lunes, 8 de noviembre de 2021

Las elecciones son oportunidad entre los enormes desafíos de Honduras


Radio Progreso

El sacerdote jesuita Ismael Moreno, Director del Equipo de Reflexión, Investigación y Comunicación, Eric-sj y Radio Progreso, asegura que las elecciones del próximo 28 de noviembre representan una oportunidad y un gran desafío para el país.

“… son una oportunidad pero es una oportunidad en el marco de enormes desafíos que se presentan en una Honduras, en donde las cosas muy poco cambiaron desde 2017 y general a lo largo de los últimos 12 años”, manifestó Moreno.

Sostuvo que hacerle frente a estos desafíos que presentan las elecciones es también hacerle frente a la debacle que se puede venir.

Radio Progreso (RP) dialogó con el padre Ismael Moreno (IM) sobre el proceso electoral, sus pesos y contrapesos.

RP. ¿Qué piensa del curso que está tomando el proceso electoral?

IM. Es muy difuso, muy irregular, comparado como un camino de muchas curvas. En el primer semestre del año, tuvimos las elecciones primarias caracterizadas por el fraude interno de cada uno de los tres partidos que participó en la contienda para elegir a los candidatos que irían a disputar un cargo de elección popular en las elecciones del 28 de noviembre.

Un tiempo después de las elecciones primarias hubo unas luces en el camino que generó algunas expectativas, al menos así las tuve yo, confiando en que la oposición, ante el peligro de un continuismo de quienes llevan al menos 12 años manejando el país a su gusto y antojo, iba a lograr una alianza para hacerle frente, y resulta que llegó el plazo para la inscripción y no pasó nada.

Y cuando todo parecía que cada candidato y cada partido estaba anclado en sus posiciones, de pronto nos amanecemos de que se ha logrado un acuerdo de coalición entre el partido de Salvador Nasralla, Libertad y Refundación y el Partido Pinu. Es una coalición que acepta que la encabece Xiomara Castro Sarmiento. Siendo un camino de curvas y bajadas, quiero ser optimista y acentuar que con esta coalición se pueda avanzar hacia unas elecciones que permita el respeto al votante y que pueda desplazar al actual régimen que le ha hecho mucho daño al país.

RP. ¿Qué rasgos caracterizan este proceso?

IM. Una institucionalidad conducida y subordinada a decisiones personalistas, a decisiones desconocidas por todos nosotros, la sociedad que somos del pueblo municipal y espeso, arreglos bajo la mesa y la generación de un discurso, especialmente el oficialista, que es confrontativo y generador de miedos, de falsos ambientes y de inestabilidad. Ya la sociedad hondureña está demasiado inestable como para que también la campaña política se le cargue con unos contenidos que son extremadamente baratos y trasnochados.

RP. ¿Hay entusiasmo en la gente por salir a las urnas?

IM. Pienso que el entusiasmo ha ido creciendo, y que a pesar de la campaña de miedo, diciendo que en los días previos va haber disturbios, va haber golpe de Estado, que va haber una serie de quema de edificios, etc., la población va creciendo en conciencia de ir a depositar el voto el 28 de noviembre, pesa más la decisión ciudadana de ir a depositar el voto que el miedo que genere.

Esto significa que no hay sectores de la población que se muevan por esto de la lógica de sálvese quien pueda: a mí las elecciones no me dan de comer, voy a comprar unas cuantas heladitas y me voy a quedar en la casa viendo un partido de fútbol de Europa y nadie me va a sacar de la casa, hay gente pero cada vez son menos los sectores que piensan así.

RP. ¿La suerte electoral se decidirá entre el Partido Nacional y la Alianza?

IM. Está muy bien dicho, hay dos sectores que se van a disputar tanto la presidencia de la República como el Congreso Nacional, pero hay una cantidad de partiditos que son comparsa del partido oficialista, tienen muy poco que hacer, pero mucho daño que provocar.

RP. ¿Cuál debe ser la apuesta: la presidencia de la República o el Congreso?

IM. Históricamente las elecciones siempre han tenido en el centro quién va a ser el presidente o la presidenta porque vivimos en una sociedad, en un Estado presidencialista. Sin embargo, y especialmente por las experiencias de los últimos años sobre el gran daño ha hecho el Congreso Nacional por la aprobación de leyes, vía contubernio entre el Ejecutivo y el Congreso Nacional, para favorecer a transnacionales, favorecer la instalación de ZEDE, las concesiones a empresas extractivas, acentúan leyes que endurecen las políticas en contra de los defensores y defensoras de los derechos humanos y del ambiente.

Esto lo ha vivido una gran parte de la población lo que les ha llevado a decir que está bien la presidencia pero que en esta siguiente etapa de gobierno sino se cambia el mapa en el Congreso Nacional, la presidencia va a seguir o en contubernio con el Congreso o va a ser aplastada por el Congreso Nacional. Por lo tanto la elección de la Presidencia de la República y la elección en el Congreso Nacional cada vez se están viendo como una necesidad de juntar las dos cosas.

RP. ¿Y cuál es la expectativa al respecto?

IM. Las expectativas van siendo, de algún modo, favorables. Pienso que el próximo Congreso Nacional va rumbo a ser trastocado, es decir que no va a tener la aplanadora que ha tenido el Partido Nacional, creo que va ser así y lo deseo también. En estos años no ha habido contrapesos, hay un solo peso y cuando hay un solo peso llegamos a los autoritarismos de los cuales hoy estamos siendo víctimas.

RP. ¿Qué papel debe jugar la comunidad internacional?

IM. Llamémosle por su nombre: el sistema de las Naciones Unidas, la Organización de Estados Americanos, la Unión Europea, la Embajada del gobierno de los Estados Unidos, hasta ahora han jugado un papel que, desde mi punto de vista, ha sido bastante condescendiente con las políticas oficiales.

Es cierto que con la asunción de la administración de Biden se abrieron nuevos caminos y se crearon nuevas comisiones, pero en la práctica los diversos organismos internacionales han acabado dándole un aval al gobierno hondureño, y no es malo si el gobierno de Honduras no fuera tan malo, pero, así como están vinculados a la corrupción, a los saqueos, al narcotráfico, hubiese esperado que los organismos internacionales tuviesen una palabra más firme.

RP. ¿Qué son estas elecciones para Honduras: ¿una oportunidad, un desafío o la agudización de los problemas del país?

IM. Son las tres cosas, penosamente, porque desde mi punto de vista quisiera decir que son una oportunidad, pero decirlo así tan fríamente me suena como a palabra repetida, a palabra trillada, pero claro que son una oportunidad, pero es una oportunidad en el marco de enormes desafíos que se presentan en una Honduras en donde las cosas muy poco cambiaron desde 2017 y muy poco cambiaron a lo largo de los últimos 12 años. Hacerles frente a estos desafíos que nos presentan las elecciones es también hacerle frente a la debacle que se nos puede venir.

RP. ¿Cómo evitar esa debacle?

IM. Si los organismos internacionales, si los dirigentes de los partidos políticos, si las diversas iglesias, si los diversos sectores de la sociedad civil y de los movimientos sociales, no tenemos una palabra clara en demanda porque se respeten los votos y que se garantice un mínimo de transparencia vamos a llegar al 28 de noviembre con condiciones que allí si van a atizar más la violencia y vamos a amanecer un 29 de noviembre mucho más cargados de angustias, miedos y violencia que como lo hemos tenido en estos meses previo a las elecciones.


No hay comentarios: