jueves, 8 de agosto de 2019

En un verde silencio crece el Bosque de la Esperanza



Por Sandra Rodríguez

El silencio es acompañado por el viento que atraviesa la zona indígena a 25 kilómetros al sur de Tegucigalpa. El pasto verde y la tierra húmeda se acomodan sobre las terrazas lencas marcando los senderos del “Bosque de la Esperanza”.

Ubicado en el Hogar Contra el Olvido, por ahora, lo llamaremos Bosque de la Esperanza, ya que, para llegar al bosque de la Memoria tenemos que esperar, detalló Berta Oliva, mientras caminaba entre uno de los senderos que ahora une el salón principal con el nuevo salón que se construye en memoria de las juventudes víctimas de violaciones a los derechos, como Dixie Miguel Urbina Rosales, asesinado en 1995.

La defensora de derechos humanos y  coordinadora general del Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH), comentó que el bosque, como un proyecto de memoria histórica “se va a dar porque se va a dar”. La meta es tener 184  árboles grandes y frondosos, pero con el paso del tiempo no todos prosperan, así que es un reto continuo estar replantando la zona, además sembrando otros –lastimosamente- de nuevas víctimas.

Pero los árboles que ya tenemos, dan tanta energía y tanta vitalidad, que logramos entender en ellos, el cariño por la vida que conservamos por los detenidos desaparecidos, afirmó Oliva. Cada árbol tiene el nombre de una de las víctimas de lesa humanidad, y fueron plantados por familiares o amigos.

El lugar es para que se den más reencuentros con la memoria, que lleguen las familias o amistades de los detenidos desaparecidos, que sientan en los árboles de la memoria a sus seres queridos, tal como pasó hace dos años con el dirigente magisterial Sergio Rivera, quien fue en búsqueda del árbol en memoria de su amigo y compañero Roger Gonzales, y como en un llamado espiritual lo encontró y se produjo un espacio de silencio mientras lo contemplaba.

Estos gestos, dijo Oliva, pueden hacerlos en público o en privado, además tenemos que educar a la población de Santa Ana y a la población de Honduras, sin hacer cátedra hablando sino iluminando con la llama de la esperanza, la cual es educar sin hallar.

Esta llama de la esperanza, simbólicamente está ubicada en la plaza cultural del Hogar Contra el Olvido, para llegar hasta allí hay que seguir por los verdes senderos o por el camino de gradas empedradas.

Tipos de árboles

La zona se ha reforestado con árboles de caoba y cedro, aunque es preferible la caoba porque es un árbol tan fuerte, tan lleno de vida, pero sobre todo tan preciado y precioso, y eso es lo que significan nuestros detenidos desaparecidos, explicó la defensora.

El compromiso que COFADEH tiene con la memoria es sembrar un árbol por cada vida que perdió, y con el paso del tiempo se pretende tener cosecha, la cual ya se está dando y es la  memoria.

Para el caso, hasta hace un año parecía imposible que poder retomar el tema del 30 de Agosto como Día Nacional del Detenido Desaparecido, sin embargo, desde la Convergencia Contra el Continuismo, miles de personas de todo el país –recordó Oliva-  “habitantes buenos, honrados, decentes que queremos honrar la patria, nos encontramos en Tegucigalpa, caminamos, sudamos y encendimos la esperanza”.

Y para este año se pretende hacer lo mismo, concentrase, hablar, platicar, recordar a las y los detenidos desaparecidos, como un menor tributo para  honrar la memoria de líderes sociales, estudiantes, sindicalistas y demás soñadores que desean una mejor patria.

Estar en las calles el próximo 30 de agosto es “un homenaje a esos que se fueron, que nos los arrebataron, y otro que es claro el mensaje para los asesinos, para los arquitectos del mal, para los que aún siguen instalados hablando de un Estado de Derecho, de legalidad de un Estado que no tiene derecho ni respeto por la Constitución de la República en el Congreso Nacional”. Berta Oliva

Pasadas casi cuatro décadas de la implementación de la Doctrina de Seguridad Nacional, de la cual Berta es sobreviviente, afirmó que todavía hay gente hablando por ahí, y que fueron financieros y tesoreros de la -Asociación para el Progreso de Honduras- APROH, a ellos también les llegará  su turno; y esos que andan hablando de seguridad en el momento que más inseguro está el país, porque ellos son parte de la inseguridad, también les llegará su turno.

La defensora de los derechos humanos aclaró que, nosotras no queremos el turno como ellos hicieron, nosotras amamos la vida, lo que luchamos es por obtener la verdad y castigarlos.

Alguna gente dice “Berta pero justicia tardía no es justicia”, yo digo “no señores, claro que es justicia” ¿saben por qué? porque hemos enseñado a estos arquitectos del mal que están en contra de la vida, que aunque anden vestidos con los casimires más finos que su bonanza les puede dar.

Saben que su alma está más podrida, y cada día va más podrida porque son incapaces de desafiar su propio terror, porque son cobardes al no decir y explicar que fue lo que hicieron con ellos y ellas (detenidos desaparecidos), a esos les llegará su turno y nosotras creemos que les va a llegar, porque somos constructoras de amor, de paz y además tratamos de construir algo más, que es preservar la vida y eso no lo tienen ellos, que son destructores de la vida y la privacidad de uno.

Con centros como el Hogar Contra el Olvido a 23 kilómetros al sur de Tegucigalpa, el COFADEH, fundado por 12 familias en 1982, educar, forma y empodera a la población, quien se ha simado a reforestar en memoria de los detenidos desaparecidos, el bosque de la esperanza.

Este proyecto lo está abrazando mucha gente, incluso recibe calor desde otras latitudes “por eso debemos provocar a la población, compañeros y compañeras que debemos amar este espacio”.

Y mientras se terminaba el recorrido entre flores silvestres, mariposas, grillos y aves sobrevolando el espacio libre de torres de energía eólica, Berta Oliva, explicó que este homenaje a la memoria y lucha de los familiares de detenidos desaparecidos “es público y privado a la vez, porque es para la gente, no es para nosotras”.

El Hogar contra el Olvido, comprende el predio y construcciones posteriores, con el apoyo del gobierno de Holanda en la primera instancia para obtener el terreno en la comunidad indígena de La Joya, y después la construcción del salón principal, de color anaranjado con dos tulipanes pintados en las bases de la entrada, tras el otorgamiento a Berta Oliva, del premio Tulipán a los Derechos Humanos (2010), de parte del gobierno holandés, que permitió su construcción.

Con estos proyectos el COFADEH aporta a la humanidad parte de su lucha y sueños en obras tangibles, mientras las madres y esposas de los pañuelos blancos envejecen y avanzan en cada paso con tranquilidad, con la conciencia en paz y tratando de dejar y heredar todo lo mejor para Honduras en materia de derechos humanos.

Objetivos del Bosque de la Memoria

  • Reivindicar la memoria de las víctimas, inmortalizando sus ideas.
  • Personalizar y concretizar la categoría abstracta de las víctimas de desaparición forzada.
  • Construir un sitio de reunión y conmemoración para las familias de la víctima.
  • Mantener vivo los recuerdos de la historia reciente y de las víctimas.
  • Desarrollar sentimientos de solidaridad.
  • Un recordatorio permanente del temor de Estado que no debe volver a repetirse.

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