lunes, 10 de febrero de 2014

Antropólogo investiga conflicto agrario en Valle del Aguán


Conexihon

Andrés León, estudiante costarricense del doctorado de antropología Universidad de la Ciudad de Nueva York (CUNY; acrónimo por sus siglas en inglés, City University of New York) realizó durante este 2013 una profunda investigación para su tesis enfocado en el proceso de transformación del Valle del  Aguán antes, durante y después de la reforma agraria.

Durante este año ha estado en la zona hablando con personas de diferentes sectores en esta región, tanto personas de grupos campesinos que se formaron después del paso del huracán Mitch en 1998, como personas que vendieron y los que no vendieron sus tierras en los años 90´s. “Hable con varias organizaciones no gubernamentales, para ver fundamentalmente como ellos cuentan la historia”, comentó.

La militarización no es la solución
Después de un año en la zona,  León cree que una verdadera Reforma Agraria es posible y que para lograr solucionar el conflicto es necesario que haya justicia, una mesa de dialogo entre los grupos campesinos y los terratenientes. A su criterio también “urge una investigación para saber quién es el verdadero dueño de las tierras, mientras que el Estado debe asumir un papel mucho más fuerte y enérgico para resolver el tema”.
A su criterio la fuerte presencia militar en la zona no es la mejor solución para el conflicto, y además del diálogo en igualdad de condiciones tienen que haber temas de fondo como el  acceso a créditos, servicios para la producción incluyendo la prevención de amenazas para los cultivos, como las  inundaciones. Queda claro que la militarización no es solución para el conflicto agrario, porque la tenencia de la tierra es un problema político, subrayó.

Conexihon. Después de estar durante un año en el Valle del Aguán escuchando a los grupos campesinos ¿Cuáles son las conclusiones que puede hacer?
AL: Para comprender mejor lo que pasa en esta región hay que conocer su proceso histórico de formación, las cosas que están pasando hoy en el Aguán no empezaron ayer, si no que tienen una cola bastante larga, desde el mismo echo que en 1920 llega la Trujillo Railroad Company,  empresa bananera que le compraba el banano a los poquiteros, ver como en los 40 debido al mal de panamá, la bananera abandona todas las tierras y aquí lo que queda es un sector de comunidad garífuna, migrantes salvadoreños, ex trabajadores del ferrocarril y de la bananera.
Esta es la gente que empieza a poblar la región de 1950 hasta 1970, hay mucha gente que plantea lo que pasa en al Aguan como si antes de 1970 estaba vacía, mucho antes de eso ya habían pequeños productores dedicados a la agricultura fundamentalmente dedicados a la producción de granos básicos, las cuales en 1970 cuando se trae a la región el Proyecto de Bajo Aguan, como una forma de desactivar conflictos agrarios en otras partes del país, trayéndolos a una zona que supuestamente estaba abandonada, desde allí se generan tensiones entre los que llegan y los que ya estaban.


La gente con la que yo he hablado me dijo que ellos tenían sus fincas y parcelas de 10  o 20 manzanas y que cuando llegaron las cooperativas se las quitaron sin pagarle ni siquiera las mejoras, a ellos los dejaron sin nada y tuvieron que emigrar a la ciudad, esto también generó resentimiento entre la gente de Tocoa y la de las aldeas. Este malestar es algo bien palpable para la gente que viene de afuera, pero que acá en la zona no se nota.
No toda la migración que hubo fue inducida por el Proyecto del Bajo Aguán, ya que junto con las personas que se organizaron  en cooperativas para producir palma, también llegó mucha gente muy empobrecida de la zona sur y occidente del país, la que no ingreso a las cooperativas y se dedicaron a trabajar el campo de manera individual, como jornaleros en las cooperativas o terminaron yéndose para los cerros a la zona alta de la zona.
Esta migración casi no se discute mucho, especialmente porque muchos de los movimientos campesinos surgieron después de Mitch y en el año 2000, vienen de esos cerros y no son familiares de los cooperativistas que vendieron las tierras.
Así surgen como un conjunto de tensiones entre margen izquierda y margen derecha, entre la gente de los cerros y el llano del valle, entre la gente de las cooperativas que vendieron y los que no vendieron.
Luego en el 92 se aprueba la Ley de Modernización Agraria, desaparece la política que existía en la que el Estado a través del Instituto Nacional Agrario (INA), era el responsable de la asignación de tierras para la producción en el campo y al mismo tiempo con esta Ley se le permitió a las cooperativas vender las tierras si así lo querían, en ese sentido esta ley generó las condiciones para una transformación y para que se den muchos de los conflictos.
Si uno mira de 1990 a 1994 se vende a nivel nacional un 50% del total de la tierra que se había dado para reforma agraria y en el caso específico del bajo Aguán, se vende casi el 70% es decir que de cada 10 hectáreas que se habían repartido del 72 al 92, los beneficiados vendieron siete.
Esta fue una  transformación muy fuerte, sobre todo porque la venta la hicieron las cooperativas que tenían de 30 a 60 socios a quedar todas en manos de muy pocos empresas y de muy poca gente empobreciendo mucho no solo a la gente que trabajaba en las fincas sino al comercio de Tocoa por el tema de consumo. Mientras tanto las grandes empresas solo ocupan las tierras, procesan la palma exportan los productos y no dejan casi nada aquí.


Por otro lado, muchas de esas ventas de las tierras son declaradas ilegales como en el caso de Movimiento Auténtico Reivindicador del Aguán (MARCA), que recibió los títulos definitivos al año pasado, demostrando que el proceso de venta que se había hecho había sido amañado y que había sido ilegal.
Desde los 90´s el Aguán ha estado muy marcado por la violencia y la represión, no solo la Ley de Modernización Agrícola es la causa del conflicto, hay muchas otras cosas como la fuerte presencia  del Ejército en la región, el director de INA en los 70´s era un militar, el director del Proyecto del Bajo Aguán era militar, podemos decir que la institución del Estado con mayor presencia en la región es el ejército, todos los hechos antes mencionados generan las condiciones para que tengamos todos estos problemas que se tienen hoy.

Conexihon. Según el Observatorio de Derechos Humanos en el Aguán del 2008 a la fecha son 123 personas las que han muerto y seis más están desaparecidos y la pregunta que nos hacemos es ¿Quién los asesinó y quiénes son los actores intelectuales detrás de sus muertes?
AL: Bueno diferentes organizaciones manejan cifras diferentes, pero creo que más importante que la cantidad de víctimas, hay que pensar en el contexto y que es lo que ha pasado con esas muertes,  el problema es que no solo en el caso de los muertos relacionados con el conflicto agrario sino que todas las muertes por otras causas que se están dando en el bajo Aguán.
El Estado no ha respondido prontamente ni ha logrado solucionar muchos de estos casos, entonces, lo que se ha generado es un contexto de impunidad casi completo y absoluto, en el que cualquier tipo de crimen se le puede achacar a cualquier persona porque al final pareciera que no va a pasar nada.
El Ministerio Público no responde ante las denuncias, muy pocos de estos asesinatos son esclarecidos y eso va generando un ambiente en el que las demás personas dicen yo también puedo matar, porque no me va a pasar nada no me van a llevar a la justicia.
Este es un reclamo no solo de las organizaciones de derechos humanos y de las organizaciones campesinas, el mismo coronel German Alfaro, de Xatruch III se ha referido a esto varias veces en los medios de comunicación y han presentado las pruebas y que el MP y la Dirección Nacional de Investigación Criminal no ha respondido de manera pronta y oportuna a las denuncias y a todos estos casos, lo que hace que estos casos vayan en aumento.

Conexihon. Después de 1 año en la zona hablando con la gente de la Región ¿Cree que avanzamos hacia una solución del conflicto agrario?
AL: Hay varios elementos que hay que considerar, uno es la justicia, mientras no haya justicia para esos crímenes y para las violaciones de derechos humanos, se hace muy difícil. Resolver este tipo de conflictos.
En segundo lugar debe esclarecerse el tema de la tenencia de la tierra que en muchas de las fincas que están en disputa, sin partir del hecho que las organizaciones campesinas que las están disputando tienen la razón, ni partir de que los terratenientes que en este momento que están usufructuando tienen la razón, sino partir de un proceso profundo de esclarecimiento de cuál es la tenencia y cuál es el estado de esas tierras. A partir de eso se debe establecer quien debería estar en posesión de la tierra.
Lo que hay que buscar es dialogo entre las organizaciones campesinas y los terratenientes, no todos pero si hay organizaciones campesinas que estarían dispuestas a vender la fruta a las mismas empresas.
Y finalmente un papel muchísimo más fuerte y enérgico del Estado no solo para resolver el tema de las tierras, si no para resolver los elementos que van alrededor de esto, acceso al crédito, servicios para la producción y las amenazas por los geográficas producidas por las inundaciones, estos son ciertos pasos que se pueden dar para que el futuro de esta región sea mejor.

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