Por Javier Suazo
La secretaria ejecutiva de la CEPAL Alicia Bárcenas con el presidente Juan Orlando Hernández
Foto: La prensa.hn
“La CEPAL ha sido una organización de mucho respeto en América Latina,
pero Alicia Bárcenas luce desinformada y con poca capacidad analítica
sobre la realidad económica y social de Honduras: Presbish se sentiría avergonzado”
Hugo Noé Pino, expresidente del Banco Central de Honduras.
A Raúl Presbish se le acusó de muchas cosas, como ejemplo defender un pensamiento ecléctico y no tomar partido por una determinada corriente ideológica, pero no de ser complaciente y verter opiniones emotivas sobre la realidad económica y social de los países latinoamericanos. Otro destacado economista cepalino, Aníbal Pinto, destaca la interpretación cepalina en los temas del desarrollo, donde la visión cortoplacista del monetarismo en boga era insuficiente para entender los problemas estructurales que enfrenta la región Latinoamericana, uno de ellos las raíces de la inflación que van más allá de la existencia de mucho dinero en la economía; es decir, planteaba la necesidad de vigencia de un enfoque más amplio y crítico (A. Pinto 1973).
La Comisión Económica para América Latina (CEPAL) ha mantenido un pensamiento crítico del desarrollo, destacando, tal como lo planteó Raúl Presbish en sus primeros escritos, la especificidad de la inserción de sus economías al mercado mundial y las rigideces estructurales enfrentadas. El auge del monetarismo neoliberal de los 70s con Milton Friedman a la cabeza, no cambió este rumbo, aunque los énfasis de las estrategias y políticas recomendadas para los países lo incorporaran en el tratamiento de los problemas de inestabilidad económica de corto plazo, principalmente en la crisis de los 80s, la llamada década perdida.
En el caso de los problemas del sector real de tipo estructural, como la dependencia de ingresos provenientes de productos primarios, el bajo nivel de desarrollo tecnológico y su escasa absorción y la baja calificación de la mano de obra, han tenido un tratamiento diferenciado y selectivo; por un lado, se acepta la propuesta neoliberal de liberación de mercados y apuesta a la innovación y competitividad de las economías, pero se reconocen rezagos en tema de inequidad económica y social. Es más, algunas de las viejas tesis como la heterogeneidad estructural se reivindican, por lo menos en los escritos publicados.
Lo que extraña es el otorgamiento de un aval solapado a ciertos gobiernos dictatoriales, corruptos y violadores sistemáticos de derechos humanos y ejecutores de políticas neoliberales que literalmente expulsan población, sumen en la miseria al pueblo y matan.
Viene a la mente lo anterior, a raíz de la visita que hizo a Honduras, la Secretaria Ejecutiva de CEPAL, Alicia Bárcenas, al presentar el Plan Estratégico para el Desarrollo de los Países del Triángulo Norte (El Salvador, Honduras y Guatemala) y MEXICO, donde un primer desembolso de este gobierno de 30 millones de dólares ya se ha concretado. No solo defendió las cifras que destacan que Honduras es de las economías que más crecen en la región, sino que pronosticó que el país va por buen camino dada su estabilidad macroeconómica y atracción de inversión extranjera directa, tal como lo manifestó también el FMI al aprobar un nuevo Convenio de colaboración técnica y préstamo.
Las declaraciones de la destacada “intelectual” latinoamericana, vertidas en un programa liderado por un periodista especializado en “Lobbies cachurecos”, destacan que los empresarios tienes confianza de invertir en Honduras, sin mencionar que la mayor parte de la inversión en el país es reinversión de utilidades de negocios hechos con fondos del Estado mayormente teñidos de corrupción. De acuerdo a información de CEPAL, “La inversión extranjera directa de toda Centroamérica del año pasado bajó a un 9.5%, en Honduras no", afirmó la funcionaria internacional”. Presbish diría sobre el tema, pero Alicia, analizaste donde se concentra esa inversión (¿si las cifras son ciertas?), cuanto es el sacrificio fiscal y consultaste al Consejo Nacional de Corrupción (CNC), si hay coimas visibles.
Honduras, dijo también doña Alicia Bárcenas, era un país altamente endeudado (¿Se refiere acaso a antes de la vigencia de la HIPC?) y ahora es atractivo por la estabilidad macroeconómica y crecimiento del PIB de 3.5% para 2019, el más alto de los países de la región, sin tomar en cuenta las proyecciones a la baja de otros organismos internacionales. Habla de una deuda total (44 % del PIB), menor a las cifras del propio gobierno, Banco Mundial y Foro Social de la Deuda Externa (FOSDEH). Pero, Alicia, diría Aníbal Pinto, analizaste cuánto de esta deuda es ilegítima y corrupta, cuántos funcionarios del gobierno se han enriquecido con dicho endeudamiento y donde se focalizó; es más, revisaste que más del 30% de los ingresos se destinan al pago del servicio de la deuda, con tendencia a aumentar más en el futuro.
Doña Alicia Bárcenas “afirmó que los niveles de pobreza en Hondura han cambiado por la modernización de la medición de la canasta básica que ha implementado la Cepal”. "De acuerdo a nuestras cifras, y nuestras cifras son menores que las oficiales, la pobreza de Honduras es de 53.2% y la pobreza extrema es de 18.8%; es decir, nuestros niveles de pobreza para Honduras han cambiado por una razón: porque hicimos una modernización de la canasta básica el año pasado", explicó Bárcena. "La pobreza de Haití es mayor que la pobreza de Honduras, de acuerdo a las mediciones de la Cepal. Nosotros medimos la pobreza por el ingreso monetario; es decir, cuánto ingreso tiene la familia y con eso monetizamos la capacidad, su capacidad de cumplir sus necesidades básicas" (declaraciones programa Frente a Frente).
Alicia, diría Oscar Altimir, estás presentando las cifras de pobreza más bajas sobre Honduras, que muestra una diferencia alta con las manejadas por el gobierno (INE), Banco Mundial y FOSDEH, que hizo un estudio completo de medición de la pobreza apoyado por la Cooperación Suiza al Desarrollo (COSUDE). Deberían haber llevado a Honduras a uno de mis alumnos de CEPAL, para poder aclarar muchas cosas sobre el tema, en especial las bondades y debilidades del nuevo método de medición de pobreza por ingresos, donde Honduras, contrario al año pasado, ya no es el país más pobre de América y el Caribe, sino que Haití.
Igual, resulta curioso que las cifras de Honduras muestran una baja de la inversión publica en salud y educación, lo que ha llevado a la protesta de la población y gremios de médicos y maestros, pero, según la funcionaria, los recortes de gasto avalados por el FMI (¿léase: ajuste draconiano?) no sacrificaron dicha inversión.
Para doña Alicia Bárcenas, posible ministra en el gobierno de Manuel López Obrador, Honduras debe pasar a una cultura equitativa, ya que las exenciones fiscales le cuestan al pais 7% del PIB, más de 42,000 millones de lempiras anuales. Lo que viene siendo un lastre para la economía hondureña, y la respuesta del gobierno es eliminaciones selectivas no mayores del 1%. No se refirió al impacto negativo que tienen las altas cargas tributarias y costo de los servicios públicos en las pequeñas y medianas empresas, ya que son muy pocas exenciones que estas reciben, focalizándose mayormente en la industria maquiladora, comidas chatarras, empresas generadoras de energía y turismo de playa corporativo, donde se observa aumento de reinversión de las utilidades obtenidas.
Doña Alicia Bárcenas le debe una disculpa al pueblo hondureño, ya que no se puede medir el bienestar de un país por los recortes de gasto y aumento de impuestos que se traducen en un bajo déficit fiscal, baja inflación y crecimiento insuficiente del PIB en sectores generadores de pocos empleos de buena calidad. Hay que analizar estas medidas de política y su impacto en el sector real, destacando los problemas estructurales que frenan el desarrollo y no permiten avanzar, incluyendo la corrupción, impunidad y la crisis de gobernabilidad política y social de un gobierno ilegitimo.
Raúl Presbish y Aníbal Pinto, entre otros, agradecerían esta disculpa pública.
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