Y también hablaron de la costarricense Yolanda Solis, una estudiante, de la que no se supo su paradero.


Los problemas que se destacaron en este kiosko, fue la corrupción en la policía, la privatización de los recursos naturales, secuestros y las malas influencias que arrastran a los jóvenes a desviarse del camino correcto y la búsqueda de sus ideales.

José Manuel de Ojojona, manifestó que el encuentro fue muy bueno, y además porque vieron que la lucha va más allá del ser humano, sino que involucra la naturaleza, que al final siempre impacta en los habitantes, como ser las mineras en Santa Bárbara y el parque de energía eólico en Santa Ana, que incluso y ano permite que los campesinos siembren en sus tierras y ha roto el paso migratorio de las aves.

Cristian, de La Esperanza Intibucá, dijo que los problemas que tienen como jóvenes son muy difíciles, pero eso fue lo productivo, el poder compartir las experiencias, y saber que no están solos. Que continuarán en la lucha contra la estigmatización y buscarán los espacios que se les niega en la sociedad.

Sindy, de Juticalpa, declaró que los y las jóvenes, después de este encuentro, no es posible que continúen “dormidos”, debemos ir a nuestros municipios, organizarnos para dar a conocer lo que aprendemos. Que la drogadicción o el embarazo precoz nos sigan ganando terreno, sino que generemos la incidencia.   

Cesar, de Santa Bárbara, dijo que fue un encuentro para compartir lo que vive la juventud hondureña, que la incidencia de COFADEH, es muy buena, porque les permite ver a realidad tal cual es, y nos da la preparación para que rompamos estos círculos, desde la explotación humana  hasta la minería a cielo abierto.

Ana, de Tegucigalpa, expresó que este encuentro de redes ha sido un gran avance para los conocimientos de cada uno de los participantes, pues expusimos problemas de los que vivimos en nuestra comunidad, y dimos ideas de lo que nos gustaría tener o vivir en este país. Sobre todo el respeto a la vida humana, queremos vivir en libertad.

Luis, de Siguatepeque, regresó muy entusiasman a su comunidad, pues dijo que lo aprendido en el encuentro dio ideas para contrarrestar la problemática que viven en los centros educativos, como ser la falta de ética de los maestros, la delincuencia y falta de oportunidades. Pues debemos organizarnos y saber a qué  autoridades acudir para que nos ayuden en la defensa de los derechos humanos. Debemos prepararnos más y enseñar a otros.

En encuentro finalizó con un recorrido por la ciudad típica de Ojojona, Nelson Rodas defensor de derechos humanos y miembro de la REDEHSUR, (red Organizada por el COFADEH, en el sur de Honduras), les dio un recorrido y explicó parte de los murales que cuentan la historia de lucha de la comunidad.  

Y por la noche, el Hogar Contra el Olvido, se convirtió en el escenario para una jornada cultural, donde los y las participantes en este encuentro nacional de la red Juvenil del COFADEH, mostraron sus talentos y lo que hacen en sus zonas. Hubo danzas, juegos ancestrales como el “aro maya” y lo más importante, que todos y todas estaban integradas sin distinguir su procedencia.

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