martes, 6 de agosto de 2019
Albita Rodríguez nos acompaña en el “plantón eterno”
Por Sandra Rodríguez
La Plaza de Los Desaparecidos este viernes guardó un profundo silencio. Seguramente la policía y militares que montan vigilancia al histórico plantón del Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH), se desconcertaron porque no llegaron las mujeres de “Los Pañuelos Blancos”.
El Plantón ayer fue diferente, fue solidario con la familia Rodríguez, ante la inesperada partida de Alba, la hija mayor de doña Albertina y hermana de Luisa Socorro, desaparecida en 1984. Finalmente en la eternidad, se han reencontrado. Porque ante la justicia terrenal no hallaron la verdad, el Estado hondureño les negó la justicia y las condenó a una búsqueda sin respuesta.
Tras el deceso de doña Albertina, Albita Rodríguez, asumió el papel de representar a la familia, en el COFADEH, en las acciones que por casi cuatro décadas no se apartan del objetivo en búsqueda de conocer la verdad ¿Dónde están los detenidos desaparecidos? Durante la implementación de la Doctrina de Seguridad Nacional en la década de 1980.
Para la coordinadora general del COFADEH, Berta Oliva, esta separación física la toma por sorpresa, es que nosotras estamos preparadas para la vida, no para la muerte.
Albita era una militante permanente de los plantones que se realizan el primer viernes de cada mes, fue una mujer que asumió la responsabilidad de representar a su madre doña Albertina Rodríguez, que se unió a lucha desde que supo de la desaparición de su hija Luisa Socorro para encontrarla con vida, y por supuesto enseñó a sus nietas el camino de la búsqueda, agregó.
En medio de la pobreza y limitante acceso a la salud digna y pública, Alba se despidió la mañana del 02 de agosto, coincidiendo con el primer viernes del mes, cuando el COFADEH preparaba sus mantas y reencontrarse con la familia y amigos de los detenidos desaparecidos. Pero la noticia de que Alba, posiblemente falleció de dengue, de la cual no hay un dictamen médico, cambió el día, y las compañeras se movilizaron a ver en que podían colaborar.
La partida de Alba, es una muestra como la indiferencia estatal sigue golpeando la exigencia de verdad y justicia, así mismo la decisión que no han querido tomar y es el derecho a la reparación y no sólo de la parte económica, sino de la deuda que tiene el Estado con las víctimas de lesa humanidad, que, si realmente cumpliera con su responsabilidad, buscaria solución al tema de abandono, estigmatización, criminalizar a la gente.
Y el delito de alba al igual que muchas de nosotras era plantarse, afirmó la coordinadora del COFADEH, y ese silencio también es derrotador, porque los que envisten al pueblo hondureño quieren saber qué es lo que piensa un familiar, que es lo que está diciendo no para ayudar sino para perfilar y tener razones suficientes para justificar el seguimiento.
Este es primer viernes de Agosto donde se conmemora al Detenido Desaparecido, Alba no estuvo, no hubo Platón de la Memoria, sino que se dedicó a ver cómo ayudar en su sepelio, porque murió como la mayoría de hondureños, en pobreza, lamentó Oliva.
Agregó que Alba fue al Hospital Escuela Universitario (HEU), en búsqueda de asistencia médica, le dijeron que tenía anemia, le pusieron suero, supuestamente falleció de anemia, pero no de otra peste como dengue, y eso es ocultar la realidad del país.
Con el atardecer de este sábado, el cuerpo de Alba fue depositado en un cementerio capitalino, ya no volverá a sostener las históricas mantas con los rostros de los Detenidos Desaparecidos, pero en la eternidad su rostro finalmente miró a sus ancestras, Luisa Socorro y Albertina, que forman parte de esta memoria que se escribe con lucha y resistencia al continuo régimen que impera en Honduras.
Ella hace un mes, la familia Rodríguez estaba en la Plaza Los Desaparecidos, con temor por la intimidación y vigilancia de parte de policías y militares, ayer hubo silencio y audencia tanto en la Merced como en la oficina del COFADEH, dos puntos de la Ruta de la Memoria Histórica, que guardará la prudencia de la una compañera en la búsqueda de verdad.
“Esperamos que alguien de sus hijas tome su lugar, asuma el pañuelo blanco, tenemos que seguir, lo duro es que esos seres tan extraordinarios pasan en el anonimato por que asi le conviene al régimen”.
Pero Alba nunca fue anónima refirió Oliva- porque fue siempre visible en actividades, foros, plantones vistiendo las camisetas del cofadeh.
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