miércoles, 8 de julio de 2015
Jóvenes e Indígenas Tolupanes indignados se alimentan del sueño de una Honduras sin corrupción e impunidad
Se han cumplido los primeros once días de la huelga de hambre contra la corrupción e impunidad. La huelga, que tomó como sede las cercanías de Casa Presidencial, tiene como objetivo lograr el castigo para todas las personas, entre ellas funcionarios del actual gobierno, implicadas en latrocino a las arcas del Instituto Hondureño de Seguridad Social –IHSS-, a través de la instalación de una Comisión Internacional Contra la Impunidad –CICIH-.
Los jóvenes indignados y en huelga de hambre están claros en su objetivo: iniciar un proceso de transformación democrática, el que incluye la reestructuración de los poderes del Estado, y para ello exigen que el Congreso Nacional inicie el proceso de juicio político para el Fiscal General y Fiscal Adjunto por su incapacidad y negligencia ante los casos de corrupción, y, en especial el saqueo de Siete Mil Millones de lempiras al Seguro Social.
Los jóvenes indignados
Dos botes con agua, seis mangos, varios bolsos típicos elaboradores por él, y no más de cien lempiras para pagar el bus hacia Tegucigalpa cargaba Gerson Suazo, joven originario de Santa Bárbara, el día que decidió viajar a la capital, lugar donde se inició la huelga de hambre contra la corrupción e impunidad.
Gerson, quien ante las carencias económicas para continuar sus estudios universitarios se ha dedicado a la artesanía, nos contó, mientras tomaba a sorbos el suero para mantenerse, que su hambre ahora es de justicia para las casi tres mil personas que perdieron la vida por falta de atención médica en el Seguro Social, consecuencia del desfalco que sobrepasó los siete mil millones de lempiras.
“Ahora podría estar en un lugar con aire acondicionado y comiendo papas fritas allá en Choluteca”, dijo entre risas Hernán Silva, el mayor de los tres indignados que han formado su propia comunidad frente a la valla de policías y militares que custodian Casa Presidencial.
Hernán este viernes cumplió seis días en huelga de hambre; sin embargo tuvo que ser hospitalizado porque su organismo se debilitó. Antes de ser trasladado a un centro asistencial, nos comentó que en lo único que ahora piensa y exige al gobierno de Juan Orlando Hernández es la instalación de la CICIH.
La represión no nos debilita
German Ayala, originario de San Pedro Sula, padre de dos niñas y parte de los miles de hondureños desempleados, dice que sus deseos de ir construyendo un mejor país para sus hijas y las generaciones futuras es más grande que las intimidaciones y tortura psicológica que ejerce las fuerzas policiales y militares las madrugadas en que se han quedado solos en sus tiendas de campaña.
A pesar que en medios de comunicación y por parte de funcionarios de gobierno se daba la información que la huelga de los jóvenes se había suspendido con el retiro de Ariel Varela y Miguel Briceño, jóvenes que comenzaron esta acción hace dos semanas, Gerson, German, Erlin y los 7 tolupanes demuestran que la huelga sigue y que están firmes en su posición.
No al diálogo propuesto por Hernández
La Organización de los Estados Americanos –OEA- y la Organización de las Naciones Unidas –ONU- han anunciado que facilitarán el diálogo sin condiciones convocado por el mandatario nacionalista; el objetivo de la intervención en el diálogo sería fortalecer la institucionalidad democrática y combatir de manera integral la impunidad y la corrupción.
Sin embargo, Erlin Mejía, un joven indignado que viajó desde la ciudad de Danlí y que su protesta ha sido a través de ayunos ante su padecimiento de epilepsia, asegura que la única salida es la instalación de la Comisión Internacional Contra la Impunidad, pues solo desde esa instancia habrá castigo para cada uno de los implicados en el saqueo al Seguro Social.
Tolupanes de San Francisco de Locomapa
Vestidos con balandranes color verde, en honor a Cipriano Martínez último cacique de la Montaña de la Flor en Francisco Morazán quien murió la semana anterior, y cargando sus colchonetas, siete indígenas Tolupanes de la Tribu de San Francisco de Locomapa, en el departamento de Yoro, llegaron a Tegucigalpa para unirse a la huelga de hambre en contra la corrupción e impunidad.
“La huelga de hambre es indefinida, cansados y cansadas, al igual que los jóvenes indignados, de la corrupción que en sus comunidades se manifiesta a través del gozo de la impunidad con la que caminan los asesinos de los bienes naturales y de las personas que los defienden”, dijo don Ramón Matute.
Mientras era evaluado por una de las doctoras indignadas, don Santos Córdoba dejó claro que la lucha que ahora han iniciado está basada en la instalación de la Comisión Internacional Contra la Impunidad y en el rechazo al diálogo sin condiciones propuesto por el gobierno nacionalista de Juan Orlando Hernández.
Alejandra Cabrera, indígena tolupana y primera mujer en integrarse a la huelga de hambre, demanda al Estado hondureño justicia en el asesinato de su madre María Enriqueta Matute, quien fue una incansable defensora de los derechos del pueblo tolupan y asesinada durante una toma que impedía se llevaran la madera y minerales de sus tierras.
Hasta la fecha, más de 100 indígenas han sido asesinados por defender sus territorios. Solo en 2013 fueron asesinados 3 miembros de la tribu San Francisco de Locomapa y 3 de la tribu Subirana, en el departamento de Yoro.
Alcalde Colinas, Santa Bárbara, se une en ayuno a la huelga de hambre
A pesar de las campañas de descrédito, algunas iniciadas desde el gobierno, la huelga de hambre de los jóvenes indignados y seis hombres y una mujer pertenecientes al pueblo tolupán, se fortalece.
Y es que al finalizar la tarde de este viernes, el edil del municipio de San José de Colinas, departamento de Santa Bárbara, Amable de Jesús Hernández, se incorporó a dicha huelga con un ayuno de tres días. Hernández, al igual que los demás indignados en huelga de hambre, le apunta a la instalación de la Comisión Internacional Contra la Impunidad –CICIH-, el fortalecimiento del Estado de Derecho, pero además, el respeto a la autonomía municipal.
"Nuestra condición de funcionarios públicos nos limita para estar de lleno en la huelga, estamos sujetos a una ley. Nos unimos a la exigencia para lograr la reconciliación del país, la CICIH vendría a garantizar el Estado de derecho", dijo el edil.
Al campamento de los jóvenes y tolupanes indignados, también llegó el sacerdote Fausto Milla para expresar su solidaridad con la lucha en contra del gobierno de Juan Orlando Hernández, al que califica de corrupto y dictatorial.
La mañana del jueves se incorporó a la huelga Franklin Rivera, un joven de la ciudad de Tela que se mantenía en ayuno frente a las instalaciones de la alcaldía de dicha ciudad, también exigiendo la instalación de la CICIH.
Una muestra más de resistencia
Hoy, el pueblo hondureño está más unido que nunca; hay a quienes sorprende la determinación de cada hombre, mujer y jóvenes de salir a las calles a exigir un antídoto para la erradicar la bacteria de corrupción y la impunidad.
Las manifestaciones de las antorchas, que durante un mes se han venido realizando a lo largo y ancho del país, y la huelga de hambre de once indignados es la gota que derramó el vaso de la atrocidades que gobierno tras gobierno ejercieron sobre los hondureños y hondureñas, comenta Ana Ortega, feminista y doctora en ciencias políticas.
“Lo que dice es que todos los sectores están siendo golpeados por este gobierno, por este modelo. Creyeron que era una pataleta de inconformes, lo que está claro es que la sociedad hondureña ha despertado y no está dispuesta a tolerar más mentiras, más corrupción, más saqueo. Estos compañeros y compañera están resistiendo con su propia vida, creo que es una forma extrema de decirle a este gobierno que ya basta”, agregó, además se mostró inquieta por el papel de la comunidad internacional, que según ella, no está del todo claro.
El gobierno de Hernández se ha mostrado apático de cara a las demandas de la población, una actitud que no debe de asombrar. Nelson Pavón, defensor de derechos humanos y artista indignado, dice que la apatía de la administración nacionalista debe ser la punta de lanza para que los diferentes grupos sociales de oposición se sienten en una mesa para dialogar sobre las acciones que puedan fortalecer la lucha que los jóvenes iniciaron.
“Las decisiones del movimiento de indignados no pueden girar alrededor de dos o tres personas aunque hayan sido ellos los que iniciaron el proceso; yo creo que ya es el momento de sentarnos e ir identificando cuál puede ser el mecanismo para coordinar mucho mejor, una muestra de ello fue la descoordinación que hubo para definir el lugar hacia donde se dirigía la manifestación de hoy”, dijo Pavón.
Mientras las calles se siguen desbordando de indignación por la inoperancia de un sistema de justicia politizado, Juan Orlando Hernández y sus aliados quieren pretenden hacerle creer a la comunidad internacional que han abierto las puertas de la Casa Presidencial, cercada por vallas metálicas y custodiada por militares y policías, para iniciar un diálogo en el que en ningún momento se ha invitado a los verdaderos actores afectados: el pueblo.
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