lunes, 20 de julio de 2015
Jóvenes siguen con demandas claras mientras implicados en corrupción temen ser castigados
El escandaloso caso de corrupción del Instituto Hondureño de Seguridad Social, IHSS despertó en diversos sectores de la población indignación. Durante seis semanas la ciudadanía rompió su propio encierro de varios años y le han dado un giro dramático a la coyuntura hondureña. La irrupción de la indignación expresada en el fenómeno de las caminatas de las antorchas, conducida en su mayoría por jóvenes, revivió de su letargo a toda la sociedad, asombró a distintos grupos de poder.
El analista político y ex presidente del Banco Central de Honduras, Hugo Noé Pino cree que el movimiento juvenil de las antorchas emerge como la “primavera hondureña”, que se une al clamor y movilización de la juventud en Guatemala, que exige atacar la corrupción e impunidad que les han robado la posibilidad de desarrollarse.
El programa Directo al Grano, una producción de Radio Progreso conversó con Hugo Noé Pino (HNP) sobre la coyuntura hondureña, la movilización de las antorchas, la participación de jóvenes y los escenarios posibles a enfrentar.
RP. ¿En qué momento estamos ahora en Honduras?
HNP. Estamos en una situación de coyuntura crítica. El gobierno pareciera hacer oídos sordos al clamor popular y más bien su respuestas ha sido de iniciar un diálogo que no tiene nada que ver con el clamor de la gente en las calles, y que no está representado por los principales protagonistas de este reclamo que exige a nivel de la sociedad. Parece que la estrategia del gobierno es ganar tiempo, ganar respaldo a una apuesta que está en aparente contradicción a la del grupo de los indignados.
La propuesta de Juan Orlando Hernández habla de fortalecer las instituciones públicas, pero la CICIH es una garantía que los casos de más alto perfil, incluida la candidatura del presidente pueda ser investigada sin ningún sesgo político. Lo que los jóvenes buscan es que más que "Caiga quien caiga” sea “esté donde esté”.
RP. ¿Y eso será posible?
HNP. Lo único que Juan Orlando Hernández debería hacer para que la ciudadanía confíe es comprender que ya no se confía en la institucionalidad ni en las políticas de los tres poderes del Estado, y que requiere la presencia de una comisión independiente que investigue y castigue todos los abusos que los políticos han cometido en detrimento de los intereses de las mayorías.
RP. ¿A ese “estén donde estén”, es al que le tiene miedo el gobierno y por eso no eso no quiere la CICIH?
HNP. No solo el gobierno, sino sectores económicos fuertes, ex políticos, hay una cruzada de muchos grupos en Honduras que temen ser investigados por los negocios que han hecho utilizando el Estado, tienen miedo que en un futuro sean investigados y castigados por su abusos, tal como pasó en Guatemala con la CICIG.
RP. Analizando concretamente la participación de la juventud en estas movilizaciones, qué cosas resaltaríamos.
HNP. Una increíble grata sorpresa, luego de pasar bregando 40 años, cuando habíamos perdido la esperanza surge este grupo con mucha creatividad, entusiasmo y planteamientos claros lo que nos siembra es esperanza a todo el pueblo hondureño.
Las acciones de los jóvenes se convierten en la luz al final del túnel. Es obvio que la indignación proviene de la corrupción, de la necesidad de ir a fondo en todos los actos de corrupción en la institucionalidad. Esta generación salió de su estado de frustración al no tener empleo ni oportunidades y está tomando consciencia que esa realidad solo puede superarse si son parte activa de la transformación. “Lo que me preocupa es que frente a los planteamiento de los jóvenes, la línea del gobierno de Juan Orlando Hernández es el enfrentamiento, desconociendo los reclamos justos de la juventud”.
RP. ¿Hay similitudes en las movilizaciones que jóvenes enfrentan en Guatemala?
HNP. En ambas naciones el caso de corrupción es flagrante, la gente está harta de la corrupción, y de ver que el Estado no responde. Tanto en Honduras como en Guatemala los políticos creen que se les ha dado un cheque en blanco para que hagan y deshagan y la gente se hartó de eso.
Hay un despertar a nivel internacional y se está rechazando sistemas políticos muy cerrados. Y la gente pide mayor participación en la toma de decisiones.
RP. ¿Las demandas de los jóvenes son las indicadas?
HNP. Los jóvenes están muy claros en las demandas. La primera es el establecimiento de la Comisión Internacional contra la Impunidad, que garantice de la mejor forma posible la investigación y transparencia en el país.
Luego de esa instalación, viene la demanda de la renuncia de los fiscales para poder nombrar a funcionarios independientes y con toda la catadura moral que el puesto requiere. Y también planean la separación de los 4 magistrados de la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, que fueron nombrados ilegalmente en 2012. Para dar paso a magistrados comprometidos verdaderamente con la aplicación de la justicia.
Un primer paso es que el gobierno tenga un verdadero diálogo con los sectores indignados y no lo que hasta ahora ha estado haciendo.
RP. ¿Cómo avanzar en trasformar las antorchas en propuestas para rescatar la institucionalidad y el Estado de derecho?
HNP. Si se busca que la indignación se convierta en propuesta ante la ausencia de institucionalidad así como la injusticia social, la corrupción y la impunidad es necesario realizar un plan de acción. Si se busca obligar no solo a la renuncia de Juan Orlando Hernández sino a revertir los dinamismos de desigualdad y desprotección en Honduras es necesario implementar un proceso de refundación de los tejidos institucionales, políticos, sociales, culturales y éticos que se exprese en un Estado de Derecho e Institucionalidad fortalecida que logre la articulación de diversas fuerzas y liderazgos que impulsen este proceso.
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