miércoles, 15 de mayo de 2013

Entre las redes de la atarraya golpista



Por Galel Cárdenas

No pasan siquiera dos o tres semanas para comprobar que los cantos de sirena perversa que produce Juan Orlando Hernández y su abanico de leyes que desmantelan el Estado para convertirlo en un remedo normativo de un país sometido a los caprichos y visión de mundo del imperio, sigue siendo eso: una red que atrapa ingenuos y crédulos de este sistema de injusticia pleno de prevaricación desmedida, cínica y vergonzante.

De acuerdo con el DRAE, la prevaricación es el delito peculiar de los funcionarios públicos que dictan maliciosamente resoluciones injustas (judiciales o administrativas) y que faltan al cumplimiento de los deberes a los funcionarios adjudicados.

Así que con la malicia del caso todas las leyes y decretos emitidos por Juan Orlando Hernández tienden a consolidar el concepto acá vertido, sobre la emisión de leyes que en el fondo tienden a consolidar el sistema de injusticia a que nos tiene sometidos todos los gobiernos sucedáneos del golpismo.

Ni las exoneraciones, ni la democratización de la ley de telecomunicaciones, ni la ley que regula las tarjetas de crédito son observadas, cumplidas y sancionadas por los entes normalizadores.

Y así que de tanto en tanto y de poco en poco nos van regalando el atol con un palillo de dientes,  con el fin de que creamos en las bondades de los protagonistas sobre  la creación de las leyes y de sus padrinos intelectuales, quienes a lo mejor,  allá en sus hogares, con la tibieza del arrumaco íntimo,  han de reírse -con la pareja del momento- de todos los ingenuos que atados a un medio de expresión masiva, van comentado las bondades de esta, aquella y la otra ley emitida por los saltimbanquis de los partidos tradicionales.

Y poco a poco se van convenciendo, después, que este régimen sucedáneo del golpe sólo posee en sus más caros sentimientos, la perversión, la burla, el cinismo, y hasta la socarronería del que cumpliendo con su papel de cómico de la corte, va repartiendo sonrisas y explicaciones doctrinarias haladas todas de los cabellos, con el propósito de proseguir la vulgar comedia instalada medio a medio de las expectativas del pueblo.

Las redes legislativas de la atarraya gubernamental son lanzadas al vacío de la opinión pública  con el objetivo de evitar en cada momento una caída estrepitosa que los conduzca a la derrota en las urnas por el partido Libertad y Refundación

Mientras tanto, el pueblo sufre hambre, desempleo, enfermedades, es decir,  todas las plagas de la miseria social a que ha sido sometido el pueblo, durante todo el período del golpismo sucedáneo de Porfirio Lobo Sosa, cuya engañifa sigue siendo su principal carta de presentación para cada día del calendario anual oficial de un gobierno ausente de masa popular y carente de la más estricta sensibilidad humana, pese a su estribillo hipócrita, con el cual estafaron a los votantes independientes.

Ya nada queda por engañar, solamente quedan los eternamente ingenuos que creen en la palabra del porfiriato y el orlandato cachureco, porque del otro lado está el inmenso océano de la conciencia patriótica que habrá de vencer en las urnas de veinte y cuatro de noviembre del presente año, a este dúo dinámico de la mentira y la falacia argumental demagógica.

No hay comentarios: