miércoles, 6 de marzo de 2019
Honduras es un país que han llevado al despeñadero
Por Ida Garberi
Berta Zúñiga. Foto: Foto: Copinh.
El XIII Taller Internacional sobre Paradigmas Emancipatorios que se desarrolló en La Habana, del 22 al 25 de enero del 2019 una vez más reunió a representantes de los movimientos sociales de casi todas las latitudes, principalmente de América Latina, o como diría José Martí, provenientes de Nuestra América.
La mujer que me hizo conocer estos lindos encuentros entre hermanos y hermanas de lucha fue Mi Comandanta de Honduras, Berta Cáceres Flores.
Ella, como en la edición anterior, no pudo estar físicamente, pero su espíritu indígena, su fuerza, su mensaje siguen estando con nosotras y nosotros, caminaron en el Pabellón Cuba con los asistentes, aconsejando, alertando…NUNCA, Berta, nos abandonará.
Con gran emoción pude abrazar una vez mása su hija, Bertha Zúniga Cáceres, conversar sobre la herencia de su “mami”, las labores del COPINH (Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras, fundado para Berta Cáceres) y sobre la triste situación de su país, Honduras.
“Es un orgullo para mi encontrarme con tantos pueblos que conocieron a mi ‘mami’ y la recuerdan como un símbolo vivo de sus luchas, es increíble que yo la perciba en todas las poblaciones por donde ella caminó. Pero el honor más grande es verla viva en Cuba, una isla y una Revolución que ella tanto admiraba”.
Bertita me habla con emoción de la presentación del libro “Las Revoluciones de Berta. Conversaciones con Claudia Korol” Ediciones América Libre (que se desarrolló en el taller), que por fin defiende lo profundo que fue el trabajo revolucionario que hizo Mi Comandanta, y que sus asesinos quieren disminuirle liderazgo viéndola solo como una ecologista, y así sepultar sus empeños sociales, feministas, de resilencia milenaria, totalmente integrales.
“La demostración de que Berta no está muerta, que Berta como semilla se multiplicó es el hecho concreto de que en el COPINH están muy presente las nuevas generaciones, hasta en los puestos de liderazgo lo están asumiendo estudiantes universitarios, que ayudan mucho en toda la formación de la base y que se reconocen en los 25 años de lucha de la Organización”.
Sobre el tema más triste, Honduras, Bertha Zúniga me recuerda que en junio de este año habrán trascurrido ya 10 años desde el golpe de Estado contra Manuel Zelaya, 10 años de total despojo de cada recurso del país en favor de las transnacionales.
“La estructura criminal del Estado fue reconocida, hace pocos meses, como narcotraficante, la misma familia del presidente de la Republica es culpable, aquel presidente que se posicionó hace un año después de un clamoroso fraude electoral, una vez más.”
Le recuerdo a Bertita que Juan Orlando Hernández se permitió relegirse, violando la Carta Magna de Honduras descaradamente: es curioso que ese fue el mismo motivo en 2009 para el derrocamiento de Zelaya, ¡que proponía una Asamblea Constituyente para saber si el pueblo estaba de acuerdo con la reelección!
Bertha Zúniga hace énfasis en que el pueblo hondureño no está en contra de la reelección, pero para eso exige un proceso democráticoprevio y ya en septiembre del 2010 se recolectó un millón 342 mil 876 firmas que exigían en voz alta una Asamblea Constituyente, para una profunda reestructuración del país, la refundación total, desde sus cimientos.
En la conferencia de prensa sobre la entrega de las firmas, el 17 de septiembre del 2010, la que era, en aquella época, coordinadora general del COPINH, Bertha Cáceres, quiso enviar una copia de las firmas a las organizaciones internacionales para que conocieran la voluntad del pueblo hondureño y para poder quitarle la máscara al gobierno de facto de Pepe Lobo, continuación del golpe cívico-militar del 28 de junio de 2009.
Eso mismo día, Berta me entregó un mensaje desafiante, en una de las entrevistas que le hice, con palabras como siempre muy acertadas, que después de casi nueve años, resultan más que actuales y necesarias: “Creo que tenemos que romper el cerco mediático para que el mundo sepa lo que está ocurriendo en Honduras, es parte del trabajo de la emancipación hemisférica, en todo el planeta; además la obligación de la comunidad internacional es reconocer nuestra lucha para la refundación del país. Basta ya de esta invisibilización horrible, el mundo debe darse cuenta de la represión, de la militarización, de la violación de los derechos humanos, y de la intensificación del intervencionismo y de la ocupación de los EE.UU. y de las transnacionales, de la profundización de la muerte a través del modelo neoliberal. Yo creo que todo esto debe ser una cuestión importante para la comunidad internacional, los países, los gobiernos que son como nuestros hermanos, que el mundo sepa que nuestro pueblo no sólo marcha, gritando consignas, sino que también está construyendo desde abajo y creo que es un deber revolucionario de todas las personas progresistas y de izquierda dar su apoyo a Honduras”, dijo Bertha Cáceres.
“La unidad es fundamental por la base, debemos trabajar juntos para luchar y conseguir la Asamblea Constituyente del pueblo, y puesto que sabemos que es imposible que la oligarquía ceda el poder en una alfombra roja, y si no será democrática y popular no podremos participar, como movimiento, porque sería traicionar al pueblo y a la historia, sería como olvidar nuestros mártires, y tenemos que ser bien claro y transparente sobre este tema”, continuó Cáceres.
“A sugerencia del COPINH, las firmas se enviarán a la ONU, al ALBA a la UNASUR, a la OEA, a organismos internacionales de derechos humanos y a los gobiernos de los países centroamericanos, para que aprendan esta lección que el pueblo de Honduras está dando, con las ideas ‘morazanistas’, luchando por la unidad de toda nuestra región. Creo que es importante que se sepa, a todos los niveles, de nuestra meta, que es la Asamblea Constituyente, como expresión pura de nuestro caminar hacia la refundación de Honduras: la necesidad legítima de la gente, ahora no es legal, pero no importa, porque sabemos que las leyes en este país fueron escritas por la oligarquía. Tenemos que auto convocarnos, no podemos continuar siendo sometidos y sometidas, en Honduras, a la lógica de la dominación del derecho occidental, capitalista y racista” concluyó Bertha.
Para terminar mi charla con Bertita, le pregunto sobre el proceso contra los asesinos de su “mami” y ella en seguida quiere evidenciar que no habrá justicia hasta que los autores intelectuales estén sentenciados. “En noviembre del 2018 fueron condenados 7 personas, pero representan solamente los sicarios y los cargos intermedios pagado para DESA (Desarrollo Energético S.A.): ¡ningún jefe del ejército o funcionarios importantes del estado, ninguno perteneciente a la familia Atala-Zablah (propietaria de DESA) fueron nombrados en la Corte!”.
“Seguiremos en la lucha hasta lograr la justicia, mataron a mi ‘mami’ pensando destruir el COPINH sin saber que sus ideas no pueden morir, se sembraron, que el pueblo Lenca seguirá para preservar su territorio hasta echar el último proyecto asesino de las transnacionales”.
Este año, el tercero desde su siembra, Berta nos convoca una vez más: el COPINH desarrollará desde el 1 hasta el 3 de marzo de 2019 tres días de resistencia ante la impunidad, de apoyo al pueblo Lenca y de estudio de estrategias para que se haga justicia en UTOPIA, centro de encuentros y amistad del COPINH, en La Esperanza, Intibucá, Honduras.
Pero quien no pueda participar, el día 2 de marzo puede llegar delante de la embajada de Honduras de su país para exigir la captura de los autores intelectuales, exigir la cancelación del Proyecto Hidroeléctrico “Agua Zarca”, Tuitear #JusticiaParaBerta #FaltanLosAtala #3AñosSinJusticia.
Personalmente, cada segundo que pasa percibo como un aliento que me inspira las palabras que Berta pronunció cuando recibió el Premio Goldman, en el 2015: “¡Despertemos! ¡Despertemos humanidad! Ya no hay tiempo! Nuestras conciencias serán sacudidas por el hecho de solo estar contemplando la autodestrucción basada en la depredación capitalista, racista y patriarcal. El Río Gualcarque (rio sagrado del pueblo Lenca) nos ha llamado, así como los demás que están seriamente amenazados. ¡Debemos acudir! La Madre Tierra militarizada, cercada, envenenada, donde se violan sistemáticamente los derechos elementales, nos exige actuar. Construyamos entonces sociedades capaces de coexistir de manera justa, digna y por la vida.
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