jueves, 18 de noviembre de 2021

Oswaldo Ramos Soto: Más de treinta años de servilismo


Radio Progreso

Hablar de Ramos Soto es referirse al tipo de política que padecemos. Lleva más de 30 años vinculado al poder, y no expresamente a diputaciones, como la generación actual lo conoce. Sus orígenes datan desde 1982, cuando fue Decano de la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), plataforma que lo catapultó para años más tarde, ser su rector.

Desde los años 80, Ramos Soto militó en el Partido Nacional, entidad por la que, en 1989, aspiró a la presidencia de la República. En ese período no tuvo éxito, y como un buen calculador depuso sus intereses para apoyar a Rafael Leonardo Callejas.

De 1990 a 1992 fue magistrado de la Corte Suprema de Justicia, un año después-1993-, aspiró nuevamente a la presidencia, incluso, representó a su partido en los comicios generales que finalmente perdió ante al liberal Carlos Roberto Reina.

El poder seduce, y Ramos Soto ha sido su fiel enamorado. A partir de 2001, aspiró a una diputación por el departamento de Francisco Morazán, ese fue el punto de partida para que ocupara el cargo por 5 períodos consecutivos (2005, 2009, 2013, 2017), y ahora sueña con 4 años más.

Por sus hechos los conoceréis

Ramos Soto es un político hábil, cuando habla seduce a su público, cada uno de sus discursos son acompañados de palabras que en la mayoría de casos ni siquiera son comprendidas por sus votantes. Pero eso gusta a un segmento de sus electores y al final, se traduce en votos que es lo que en realidad interesa en sus campañas.

Sus acciones en los 5 períodos consecutivos en el Congreso Nacional, restan credibilidad a sus promesas. Desde este poder del Estado ha promovido iniciativas como la criminalización de dirigentes estudiantiles, suspensión de autonomía a la UNAH y lo más recordado: asesoró la interpretación legal que dio vida a la reelección de Juan Orlando Hernández.

Sobre la criminalización estudiantil, Ramos Soto expresó en medios de comunicación: “voy a plantearlo en el Congreso porque los delincuentes incurren en un acto antijurídico, y lo hacen para que la justicia no pueda encontrarlos, si ellos no anduvieran con máscaras serían fácilmente apresados”.

El docente universitario Sergio Rivera, cuestionó el papel de Soto en el Congreso Nacional, incluso recordó: “el eterno diputado ha sido nefasto. Él fue uno de los que avaló la reelección de Juan Orlando Hernández, además, en todos estos años, no ha sido notorio por algún proyecto de ley que identificara su capacidad académica para ponerla al servicio del pueblo.

Ha sido más de lo mismo, un diputado que apañó la corrupción de su partido, y no se ha escuchado su voz criticando esa corrupción que hoy tiene al país al borde del abismo.

Además, los universitarios no olvidamos que atentó contra la autonomía universitaria, y ahora lo hace promoviendo la venta del territorio con las Zede, ojalá el pueblo hondureño no lo elija”, aseguró Rivera.

Poder a cualquier precio

Las elecciones de 2013 fueron las más difíciles para Ramos Soto, su puesto en el Congreso corrió peligro, uno de sus compañeros nacionalista, el periodista deportivo Orlando Ponce, lo denunció de fraude en su contra para sacarlo del Poder Legislativo.

De acuerdo a Ponce, él había sido electo por la ciudadanía en el proceso electoral, pero desde la cúpula del Partido Nacional, y la complicidad de las autoridades, del entonces Tribunal Supremo Electoral (TSE), maniobró para sacarlo y en su lugar, poner a Ramos Soto.

“He sido víctima de un inmenso fraude que nos ha propiciado el TSE, para meter al señor Oswaldo Ramos Soto como diputado al Congreso Nacional, tengo las pruebas de esta maniobra.

Teníamos una diferencia favorable y con el conteo de tres actas inyectaron votos para Ramos Soto, para sacarme del ruedo y meter a la gente que quieren en el Congreso. De acuerdo a las actas que tenemos él no resultó electo y ahora forzaron su nombramiento.

No vale la pena ir a las elecciones cuando no es el pueblo el que decide, sino un grupo reducido de personas que tienen poder de decisión para nombrar a los que quieren”, denunció Ponce.

Para el integrante de la Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ), Kenneth Madrid, es importante que el electorado tenga en cuenta cada antecedente de los candidatos para no votar por seducción, sino por razonamiento.

“La oferta legislativa es bastante alta y ya todo el pueblo debe verificar cual es la propuesta que tienen los candidatos, y también a todas estas personas que llevan cuatro o cinco y seis períodos en el Congreso y no le han respondido al pueblo hondureño.

Hay que demandarles propuestas, los votantes deben evaluar bien a los candidatos y hacer un balance sobre el papel que han jugado los que aspiran a ser reelectos en el cargo.

La gente tiene que ver la capacidad del candidato, su trayectoria y su comportamiento como político, la cultura del votante debe cambiar, y eso es fundamental para generar cambios”, manifestó Madrid.

Oswaldo Ramos Soto también fue uno de los diputados que apoyó la salida de la Misión de Apoyo Contra la Corrupción e Impunidad (MACCIH), instancia que asesoró al Ministerio Público, en acusaciones judiciales contra funcionarios públicos involucrados en corrupción y desvío de fondos públicos.

El abogado penalista Elvin Carrillo, fue claro y sugirió que diputados de la categoría de Ramos Soto, deben dejar el cargo y dar paso a relevos generacionales.

“Hay que sacar a los dinosaurios del Congreso que no han hecho nada por su país, los votantes deben tener en cuenta que el candidato no haya estado involucrado en corrupción, y que no haya traicionado a los intereses del pueblo desde sus cargos de poder.

Ya es tiempo, por ejemplo, que candidatos como Oswaldo Ramos, se retiren y den espacio a otros liderazgos, gente más comprometida con el pueblo y no con los grupos de poder”, culminó.


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