jueves, 23 de julio de 2015

Vertebrar la indignación nacional



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Las movilizaciones y acciones de lucha de las indignadas e indignados sigue marcando la coyuntura política actual. Las antorchas han ido creciendo en cantidad y creatividad. Un rasgo central de las movilizaciones actuales es su espontaneidad y diversidad de los caminantes, sin embargo, esa espontaneidad y diversidad se convierte en el principal desafío para vertebrar la lucha entre los indignados recientes con los indignados históricos y articular las demandas territoriales con las demandas nacionales.

Vertebrar la indignación nacional con todas sus expresiones y actores nacionales y territoriales sigue siendo la gran tarea política. Y para impulsar esa tarea las mesas de indignados e indignados es un buen camino. El norte y occidente del país están iniciando el camino, ya se organizaron mesas de indignados e indignadas en San Pedro Sula, El Progreso, en Copán, Lempira y Atlántida, pero hace falta seguir organizando las mesas en cada ciudad o pueblo donde se encendieron las antorchas e iluminaron la conciencia de nuestra gente.

Los estudiantes universitarios ya dieron paso a organizar la mesa de indignados en la universidad central y centros regionales, desde donde están articulando la demanda de estudiantiles con las demandas nacionales de los indignados. Es urgente avanzar a organizar una mesa de indignados en la capital, que ayuden a vertebrar y dar contenidos a los diversos movimientos locales, que ayude a fortalecer y respaldar la huelga de hambre instalada a escasos metros de casa de gobierno, y especialmente que sepa canalizar las demandas nacionales y hacer encuentros con las mesas regionales, entendiendo que Tegucigalpa no es Honduras.

Las mesas de la indignación es una gran oportunidad para darle contenido a cada demanda, es importante que todos tengamos claridad de las oportunidades y limitaciones de una CICIH, o qué implica hacer juicio político al fiscal general y adjunto o la elección de los nuevos magistrados de la Corte Suprema de Justicia. Las mesas de la indignación también nos ayudarán a impulsar acciones complementarias a las caminatas de los fines de semana, pero especialmente es una oportunidad para ir identificando los interlocutores de los indignados e indignadas de cara a negociar las demandas y participar en el verdadero diálogo que se exige.

No olvidemos que el señor presidente y su grupo sigue jugando al cansancio de las movilizaciones de la antorchas, por tanto, saber organizarnos para sostener la lucha y acumular energía para promover acciones más fuertes contra el gobierno es la gran tarea. Don Juan Orlando Hernández sigue cómodo con las caminatas de los viernes y sábados, y las mesas de la indignación son un buen espacio para la reflexión que ayude a saber situarnos en la coyuntura actual y a estructurar nuevas acciones de presión articulada entre estudiantes, campesinos, obreros, indígenas, pobladores urbanos y a todos los indignados e indignadas. Como caminantes de las antorchas debemos tener claro, esta lucha no es de velocidad sino de resistencia.

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