jueves, 2 de julio de 2015
Abrirse al diálogo y saber negociar, tarea de estos tiempos
Don Juan Orlando Hernández mediante cadena nacional ha convocado a Diálogo nacional, como propuesta de agenda para dialogar ha planteado la creación del Sistema integral hondureño de combate a la impunidad y a la corrupción. Informó que el Sistema funcionaría con cinco componentes, primero, una Unidad de supervisión y apoyo al Ministerio Público en la lucha contra la corrupción e impunidad, segundo, una Unidad de supervisión y apoyo al consejo de la judicatura y la inspectoría de tribunales contra la corrupción y la impunidad, tercero, una Unidad especial para la seguridad de jueces, fiscales, sus familias e instalaciones, cuarto, un Observatorio del sistema de justicia y quinto componente, un Sistema de integridad empresarial
A renglón seguido, manifestó que en el diálogo lo acompañaría Mauricio Oliva presidente del poder legislativo, Jorge Rivera Avilés presidente de la Corte Suprema de Justicia y Oscar Chinchilla fiscal general de la República. También manifestó que es una invitación al diálogo social sin condiciones de ninguna naturaleza.
Con la actual propuesta de diálogo el señor presidente en vez de abrir caminos de salida está cerrando cualquier posibilidad para una salida negociada a la conflictividad actual. La propuesta de agenda y actores propuestos para dialogar ignora el clamor popular y las demandas del movimiento de las indignadas y los indignados.
Cualquier persona o grupo de vocación democrática está abierta a dialogar, sin embargo, es casi imposible sentarse a dialogar sin condiciones de ninguna naturaleza con los máximos responsables de la conflictividad actual, con quienes tienen la mayor cuota de responsabilidad en la muerte de cerca de tres mil personas por falta de medicamentos en el Seguro Social. Es difícil dialogar sin condiciones con quienes diseñaron el circuito criminal para sacar fondos de IHSS para cuentas privadas y financiar la campaña política del Partido Nacional.
Con esta propuesta don Juan Orlando genera más inquietudes que certezas, ¿será que el presidente busca radicalizar las posiciones y llevar al país a la misma polarización del 2009, entre quienes dicen que se debe dialogar y quienes rechazan esa propuesta, entre los que quieren la democracia y quienes quieren la anarquía? ¿Será que desde casa de gobierno con esta propuesta se está agotando la etapa de distracción mediática, de los discursos de tolerancia, y viene la fase de represión a la movilización de las antorchas?
Abrirse al diálogo y saber negociar es la tarea en estos tiempos. Un diálogo inevitablemente pasa por la destitución del fiscal general y el adjunto, que dé paso una investigación profunda que deduzca las responsabilidades a los actores intelectuales y materiales del latrocinio al IHSS. Pasa por definir nuevos fiscales y nuevos magistrados de poder judicial con nuevas mecanismo de elección. Proponer un diálogo con los máximos responsable de la crisis actual y sin condiciones de ninguna naturaleza es como querer apagar un fuego con gasolina.
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