miércoles, 5 de febrero de 2014

Bajo amenaza


Diario Tiempo

La posición del gobierno en relación con el pago de los impuestos concernidos en el “paquetazo navideño” es garantizarlo bajo amenaza, ante la certeza de una marcada tendencia a la evasión, en gran medida asumida por los micro, pequeños y medianos empresarios en defensa propia.

En condiciones normales, la evasión del pago de impuestos es relativamente pequeña, sobre todo si se compara con la ineficacia en la recaudación tributaria. Como bien sabemos, la incapacidad en el cobro de los impuestos, de suyo inalterable, está entre los principales concurrentes del déficit fiscal.

En las condiciones actuales, de casi parálisis en la producción nacional e incluso de desinversión con el cierre sustancial de “mipymes” por diferentes motivos, pero principalmente por reducción de sus ingresos y por inseguridad (pago de impuesto de guerra), la inclinación al escamoteo en el pago de impuestos resulta lógica, y, de repente, hasta justificable.

Uno de los problemas -entre los muchos- de los “paquetazos” en serie aplicados por el régimen es su condición estructural de inequidad, que se aleja totalmente del concepto de la proporcionalidad en concordancia con las capacidades de rentabilidad y de solvencia de los sujetos de tributación. O sea lo que, en síntesis, se denomina tributación proporcional.

En el caso del primer “paquetazo” del gobierno entrante, decretado con calculada anticipación, esa cuestión de la proporcionalidad se plantea al revés, con el objetivo consciente de proteger un sector de la economía pudiente, el más vinculado al corporativismo neoliberal y a la desnacionalización empresarial.

Así las cosas, el instrumento de la amenaza para obligar al pago de los impuestos y cortar la escapatoria por evasión, resulta indispensable, aunque tal mecanismo conlleve, de manera latente, más carga de violencia y de inflamabilidad a las bases sociales.

Hasta ahora, las manifestaciones de tal insatisfacción no han hecho mella en la mente utilitarista del régimen, y, si se toma en consideración el lineamiento general del modelo neoliberal, más aún en su actual forma feroz, difícilmente habría un cambio de orientación porque ello implicaría una revisión a fondo del modelo.

Esa es, entre otras cosas, la situación y condicionamiento en que el congreso nacional se dispone, en la semana próxima, a la discusión del proyecto de Ley del Presupuesto General de Ingresos y Egresos de 2014, es decir el plan del primer año de gobierno de la administración entrante, que, por supuesto, no quiere caminar con los pies hinchados.

Será así porque, además del pecado contra la justicia social, lidiará con el corrosivo aumento de la deuda pública que se acerca, en punto de mareo, al 60% del producto interno bruto, PIB, y con una meta de recaudación de 70,000 millones de lempiras para respaldar un total presupuestario de aproximadamente 181,000 millones de lempiras.

En esas condiciones, o pagas, o te mueres. En realidad, un ultimátum sin opción porque, de cualquier modo, te mueres…

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