En los últimos días el presidente Donald Trump anunció la implementación de las llamadas deportaciones exprés, las que suponen la expulsión del país de migrantes indocumentados, sin ser llevados ante un juez de inmigración.
A finales de julio el Departamento de Seguridad Nacional a través de un comunicado anunció la medida que fue puesta en vigencia inmediatamente. Desde ese momento Josué Orellana, joven migrante en Estado Unidos, originario de Honduras, teme ser deportado.
“Me siento con miedo. Temo salir porque creo que los agentes de migración están detrás, que me capturarán y deportarán”, dijo Orellana al programa Foros Populares que cada semana transmite Radio Progreso.
El joven, quien reside en Nueva York, comenta que otros migrantes están en la misma situación; el temor y la incertidumbre la viven a diario. “Hace un mes fui asaltado al salir de mi trabajo, laboro en cocina y tengo horarios nocturnos, por miedo no puse la denuncia ante la policía, tuve medio de ser detenido y deportado”, dijo.
Kevin McAleenan, secretario interino de seguridad nacional, aseguró que la nueva normativa estaría permitiendo al Departamento de Seguridad Nacional abordar de manera “más efectiva y eficiente” la realidad de los extranjeros que viven en Estados Unidos de manera ilegal y no están en proceso de asilo o no tienen fecha para defender su caso en un tribunal de inmigración.
“Esta nueva norma va a garantizar la deportación exprés de los que no tienen derecho a ingresar o permanecer en el país”, dice el comunicado. Con la medida, el presidente estadounidense busca disminuir el número de entradas irregulares y garantizar “la eliminación inmediata de los extranjeros detenidos en Estados Unidos», McAleenan.
La medida, aplicada hasta ahora solo en la frontera con México, establece que los inmigrantes sin documentos deben poder demostrar que llevan dos años ininterrumpidos en Estados Unidos.
Para Yolanda González de la Red Jesuita con Migrantes Centroamérica, RJM, las medidas implementadas por Trump no ha reducido el flujo migratorio, ni cree que lo harán porque las realidades que enfrenta la gente en sus países de origen los obligan a huir. “Si nos vamos a los hechos, por un lado, en realidad lo que hizo Donald Trump fue ampliar la figura de las deportaciones expeditas que fue creada en 1996 por un gobierno demócrata, que lo que permite es una deportación sumaria. Lo que hace es que te priva de la posibilidad de un proceso judicial, en Estados Unidos los procesos de deportación son judiciales, y esas deportaciones expeditas desde 1996 eran muy excepcionales para la frontera, es decir, se aplicaba a las personas que tenían menos de 15 días de haber llegado al territorio estadounidense y estaban a unas cuantas millas de la frontera, y Donald Trump lo que hace es ampliar y establece que todas las personas que no prueben que han estado en Estados Unidos al menos dos años de manera seguida y que hayan entrado de manera irregular, puedan ser deportadas sumariamente sin la garantía judicial”, comentó.
González advierte que con las medidas puestas en marcha los migrantes serán directamente expulsados del país, sin ser llevados ante un juez de inmigración.
Hasta ahora, este sistema solo se aplicaba a indocumentados detenidos dentro de los 160 kilómetros desde el límite fronterizo con México y solo si no podían demostrar que llevaban mínimo 14 días en el país. Con esto, la Administración de Donald Trump pretende, entre otras cosas, desatascar los tribunales de inmigración, que tienen pendientes la revisión de más de 900.000 casos, dice el comunicado del departamento de Seguridad Nacional.
Mientras los días pasan, las medidas anuncias son más y más severas, dice Josué Orellana, lo que pone en riesgo su estancia en Estados Unidos. Él teme que las redadas masivas se concreten, que lo aparten de su hija de 5 años. “uno vive a este país a trabajar y huyendo de la violencia de nuestros países, no nos queda opción. Yo quisiera que Honduras cambiara le aseguro que me regreso, porque mi tierra es allá, aquí la vida es dura nos persiguen como delincuentes” dijo el migrantes.
Otra de las medidas anunciadas en lo últimos días por Trump, es hacer que la mayoría de solicitantes de asilo que transiten por otro país antes de pisar suelo estadounidense no tengan la opción de pedir la protección. La nueva política se aplicará principalmente en la frontera sur con México, lo que supone un golpe para los migrantes centroamericanos, que suponen el grueso de la ola migratoria en Estados Unidos.
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