miércoles, 15 de febrero de 2017
La Comunidad Internacional llama a proteger a Miriam Miranda de OFRANEH
Revuelo y escándalo generó en la clase política y empresarial del país el reciente informe de la organización británica Global Witness que revela 5 casos concretos en donde hay suficiente evidencia sobre la vinculación de altos cargos políticos y élites empresariales en la violencia que reciben defensores, defensoras y comunidades que defienden su derecho sobre la tierra y los bienes naturales.
La contundencia del informe es tal que asegura que Honduras es el país más peligroso para los defensores y defensoras de la tierra señalando que desde el año 2010 a la fecha, unas 123 personas han muerto por protestar en contra de la explotación y destrucción de la tierra, los bosques, ríos y todos los bienes naturales.
La coordinadora de la Organización Fraternal Negra de Honduras (Ofraneh) Miriam Miranda, manifiesta que la comunidad internacional está llamada a presionar por la protección de los defensores en Honduras.
“Yo creo que la presión de la comunidad internacional va a seguir, y eso es muy importante, hay demandas muy claras hacia el gobierno de Honduras” declaró Miranda.
La defensora va a más allá al plantear que ese apoyo internacional no sólo deben ser recomendaciones al Estado de Honduras sino aplicar esa tarea en sus propios países. “Nosotros hemos estado esperando un trabajo que haga la comunidad internacional en sus países de origen. Por ejemplo, con los inversionistas y los bancos que financian estos proyectos de muerte debe hacerse en un trabajo en sus países, debe haber una responsabilidad transfronteriza” manifestó Miriam Miranda.
Radio Progreso (RP) diálogo con Miriam Miranda (MM) sobre la situación de los defensores y defensoras del ambiente a la luz del informe de Global Witness.
RP. ¿Cuál es su valoración del informe de Global Witness?
MM. Este informe recoge y fundamenta algunos informes que ya se habían dado. Este es el quinto informe. Ya hay informe de la Relatora, hay de Amnistía, hay otros de la plataforma internacional.
RP. ¿Qué le sorprende?
MM. Que se señale la participación directa de la clase política de este país, con nombres y apellidos. Por eso es que se da este escándalo mediático porque esa es la diferencia. Hay nombres y apellidos de políticos y de empresarios.
RP. ¿Hay algún apartado que le interese más?
MM. Revela básicamente lo que ha sido la participación de la empresa DESA en el asesinato de Berta Cáceres. Nosotros como organizaciones indígenas lo hemos dicho que el origen del asesinato de Berta fue un proyecto hidroeléctrico, y eso lo quiso tapar desde un inicio el gobierno, recordemos que al inicio dijeron que era un crimen pasional. Todavía a estas alturas el informe está bajo “secretividad” absoluta.
RP. ¿Qué opinión le merece todo el revuelo que el informe causó?
MM. Hay muchas cosas que no se han develado. En este país ya no sorprende nada. Aquí se hace escándalos en los medios cuando hay interés para poder criminalizar a los defensores y defensoras de la madre naturaleza, pero no se hace escándalo cuando se develan participación de altos jerarcas del ejército, de altos jerarcas del gobierno.
RP. ¿Teme usted que estas denuncias se queden en puro escándalo?
MM. Claro que sí, y podría afirmarlo porque lo que correspondería al gobierno es impulsar una investigación para decir que lo que están haciendo es malo y poder deducir responsabilidades a esa clase política.
RP. ¿Qué piensa de la forma como han reaccionado algunos miembros del gobierno?
MM. Recordemos que este es un año electoral, y mucha de la gente que es señalada o están en el congreso nacional o están interesados en la campaña política. También un informe como éstos, de alguna manera, cala en la opinión pública internacional y en las decisiones que pudieran tomarse en algunas instituciones u organismos internacionales respecto a Honduras.
RP. ¿Qué esperan ustedes como defensores de la comunidad internacional?
MM. Yo creo que la presión de la comunidad internacional va a seguir, y eso es muy importante, hay demandas muy claras hacia el gobierno de Honduras, pero también nosotros hemos estado esperando un trabajo que haga la comunidad internacional en sus países de origen. Por ejemplo, con los inversionistas y los bancos que financian estos proyectos de muerte debe hacerse un trabajo en sus países, debe haber una responsabilidad transfronteriza.
RP. ¿Qué significa ser defensor y defensora del ambiente en un país como Honduras?
MM. Creo que ser defensor y defensora en un país con una alta violencia y criminalidad, donde hay más vulnerabilidad, demanda la necesidad de colectivizar la lucha, todos y todas debemos convertirnos en defensor y defensora. Nada de lo que nosotros hacemos puede ser a nivel individual, debe ser colectivamente. Tenemos que comprometernos más.
RP. ¿Qué satisfacciones produce ser defensor y defensora?
MM. La mayor satisfacción es tomar la decisión si morir más rápido o morir más lento porque igual nos vamos a morir. La gran satisfacción es pensar que tus hijos, y los hijos de tus hijos van a tener agua limpia, van a poder tener alimentos sanos, que van a poder vivir una vida en la que la gente va a poder tener bienestar. Pero eso significa tener conciencia pero también significa entender que luchar por los bienes comunes de la naturaleza es luchar por la vida.
RP. Como defensora, ¿qué le genera temor?
MM. Despertarme un día y ya no tener fuerza para seguir luchando. También me genera temor que en un momento dado no pueda tener a este equipo maravilloso, esa fuerza espiritual-cultural que me hace ser diferente en un país donde quieren uniformarnos a todos y a todas. De lo contrario pues aquí estamos con nuestro pueblo, hay vamos a seguir con esos tambores y esos sahumerios, esa lucha cultural-espiritual fuerte del pueblo garífuna, la fuerza nos la dan nuestros ancestros y ancestras que ellos nos acompañan en todo momento en esta lucha.
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