Marpa
Tras conocerse el veredicto de culpabilidad por narcotráfico contra Juan Antonio “Tony” Hernández, hermano del jefe del régimen Juan Orlando Hernández, emitido este viernes por el Jurado integrado en la Corte del Distrito Sur de New York, en Estados Unidos, la Coordinadora General del Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH), Bertha Oliva señaló que ahora es el tiempo de los ofendidos y ofendidas por la violencia desatada por el tráfico de drogas y que es el turno del pueblo hondureño para demandar la salida del usurpador del poder.
“Yo como persona, como representante de una organización de familiares de víctimas, que sabemos lo que es el dolor, que sabemos lo que es la destrucción del hogar, no podemos celebrar las condiciones en que ha de estar la familia de Juan Antonio “Tony” Hernández, dijo en sus primeras declaraciones vertidas por Bertha Oliva a www.defensoresenlinea.com que la consultó sobre el tema.
“Pero sí tenemos clarísimo que es el turno de las y los ofendidos, es el turno del pueblo hondureño, es el turno de las familias que han sido asesinadas producto de este negocio ilícito que dirigió el señor Hernández”, resaltó.
Oliva dijo que tenemos que ver objetivamente la vergüenza en que está sumida y puesta en pantalla, en vitrina ante el mundo, de nuevo Honduras. Y no está en pantalla grande por avances en temas de democracia, justicia, verdad o de combate a la impunidad; sino que está por ser incapaces los encargados de la investigación, de los requerimientos, de la acción penal, de la persecución del delito, que se han coludido con los actores de hechos que ponen en vergüenza y que desangran a Honduras ante el mundo.
“Eso yo lo lamento tanto y me duele tanto porque quisiera que a estar alturas de lucha y de trabajar por los derechos humanos, tuviéramos mejores resultados y lo que pienso es que se nos viene en la actualidad el mundo encima”, advirtió.
Oliva dijo que por los momentos no hay ninguna posibilidad de tener paz en el país debido a despliegues militares que se están generando, al descontento de militares de alto rango a lo interno de las Fuerzas Armadas (FFAA), a la poca capacidad en que han dejado al pueblo hondureño para enfrentar una serie de actos de barbarie y de violencia, porque no se ha generado una respuesta a la demanda colectiva que se ha venido generando.
Porque “la respuesta es que han usado a esas fuerzas militares, a esas fuerzas policiales y a las instituciones del estado para oprimir, para reprimir, para matar, para torturar; hasta exiliar a hombres y mujeres valientes y dignos de este país que han luchado por recuperar la patria.”
Oliva señaló que el gran tema ahora es cómo se recupera la institucionalidad, porque a mí me ha tocado llorar en soledad porque siento que la patria está herida, y que los hijos e hijas no hemos tenido el antídoto para que no continúe desangrándose.
Pero, por otro lado, creo en la ciudadanía, creo que un día no muy lejano la ciudadanía podrá elegir su propio destino y que podamos llegar a tener una patria libre donde se recupere la dignidad.
“Es tiempo ya que los opresores del país, que los que han colocado en vergüenza y en las perores condiciones al país se alejen, es tiempo que dejen de fumar y tomar cocaína, porque una persona no sólo que venda y la exporta; sino que la consuma, es que puede pensar que se le está haciendo un daño a determinado partido, sólo una persona que tiene doble moral o que ande con una gran dosis de cocaína en el cerebro, puede creer que no hay toda una estrategia en determinado partido para arrasar con el país.”, reflexionó Oliva.
La Coordinadora General del COFADEH dijo que se ha estado arrasando con los recursos naturales, se ha estado golpeando la dignidad del pueblo y que esa es una política de perversos e impunes hondureños, que haciendo uso de las estructuras del poder, nos han llevado hasta donde estamos en la actualidad.
¡Quieren hacernos creer que estamos en democracia por Dios Santo!, quieren hacernos creer que aquí no ha pasado nada, que no hay ningún vínculo entre un hermano y el otro hermano, por eso he dicho que nosotros debemos decir que Honduras no es un narco estado, porque el estado es toda la ciudadanía, lo que debemos decir “es que lo que hay es un narco gobierno, una narco-dictadura, eso es lo que tenemos”.
Oliva comparó a México y Colombia con Honduras y expresó que en esos países los narcotraficantes luchan por alcanzar el poder de sus naciones y controlarlas, pero que acá en Honduras, la diferencia es que los que dirigen y que ilegalmente se apoderaron de los sellos de nuestra patria, son los que controlan el estado a través de un cartel de narcotraficantes.
La Coordinadora del COFADEH apuntó que para la nación la situación es muy difícil y muy peligrosa, pero que a pesar que desde el poder se ha venido truncando el derecho a la información y a la libre expresión, es imperativo que el pueblo salga a las calles a demandar la salida del poder de Juan Orlando Hernández y toda su estructura.
“Es necesario reunir fuerzas y voluntades en las calles y articularnos para colocar ante el mundo, que hay una mayoría del pueblo que condena este estado de injusticia en que nos han sometido por intereses económicos y personales de una élite que quiere seguir disfrutando del poder económico y político”, sentenció la defensora de derechos humanos.
En cadena nacional de radio y televisión, el jefe del régimen Juan Orlando Hernández, cuestionó la credibilidad de los testigos utilizados por la Fiscalía de New York durante el juicio incoado contra su hermano. Hernández lamentó que no se hayan tomado en cuenta los esfuerzos de su régimen para combatir el narcotráfico y rechazó los señalamientos de que Honduras es un narco-estado.
Entretanto diversos sectores de la sociedad reaccionaron en los medios de comunicación, entre ellos el partido Libertad y Refundación (Libre) que, en conferencia de prensa, instó al pueblo a manifestarse pacíficamente en las calles para exigir la salida de Juan Orlando Hernández y proceder a consensuar con las fuerzas políticas, el adelanto de las elecciones que permita la instalación de una Asamblea Nacional Constituyente que posibilite la refundación de Honduras.
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