viernes, 24 de febrero de 2017

Cómo vivió Estados Unidos su primer día sin inmigrantes



En el propio edificio del Congreso en Washington no hubo café para mantenerse despierto, ni comida para alimentarse. Allí la cafería cerró para unirse a la convocatoria Un Día sin inmigrantes.  “Esto es lo que pasa cuando los inmigrantes no están presentes, la misma cafetería del Senado de los Estados Unidos está cerrada, se paralizó”, dijo a los medios el senador Robert Meléndez del Estado de Nueva Jersey.    
Otras ciudades como Virginia, Nuevo México, Houston, San Francisco, Boston, Nueva Orleans, Filadelfia, New York, Los Ángeles,  Austin y Chicago se sumaron a la iniciativa de paralizar labores para demostrar la contribución que los migrantes hacen a la economía y vida de Estados Unidos. 

La convocatoria girada a través de las redes sociales y acuerpada por miles de migrantes y ciudadanos estadounidenses en las distintas ciudades se hizo en rechazo a las medidas anti migratorias aprobadas por el presidente Donald Trump en su primer mes al frente de la Casa Blanca. 


“Este día es muy importante para dar a conocer a este país, no solo el aporte económico que la población migrante hace a Estados Unidos, sino que tenemos derechos, que somos seres humanos  y que no podemos permitir que los derechos constitucionales y civiles continúen siendo violentados”, dijo a Radio Progreso la hondureña Patricia Montes directora del Centro Presente, una organización que acompaña a migrantes centroamericanos en Boston, Massachusetts. 

Para esta joven activista Un día sin inmigrantes, es la primera de las muchas acciones que se harán en reclamo de los derechos de la comunidad migrante que aporta enormemente en el sostenimiento  de esa nación. “Valoramos enormemente la cantidad de personas que se paralizaron este 16 de febrero en tantas ciudades, porque mucha de la gente que dejaron de ir a la escuela o a sus centros de trabajo corre el riesgo de ser despedidos, de no recibir el día de salario, pero saben que con esta acción se hacen sentir, le dicen al mundo que su trabajo cuenta”. 

Hacer sentir su voz 

Un Día sin inmigrantes busca que los inmigrantes en Estados Unidos hagan sentir su voz y fuerza, dice Karla Rivas de la Red Jesuita con Migrantes- RJM-en Honduras. “La jornada demostró que  los migrantes hacen un aporte sumamente importante para que Estados Unidos sea un país tan importante. Este aporte tiene que ver con la fuerza laboral, la fuerza cultural que tienen los latinos. Siete millones de personas que  trabajan en el área de restaurantes son de origen latino, es hacer sentir lo que pasa en la industria del servicio cuando estos trabajadores se paran. Es recordar el poder y la responsabilidad que esa comunidad  tiene en la construcción del país donde ahora están  viviendo”, dijo Rivas. 

Información del  Migration Policy Institute, detalla que los inmigrantes forman cerca del 14% (45 millones de personas) de la población que está viviendo en Estados Unidos. De ellos, la mitad provienen de países latinoamericanos. En el mercado laboral, los inmigrantes componen el 17% y sus empleos se condensan en el sector servicios, sobre todo restaurantes, hostelería y pequeños establecimientos.

“Tenemos miedo”

Cargando una pequeña pancarta, Josué Orellana un joven de 28 años de edad, junto a su pequeña de 4 años, se unieron a la movilización que organizaciones en Charlotte, Carolina del Norte organizaron este 16 de febrero.  

El hondureño que lleva viviendo en Estados Unidos seis años, confiesa que tiene mucho miedo. Ayer con más dudas que respuestas decidió no ir a trabajar y salir a protestar junto a su hija, porque sabe que las amenazas de deportación del presidente Trump se pueden cumplir en cualquier momento. 

“Las cosas se están poniendo muy serias en este país. Desde que entró el nuevo presidente las leyes que ha firmado han sido en contra de los inmigrantes, así como yo que vivo desde hace 6 años. Yo me vine por las condiciones de mi país (Honduras), que está completamente en la violencia y la pobreza, no hay trabajo. Yo migré para construir una nueva vida para mí y mi familia”, dice Josué al compartir su historia.  
El joven hondureño confiesa que participar en la movilización le generó muchos temores, sobre todo que la policía de migración los pudiera identificar, ya que en la ciudad donde vive los actos y comunidad racista están muy presentes. Pero el temor más grande que le invade es que las redadas sigan, provocando más deportaciones de compatriotas que tienen su vida y su familia en Estados Unidos. 

Ese temor lo tienen la mayoría de los migrantes, dice Patricia Montes. “Sabemos que las comunidades de inmigrantes, sobre todo aquellas que no tiene documentación ya estaban viviendo una crisis en los Estados Unidos por el legado que dejó la administración del  presidente Barack Obama, alrededor de 3 millones de personas deportadas, y políticas migratorias que criminalizaban fuertemente las poblaciones migrantes, pero con Donald Trump las amenazas vienen cargadas de mensajes xenófobos.

Las organizaciones que acompañan a los migrantes calificaron la acción como positiva ya que todo cuenta en esta lucha por organizar, denunciar y responder ante las amenazas del nuevo inquilino de la Casa Blanca.    

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