La proclamada transparencia oscurece

Diario Tiempo

Independientemente de los reclamos por la supuesta manipulación de los resultados de las elecciones generales, atribuidas de manera enfática al Tribunal Supremo Electoral (TSE), los datos oficiales del conteo de votos presentan una tendencia irreversible en favor del candidato gubernamental, Juan Orlando Hernández, que actúa ya como si fuera el presidente electo.

Frente a esa posición, sin duda obediente a una estrategia trazada con mucha anterioridad, los partidos LibRe y PAC, sin llegar al extremo de impugnar el proceso electoral, persisten en la denuncia de graves distorsiones en el recuento de la votación y en el cotejo de las actas electorales, lo cual obscurece la proclamada transparencia e idoneidad del evento.

La candidata del Partido LibRe, Xiomara Castro de Zelaya, acompañada de su esposo, el expresidente José Manuel (Mel) Zelaya, coordinador de esta institución política, ha ofrecido ayer, en declaraciones radiodifundidas y en TV, la presentación de pruebas fehacientes y exhaustivas sobre las “irregularidades” o “inconsistencias” del veredicto del TSE, responsabilizando, de paso, a dicho tribunal de incapacidad -si no es que perversidad- en el desempeño de sus funciones.

Aunque los partidos LibRe y PAC no desconocen el proceso electoral en su conjunto, sí desconocen los datos oficiales hasta ahora proporcionados, y, de manera cuidadosa, se abstienen de identificar su desacuerdo con una franca connotación de fraude, en sufragio, por demás, de un cauteloso apego a los procedimientos legales.

Bajo tal perspectiva, e indudablemente acorralada por la contundencia del hecho consumado, de cierto respaldada por inusuales reconocimientos diplomáticos sin mediar la declaración sacramental, la candidata de LibRe, que se declaró vencedora de prima facie, se atiene a las pruebas documentales por ser presentadas este viernes 29 y el sábado 30, al mismo tiempo que expresa su repugnancia e indignación por una campaña sucia de desprestigio contra ella y su familia a través de las redes sociales y de otros medios de comunicación.

Este capítulo de la etapa pos-electoral pone de alguna manera de relieve las declaraciones preliminares de la observación internacional, centradas en la admirable vocación cívica del electorado hondureño y la idiosincrasia mesurada, pacífica, de nuestra población y en la apreciación de transparencia en el manejo de la votación y sus resultados.

En un boletín de la Unión Europea (UE) en relación con las elecciones generales de Honduras, la Alta Representante de la UE, Catherine Ashton, hace referencia, entre otros puntos, al tema de las denunciadas inconsistencias. “Confío -dice- en que los asuntos que están surgiendo en las elecciones serán dirigidos al Tribunal Supremo Electoral y los mecanismos judiciales existentes, y estoy segura de que serán tratados de manera justa y rápida…”

Ojalá que así sea, para bien de Honduras y para el rescate -aunque sea a medias- del proceso democrático, que, por otra parte, de cualquier manera entra en nuevos senderos y en una fresca dinámica de despertar político y social, o sea de renovación partidista. Ojalá que así sea, repetimos, y que esto no termine como en los cuentos de Kafka.