sábado, 31 de agosto de 2019

Los desaparecidos no lucharon en vano y sus semillas están plantadas



Por Marpa

El sacerdote episcopal Rigoberto Avila Natíví, que pastorea la iglesia en Newburgh, New York, Estados Unidos, visitó el lunes 27 de agosto, el Hogar contra el Olvido en Santa Ana, Francisco Morazán, para honrar la memoria de los detenidos desaparecidos de la década de los años ochenta.

El reverendo Avila Nativí es sobrino del dirigente del movimiento social hondureño y líder de la Unión Revolucionaria del Pueblo (URP), Tomás Nativí, desaparecido en junio de 1981, por “escuadrones de la muerte”, durante el período de la aplicación de la Doctrina de Seguridad Nacional en Honduras.

Senderos de árboles en el Hogar contra El Olvido
El sacerdote episcopal habló con www.defensoresenlinea.com y durante su visita al Hogar Contra el Olvido, donde se erige un monumento a los desaparecidos y desaparecidas, expresó que “llegar acá da tristeza, hay mucho dolor y sentimientos no sólo por ser familia de Tomás, sino por todas aquellas familias que perdieron sus hijos y que continúan perdiéndolos. Recordar este monumento y verlo, es saber que toda esta gente no luchó en vano y que sus semillas están plantadas”.

El terreno del “Hogar contra el Olvido”, rodeado de numerosos árboles y que está ubicado en la aldea La Joya, municipio de Santa Ana, fue adquirido por el Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH) en 1996, a través de fondos proporcionados por el gobierno de Holanda.

En 2010, en reconocimiento a su larga trayectoria por la defensa de los derechos humanos en Honduras, el gobierno y pueblo de Holanda, otorgó el prestigioso “Premio Tulipán” a la coordinadora General del COFADEH, Bertha Oliva.

Oliva destinó la totalidad del premio en metálico, a la edificación de una sala de conferencias, construcción de muros, dotación de energía eléctrica, agua  y otras facilidades. Actualmente está por finalizarse los trabajos de una sala oval destinada a la memoria histórica de los desaparecidos.

Avila Nativí dijo que el monumento a los desaparecidos, es también como esa luz, esa estrella que no tiene que apagarse, que tiene que inspirar, para que el joven hondureño sienta que hay un lugar donde se guarda la memoria de aquellos que han precedido todas estas luchas que tiene el pueblo hondureño en estos momentos, explicó.

Cuando se acerca la fecha en que se conmemora el Día Nacional del Detenido Desaparecido, el 30 de agosto, el padre Rigoberto instó al pueblo a manifestar su repudio frente a un régimen corrupto, ligado al narcotráfico y que asesina a su pueblo.

Y que ese reclamo debe hacerse para honrar las luchas emprendidas en el pasado por Tomás Nativí, Fidel Martínez, José María Reyes Mata, el padre Guadalupe, Eduardo Lanza, Roger Gonzáles, por los mártires del Jute y la columna guerrillera asesinada en Olancho. “Debemos hacerlo en memoria de cada persona que ha entregado algo por nuestro país”, sostuvo.

El padre Rigoberto comentó que durante su recorrido por El Progreso, Copán, Intibucá, la Esperanza y Tegucigalpa ha escuchado a muchas personas expresarle que no están conformes, que están indignados, que están en zozobra y que muchos compatriotas que han emigrado del país, lo hacen no sólo para lograr mejores condiciones de vida, “sino porque huyen de la violencia de este país. Incluso tengo en mi iglesia compatriotas que han hipotecado sus casas en Honduras, que han salido huyendo de comunidades como Gracias, Iguala y Belén del departamento de Lempira.

“Personas que han dejado hipotecadas sus propiedades porque no tuvieron otra alternativa de parte de las autoridades para apoyarlos en sus cultivos, abandonaron sus familias, así que una celebración como la del 30 de agosto debe servir para llamar la atención y transmitir el espíritu de aquellos que han luchado, porque nuestros hermanos están escapando de la violencia y de la corrupción en que las actuales autoridades de Honduras la han sumido”, señaló.

El reverendo Avila Nativí indicó que no podemos tapar el sol con un dedo desde Estados Unidos, porque nosotros que estamos afuera, vivimos una vida confortable, pero ustedes que están viviendo aquí, viven una vida difícil. A mí cuando me preguntan si el gobierno de Juan Orlando Hernández es corrupto, yo les digo, sí, es corrupto y narcotraficante.

“Porque aquí nosotros tenemos toda la información, nosotros sabemos día a día lo que está pasando en Honduras, a ustedes tal vez no les explican, porque los medios de comunicación les tienen los ojos vendados. Pero nosotros allá en Estados Unidos, cuando nos toca hablar decimos que el gobierno de Juan Orlando es un gobierno narcotraficante, porque si su hermano está allá, y su hermano Amílcar Hernández que es el jefe de seguridad, ¿cómo es que no van a saber que la familia está metida en el narcotráfico?, se preguntó el sacerdote episcopal.

Finalmente el padre Rigoberto invitó al pueblo hondureño, a tener fe y a no desmayar y llamó al partido Libertad y Refundación (LibRe) a abrir los espacios para escuchar las demandas de los compatriotas y a incluir a todo el movimiento social hondureño que aspira a cambiar el actual estado de las cosas.

No hay comentarios: