sábado, 18 de julio de 2015

La economía al servicio de las élites económicas



Asesinato de estudiantes es terrorismo de Estado contra  jóvenes, según analista 

En estos días lo más absorbente a nivel nacional viene dado por el fenómeno de la corrupción y la implicación del partido nacional en el saqueo del Seguro Social con el objeto de desviar fondos para financiar la pasada campaña electoral. Sin embargo, no es el único tipo de corrupción existente. Existen otros tales como la “corrupción fiscal” o la “corrupción presupuestaria”. Y es el Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (ICEFI) quien en su último informe nos habla de ello y, muy atinadamente, lo denomina “un ajuste a la medida de las élites económicas”.

Lo primero y más importante que queremos subrayar es el protagonismo fundamental asumido por el Fondo Monetario Internacional (FMI) que prácticamente ha determinado el programa económico del nuevo gobierno. De ahí que, irónicamente, hayamos denominado al gobierno de JOH como una “democracia monetaria” pues ha seguido al pie de la letra tanto su diagnóstico como sus vías de solución.

Por eso se nos dice que JOH cuando inició su mandato “encontró grandes retos en materia económica: reducir el déficit fiscal, impulsar el crecimiento económico, el déficit de la balanza de pagos y los altos niveles de pobreza y de desempleo que aquejan a la mayoría de los hondureños y hondureñas”.

El ajuste fiscal que se inició logró reducir el déficit fiscal pero se hizo a un gran costo: aumentaron los impuestos (indirectos sobre todo), se redujeron los subsidios de la electricidad y al trasporte, se aumentó la tarifa a la energía eléctrica, hubo despido de empleados públicos; congelamiento de salarios a empleados públicos, la transferencia a municipios y la UNAH y de gastos en general; reducción de beneficios a los asociados de los institutos de previsión social. En cambio sí mejoró la administración tributaria y hubo mayor control presupuestario. También es cierto que, paralelamente, se aumentaron los beneficios a determinados sectores económicos.

La conclusión es muy clara: “para el 2014 los principales avances en materia económica provienen de la reducción fiscal y del déficit externo. Sin embargo, esto se ha logrado mediante la profundización de la regresividad del sistema tributario hondureño disminuyendo el gasto real en educación y salud, y reduciendo la inversión pública. El objetivo de reactivar la economía no se ha alcanzado y, por consiguiente, los niveles de desempleo y pobreza se mantienen”.

Es más, “resulta evidente la intención gubernamental de privilegiar aquellas políticas focalizadas en bonos y apoyos diversos con marcado tinte clientelar, en desmedro de las medidas de política que permitan afianzar la universalidad en el goce de derechos como la salud, la educación y la seguridad social”. Esto va unido a la constatación de que dos tercios de la población son pobres. Y se concluye que “la combinación de altos niveles de pobreza con altos grados de desigualdad persiste, dando lugar a un círculo vicioso de exclusión social que anula o reduce ostensiblemente las opciones de movilidad social ascendente por vías lícitas”.

Aunque el Instituto de Estudios Fiscales se mantiene fundamentalmente a nivel económico, de pasada, y entrando al momento político afirma que: “la principal característica del momento político que vive el país es la concentración de poder en el partido de gobierno y, de manera específica, en las fuerzas que aglutina el actual presidente de la República”.

En resumen, si recogemos el conjunto de todos los elementos de análisis económico sí podemos decir que con el actual gobierno de JOH nos encontramos ante “Un ajuste a la medida de las élites económicas”, venido e impuesto desde afuera, pero asumido como su fuera propio y autóctono.

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