viernes, 17 de mayo de 2013

Violencia realista


Rebelión

Por Oriol Alonso Cano

"De la realidad. Fines de la filosofía". Gianni Vattimo. Herder Editorial, Barcelona, 2013, 254 páginas.

Gianni Vattimo vuelve a la carga. Tras su inquietante y majestuosos Comunismo Hermenéutico. De Heidegger a Marx, elaborado mano a mano junto a Santiago Zabala, ahora llega en castellano una obra que compendia una serie de lecciones, conferencias y seminarios que gravitan en torno al mismo eje: la destrucción del realismo. Para nuestro autor, sólo hay una única manera, en nuestra maltrecha contemporaneidad, de continuar gozando de una carácter verdaderamente revolucionario, y esta forma no es otra que la de ser capaces de destruir la lógica del realismo. En particular, la corriente realista, que impregna tanto el imaginario colectivo social como filosófico, se basa en una violencia estructural al pretender imponer un determinado orden preestablecido (producto de unos intereses determinados de clase o de otro orden). Por ese motivo, únicamente si somos capaces de deconstruir dicho imperio de lo real, de lo estipulado de antemano, podremos ser fieles a un espíritu transgresor y, por ende, intentar socavar las simientes que alimentan la violencia del sistema.

La obra se centra, especialmente, en las lecciones que materializó Vattimo en Lovaina y Glasgow. Si en las primeras, su discurso se centra en una reconstrucción genealógica de su propuesta de debilidad ontológica , dirigiendo la atención especulativa a las propuestas de Nietzsche y Heidegger, en las de Glasgow su pensamiento se desliza por las consecuencias que tiene el pensamiento débil en diversos campos de la filosofía, lenguaje y ética. En ellas articula una sagaz y demoledora crítica a la corriente realista que impregna dichos campos, negando cualesquier estatuto de validez a una realidad independiente que se imponga al sujeto como dada de antemano. Toda manifestación de la realidad siempre se enmarca en el seno de un contexto histórico e interpretativo, nunca se estipula ontológicamente como un dato apodíctico. En el momento en que se intenta legitimar una realidad objetiva, en el fondo se está llevando a cabo una legitimación, a la sazón de la violencia, de un determinado orden que beneficia los intereses de alguien (o de muchos). Para Vattimo, haciendo referencia al célebre dictum nitzscheano, nunca podemos hablar de la existencia de hechos, sino sólo de interpretaciones.

Finalmente, la tercera y última parte del libro se articula en derredor de una serie de conferencias y seminarios, con un carácter marcadamente político, siguiendo el rumbo trazado en Comunismo Hermenéutico. Solamente un comunismo de naturaleza interpretativa, hermenéutica y débil, se erige en una garantía de lucha de los derechos de aquellos miembros de la sociedad que se hallan en los márgenes de la misma, los débiles. Únicamente siendo hermenéuticos podremos ser verdaderamente revolucionarios.

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