viernes, 6 de diciembre de 2013
Desde la Mesa Receptora 9177
Por Gustavo Zelaya
Estuve como representante del Partido Libertad y Refundación en la Mesa Electoral Receptora número 9177, en la Escuela Vida Abundante de Tegucigalpa. La mía sólo fue una experiencia más, propia de la rutina electoral y con pequeños conflictos en esa mesa, tal vez no tan duros y peligrosos como los padecidos por otras personas en ese domingo, en ese momento tan duro para el país donde se puso en funcionamiento algo que se preparó con mucha antelación; que posiblemente antes del momento en que Juan Orlando Hernández fue puesto como presidente del Congreso Nacional. El fraude ensayado contra su mismo compinche, Ricardo Álvarez, fue una especie de verificación preliminar, para ir ajustando algunas piezas, uno que otro engranaje por afinar y en donde jugó un papel fundamental el emisario de Micheletti y, sobre todo, agente principal del gobierno norteamericano en Honduras, Arturo Corrales, que ahora sigue estando en la primera fila de los agentes políticos de la oligarquía. En todo ese montaje pudimos ver cómo desde el Congreso se fortaleció la red de corrupción e impunidad que permite controlar gran parte de los poderes públicos.
No es algo novedoso lo que estaban haciendo, siempre ha sido de esa forma, es la práctica predilecta de la derecha política, el fraude y el uso de cualquier medio con tal de consolidar su poder, pero ahora lograron perfeccionar el control hegemónico sobre el Tribunal Supremo Electoral, el Registro Nacional de las Personas, el Instituto Nacional de Estadísticas, la Corte Suprema de Justicia, el Ministerio Público, el Tribunal Superior de Cuentas y las Secretarías de Defensa y Seguridad. Todos los jerarcas de esas entidades públicas, sin excepción, se pusieron al servicio incondicional del Partido Nacional. Y en ese festín también participaron alegremente y con plena conciencia la prensa oficialista, oficiosa, golpista, manipuladora y algunos más que se declaran independientes. Si nos fijamos bien desde donde viene todo el fraude, o al menos la permisividad de los actos inmorales, tramposos, ilegales, en las elecciones nacionales, sólo tenemos que atender lo que dice esa misma prensa y los voceros del gobierno cuando ponen en grandes titulares o anuncia a voz batiente que el gobierno norteamericano avala el proceso en todos sus pasos y que la ventaja es irreversible. Y ésa sí es la voz del Dios de la oligarquía. El imperio santificó, refrendó, respaldó el fraude. Así creen que nadie puede decir algo en contra y tienen el respaldo de organismos internacionales y, claro, de las Naciones Unidas y de la Unión Europea, tan limpios, honestos y transparentes en sus acciones tal y como es la CIA o el Mosaad israelita. Sólo faltan las iglesias para que los convidados estén completos. Pero esos no tardan en rociar con agua bendita y aceite del rio Jordán al nuevo jefe.
El nuevo acto de la obra iniciada en el 2009 fue visto a todo color por el mundo entero y no provocó mayores asombros en la comunidad internacional. Incluso, la cuestión es tan diferente, tan cool, tan tecnológica, con el software indicado, que todos podemos ver las evidencias del fraude en cada acta electoral con hacer enter en el teléfono móvil y con un solotouch la Laptop y la Tablet nos ponen en línea con el centro de cómputo del Tribunal Electoral, y nos permiten ver toda la miseria completa del proceso electoral, y en las imágenes aparecen borrones, alteraciones, burdos manchones, no hay problema se puede escuchar al perjudicado. Y la denuncia de los agraviados no funciona; el señalamiento puede ser registrado en actas notariales recibidas según el debido proceso, archivado con prontitud y parece que nada pasa. Todo eso es una demostración de la transparencia del proceso, del fraude frente a todos y otra vez parece que nada pasa. Es normal, transparente, todos los protocolos son acatados al pie de la letra, pero algo pasa, está pasando, se mueve en las calles de la ciudad, cerca de las universidades, está naciendo y por ahora se está cubriendo con camisetas negras, son los primeros avisos de algo que viene y que expresa indignación, mucho enojo por el fraude. Por los momentos eso es lo inmediato, tal vez tarde un poco más en expresarse como algo orgánico y más abarcador. Pero va surgiendo.
Toda esa maquinaria gigantesca y monstruosa que se encarga de dominar y poner en marcha el fraude pudo expresarse en cada una de las mesas electorales, eso macro se extiende como un veneno y llega hasta lo micro. Lo vimos en pequeños actos, en la rutina de las actas de inicio y de cierre, en ese ir poniendo marcas para cada candidato. Incluso en la actitud y las acciones de los miembros de las mesas receptoras. Eran las 6 de la mañana y en la mesa 9177 no se presentaron el secretario y el escrutador, se perdieron la primera comida y la merienda. Uno de esos cargos correspondía al Partido Innovación y Unidad y el otro al candidato independiente. Fueron cubiertos por los vocales indicados por el reglamento. No tuvimos representante de la Democracia Cristiana. En esta mesa hicimos una denuncia ante observadores internacionales acerca de la filtración de los datos de cada votante hacia los miembros del partido Nacional y que estaban aprovechando la elección para un “censo” interno. Los observadores tomaron nota y se llevaron la prueba correspondiente.
Como todo se documentó y todos vimos lo que estaba ocurriendo, los nacionalistas se vieron obligados a aceptar el hecho. Esa mesa parecía un club juvenil, algo ingenuo y muy alegre. Ese “censo” estaba siendo realizado por Carlos Adonis Salinas C. (identidad: 0801-1989-14615) con credencial de delegado propietario del FAPER; Jersón Roberto Bados Alemán (identidad: 0801-1984-13447) con credencial de delegado suplente del PINU; y por Erika Johanna Flores R. (identidad: 0801-1992-23033) con credencial de delegada suplente del Partido Nacional. Estos datos aparecen en las actas de esta mesa receptora. Aquí el partido de gobierno tenía control sobre las credenciales del partido del honorable, ínclito, perínclito y completo revolucionario defensor de los derechos humanos Andrés Pavón, y del partido del otro conspicuo, correcto y honesto político socialdemócrata Jorge Aguilar. Tendrían que dar cuenta del porqué sus credenciales pasaron a manos de activistas nacionalistas. Al revisar y firmar el acta de cierre del nivel presidencial nos dimos cuenta que Pavón y Aguilar no sacaron ni un solo voto. Pero, claro, tenían “sus delegados”, aunque no votaran por ellos ni por sus diputados. No es raro que fuera Andrés Pavón el primer candidato presidencial que fuera a celebrar el triunfo de la democracia en la casa de Juan Orlando Hernández y que, lleno de democrática euforia exclamara ¡Ganamos¡ Enseguida, sin asomo de vergüenza alguna se tomara la foto y declarara que fue por pura casualidad que pasaba por donde el ganador.
Esa fue una de las irregularidades. En todo ese día pudimos ver que en esta mesa la alimentación de los nacionalistas, el del Faper y el del Pinu, corría por cuenta del partido de gobierno. Lo hacían sin pudor alguno. Más bien creo que desconocen el significado de esa palabra. Es tanto el poder corruptor del sistema político hondureño que contaba con el auxilio de las madres y los padres de los miembros cachurecos de esta mesa para que sus hijos e hijas pudieran trasmitir rápidamente la información al partido nacional. Parece que llevan en la sangre el fraude y la voluntad para practicar la corrupción. Y si no es así, si el ser corrupto no sea un asunto genético, entonces es un asunto cultural que se puede trasmitir, sus padres se encargan de adiestrarlos en esas malas artes.
Apenas es mi experiencia y tal vez no tenga razones suficientes para generalizar todo eso y suponer que igual ocurrió en otras partes. Tal vez no fue así en todos los casos. Posiblemente fue peor. Pero al margen de los resultados de las elecciones generales, me parece que es muy factible afirmar que los partidos políticos tradicionales son una fuente importante de la corrupción de los jóvenes y que algunos de éstos participan con pleno conocimiento de causa del fraude, la ilegalidad y la degradación social.
28 de noviembre de 2013.
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