sábado, 4 de julio de 2015

Indignados en huelga de hambre se sienten prisioneros



El aislamiento al que han sido sometido en contra de su voluntad por las fuerzas de seguridad del Estado los jóvenes indignados que desde el lunes realizan una huelga de hambre en las cercanías de Casa Presidencial, pone en precariedad su salud.

Desde el lunes que Ariel Varela y Miguel Briceño iniciaron la huelga de hambre como medida de presión para que el gobierno de Juan Orlando Hernández solicite ante las Naciones Unidas la instalación de una Comisión Internacional Contra la Impunidad (CICI) en el país, la fuerza de seguridad del Estado comenzó violentándole muchos derechos a los jóvenes y a las personas que circulan por ese sector.
La policía colocó vallas de tela metálica en la zona para impedir el paso de vehículos y de las personas, violentando uno de los derechos fundamentales del ciudadano, la libre locomoción.
Varias organizaciones de derechos humanos han estado en el lugar, para interceder para que los jóvenes en ayuno tengan garantizadas las mínimas condiciones.
Los jóvenes en huelga de hambre denunciaron este jueves, al cumplirse cuatro días de ayuno indefinido, sentirse prisioneros, que tienen restricciones de toda clase, que no les permiten el ingreso de sus familiares, amigos y personal de apoyo.
Esta denuncia ha sido constada desde el primer día por varias organizaciones de derechos humanos, quienes han realizado las acciones correspondientes y este jueves fue verificada por Linda Lizzie Rivera, comisionada adjunta del Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (Conadeh).
La funcionaria señaló que harán las acciones para que la policía y militares procedan a quitar las vallas que han colocado a lo ancho de la calle, cerrando la circulación peatonal y vehicular por ese lugar.
Comerciantes de la zona interpusieron también una denuncia ante el Conadeh porque el cierre de la zona les está provocando enormes pérdidas económicas.
Los militares y policías que están en este operativo han señalado que el cierre del perímetro es por garantizar la seguridad de las personas en huelga de hambre.
“Este tipo de condiciones pone en precariedad la salud de los muchachos que están en huelga de hambre, tanto de los que están afuera y dentro del perímetro cerrado”, expresó uno de los promotores de derechos humanos que permanece vigilante en el lugar.

Son ocho personas las que están ya en huelga de hambre en Tegucigalpa, donde en la parte de afuera de la valla que tiene cerrado el lugar, hay cuatro y otro número igual en la carpa donde están Ariel Varela y Miguel Briceño.
El grupo de médicos que están pendientes de la salud de los jóvenes, han señalado que los huelguistas están en condiciones que ya no se pueden estar movilizando como el primer día.
Indicaron que, gracias a la intervención de los organismos nacionales de derechos humanos, los cuatros que están dentro ya tienen las garantías mínimas, como ser baño y los familiares ya tienen acceso a ellos, ya se les puede llevar agua, medicamentos y suero.
Pero han solicitado a los oficiales encargados del operativo que permita que las cuatro personas que están afuera en huelga de hambre puedan ingresar donde están los otros, porque estos están a la intemperie y “nos preocupa por el hecho que sucedió el martes, donde hubo un acto violento”.
Asimismo señalaron que el estado físico de estos cuatro que se han sumado a esta protesta es un estado de vulnerabilidad, porque ya llevan más de 36 horas de estar en ayuno.
Las personas que ingresan son registradas por los policías, quienes les apuntan el número de identidad, organización a la que pertenece, si es familiar a quien va a visitar, lo que tiene en alerta a las personas porque es una manera de estar levantando perfiles.
“Hemos solicitado que los metan en el perímetro de restricción, para hacer un mejor monitoreo y garantizarles su salud, pero la petición ha sido negada por los policías y militares”.
“Veo que a ciertas personas no se les impide el paso, pero al ciudadano simple si se nos impide”, protestó una de las personas que está de apoyo a los huelguistas y que tiene cuatro días de acompañamiento y necesita ser relevado para descansar un poco, pero los policías y militares se niegan a que ingrese otro compañero a cubrir su turno.
“Hemos expuesto ante el Conadeh las violaciones que sentimos como ciudadanos que se están cometiendo en este perímetro que se ha instalado y queremos saber quiénes son las cabezas que han ordenado esto, porque los soldados solo reciben órdenes y queremos saber quién es la mente responsable de esto”.
Asimismo le envió un mensaje al presidente Juan Orlando Hernández: “quite esta valla, escúchenos e instale la Comisión Internacional Contra la Impunidad”.
El personal de apoyo de los huelguistas tiene más de tres días sin que puedan ser relevados, ya que la seguridad policial no deja entrar a las otras personas que harían turno. Los encargados del operativo habían acordado con los defensores de los derechos humanos que se dejaría entrar a los relevos, pero los militares y policías lo están incumpliendo.
Este jueves, Luis Munguía, un empleado de Hondutel, que fue suspendido por este gobierno,  se unió a la huelga de hambre de los indignados.
Munguía señaló que se une a esta juventud indignada por ser una noble causa.
“Venimos porque es demasiado el desfalco que han hecho contra todas las instituciones del Estado, instituciones que han sido nobles, como por ejemplo Hondutel, el caso del Seguro Social”.
Este hondureño relató que tuvo a sus dos hijas menores con chikungunya, que las llevó al Seguro Social y que no había acetaminofén, y que eso lo ha indignado por lo que invitó al pueblo hondureño a que se sume a la indignación de los jóvenes.

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