jueves, 2 de julio de 2015
Los indignados y las clases sociales de Honduras
Por Rodolfo Cortés Calderón *
Carlos Marx, nacido en Alemania, propuso como principal objetivo de la lucha popular a los obreros proletarios; sin embargo, Mao Zedong, nacido en China, dio este privilegio a los campesinos. Quizá ambos, brillantes líderes comunistas, tenían razón porque en ambos países estos sectores eran en aquellos tiempos los más grandes, representativos y explotados de parte de los poderes imperiales.
En Honduras desde nuestra juventud se nos ha hablado de tres clases sociales: el proletariado, la clase media y la clase oligárquica. Los comunistas puros hablan sólo de dos clases: el proletariado y la oligarquía; el explotado y el explotador. En esto, ni en nada, soy experto.
Revisando la historia de Honduras, reconocemos que el sector obrero de mediados del siglo pasado -con la Huelga del 54- ha sido el que más valiosos aportes ha hecho en favor de la clase trabajadora hondureña, banderas que indudablemente les robó el partido Liberal al considerarse el dueño de las principales leyes sociales: Código de Trabajo, Ley de Seguridad Social y Reforma Agraria, entre ellas.
Los aportes en cuanto a liderazgo y propuestas para un cambio social de parte del movimiento campesino hondureño han sido muy endebles y poco significativos, quizá el más fuerte fue el del FUNACAMH de los años 80s, pero a nadie asustó. Lo poco rescatable de la lucha en el agro es el trabajo actual de la Plataforma Agraria del Aguán. Sin embargo, en los años 90s el gobierno del partido Nacional encabezado por Rafael Callejas Romero dio al traste con la Reforma Agraria y desde allí se inició la corrupción de las cúpulas dirigentes campesinas. Allí también comienza a fortalecerse el neoliberalismo. En cambio, la decadencia y corrupción de las dirigencias obreras sindicales y de los colegios profesionales se acentúa a partir del primer año del tercer milenio.
Cuando se da el golpe de Estado de 2009, las dirigencias sindicales obreras, campesinas y magisteriales estaban diezmadas y todavía “soñando” con la Revolución Bolchevique. No existía, aunque algunos dicen que sí, una organización social sólida y conjuntada a nivel nacional que aprovechara la coyuntura. Los sindicatos más fuertes eran de las empresas estatales, por lo fácil que era organizarlos y porque los líderes se acomodaban a los dictados de los gobiernos de turno. En la empresa privada la mayoría de los sindicatos desaparecieron o no se crearon porque a los dirigentes de las grandes centrales obreras no les gustaba pelear o discutir con los voraces y leoninos empresarios, situación que aprovecharon las empresas maquiladoras.
En abril de 2015 se visibiliza por primera vez en Honduras el movimiento de los Jóvenes Indignados, con sus movilizaciones, marchas o caminatas llamadas de las Antorchas o de los Indignados que tienen ya cuatro fines de semana de estar movilizados en casi todo el país, pero trascendiendo además fuera de nuestras fronteras patrias, tanto en América, Europa, Asia y Oceanía con enormes movilizaciones que sí se contabilizan todas las habidas en Honduras y todo el mundo en un solo fin de semana, bien pueden sumar el millón de personas.
¿Cuál es el fundamento de tanta indignación? En primer lugar, hay que decirlo, una actitud de rechazo a la Corrupción y la Impunidad que impera en Honduras y que se ha sobredimensionado en los últimos seis años de gobiernos del partido Nacional, pero que además implica a los otros cuatro Partidos existentes antes del golpe de Estado del 2009: Liberal, Democracia Cristiana, Unificación Democrática e Innovación y Unidad. En segundo lugar, es que le han tocado a un cuarto de la población hondureña (afiliados y beneficiarios), la mayoría de la clase media, el régimen de salud y pensiones desde la empresa estatal, el Instituto de Seguridad Social, IHSS, que fue desfalcado por más de 7 mil millones de Lempiras, mientras se ha estafado con medicamentos adulterados y vencidos, falta de equipos especializados y contratación de médicos y paramédicos para un mejor servicio de sus afiliados.
Eufemísticamente se habla de unos tres millares de muertes por estas causas, pero lo de la ineficiencia y saqueo del IHSS data de más largo tiempo así que lo de los muertos podría sumar 10 mil si se toma en cuenta que la corrupción en este complejo hospitalario tiene más de 15 años . Después han surgido otros escándalos de corrupción, iguales o peores, que también enardecen a los indignados e indignadas.
Pero el gobierno no se ha quedado atrás. Ellos entienden perfectamente que esta “revolución” actual de Honduras es de la clase media, ese gran bloque de obreros, agricultores, colegiantes, universitarios, comerciantes, cooperativistas, profesionales y medianos o grandes empresarios que se ven sumamente afectados por los execrables aumentos de corrupción de los gobiernos del bipartidismo y sus secuaces. Para contrarrestar esta inmensa marea humana de los y las jóvenes y ciudadanía indignadas, el gobierno de Juan Orlando Hernández, JOH, ha promovido en contubernio con el poder oligárquico (medios corporativos, empresarios, militares e iglesias) “Las bullas azules” que halan con dádivas a miles de proletarios sumamente empobrecidos y miserables a quienes compran su conciencia con un insignificante pago y empleados de la burocracia estatal.
Es entonces aquí donde queda de manifiesto que esta lucha de las Antorchas Indignadas que es propiedad principalmente de los jóvenes de la clase media está destinada a triunfar y a obtener excelentes frutos si se actúa con marcada inteligencia, madurez, prudencia y sabiduría.
De salir avante en la lucha contra la corrupción y la impunidad, los gananciosos seríamos todos, pero principalmente la clase media, el sector más golpeado de los últimos años, de allí que es un imperativo atraer y conquistar a los sectores más empobrecidos de la ciudad y el campo para avanzar en la línea de la dignificación de la ciudadanía hondureña y la soberanía patria, este es el trabajo que se plantea para los próximos meses.
Las Antorchas de la Juventud y Ciudadanía Indignadas siguieron esta cuarta semana que terminó, pero para esta semana continuará la presión por la CICIH, el juicio a los Fiscales Generales y la renuncia de JOH y se esperan más sorpresas.
¡Nuestro apoyo incondicional a los Chavos y Chavas indignados!
* Ingeniero agrónomo hondureño
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