martes, 29 de diciembre de 2020

“Imaginar lo aparentemente inimaginable es lo que hacen los mejores científicos”


El viejo topo

Por Salvador López Arnal 

Álvaro de Rújula nació en Madrid, donde estudió Física y obtuvo su doctorado. Ha trabajo en Italia (Centro Internacional de Física Teórica, Trieste), Francia (Instituto de Estudios Científicos Avanzados), Estados Unidos (Universidades de Harvard y de Boston, MIT) y en la Organización Europea para la Investigación nuclear, el CERN (desde estudiante de verano hasta director de la División de Teoría). Actualmente también forma parte del Instituto de Física Teórica de la Universidad Autónoma de Madrid (IFT/UAM/CSIC).

En los años setenta del pasado siglo, el profesor De Rújula contribuyó a la consolidación del modelo estándar de la física de partículas, principalmente la cromodinámica cuántica y sus quarks encantados. También ha realizado trabajos sobre neutrinos (las mediciones de la masa y la tomografía de la Tierra), la ausencia de antimateria en el universo, cómo encontrar el bosón de Higgs, etc.

En Los Libros de la Catarata (junto con la Fundación Areces y la Real Sociedad Española de Física) ha publicado recientemente Disfruta de tu universo, no tienes otras opción.

Nos habíamos quedado en este punto. Las teorías que has citado (mecánica cuántica, teoría de la relatividad) tienen casi un siglo de antigüedad (en algún caso sin el casi). ¿Y desde entonces?

Preguntabas por “grandes” teorías. Ninguna hay tan grande como las que cité. Un siglo de antigüedad y no hacen agua por ningún sitio. Excepcional. Hay también teorías más concretas con enorme éxito. Por ejemplo la “teoría cuántica de campos”, que aúna la mecánica cuántica y la relatividad especial. En ella se basan el “modelo estándar” de las partículas elementales y casi todo lo mucho que entendemos sobre “la materia condensada”.

¿Las teorías físicas siguen siendo las reinas de las teorías científicas?

Los reinados duran lo que duran. No me extrañaría que la actual princesa heredera (por emplear tu terminología) fuese la biología. Sobre todo la biología molecular, por eso de darle un empujoncito físico-químico.

Te muestras firme partidario de la investigación básica tanto en el libro que he citado como en esta conferencia tuya que me permito recomendar a los lectores: https://www.youtube.com/watch?v=V_PqG7_uz6E&feature=youtu.be. El principal argumento que esgrimes, salvo error por mi parte, no es el de las aplicaciones posteriores de los resultados básicos obtenidos, aunque también, sino el valor del conocimiento en sí de ese conocimiento.

No sabría resumirlo mejor.

¿Y por qué es tan importante ese conocimiento? ¿Por razones filosóficas? ¿Por nuestro estar-en-el-mundo? ¿Por el deber humano, si fuera el caso, de conocer la naturaleza del mundo, del universo?

Las artes y las ciencias son las actividades y conocimientos que más claramente nos distinguen de otros primates. A cada cual le corresponde intentar escoger de que lado de la tenue línea fronteriza se coloca. Pero hacerlo no es un deber. Y por razones filosóficas… ¿cuáles? Hay ahí, como siempre, mucho donde escoger. Por ejemplo: ¿en Popper y su defensa de la falsabilidad o en Rousseau y su “buen” salvaje?

Por una razón esencial en muchas corrientes filosóficas: la búsqueda de la verdad como arista esencial (no digo que sea la única) de nuestro estar en el mundo. No es muy diferente lo que tú acabas de apuntar. ¿O sí?

Si los filósofos encuentran “la verdad”, que lo demuestren científicamente. Dicho esto tan antipático, nadie les critica el que la busquen. Cada mochuelo a su olivo.

Tampoco, sigo opinando, les hace falta “fichar” a Einstein como filósofo, ya tienen un excelentísimo equipo.

Por cierto, ya que hablas de Popper, ¿qué opinión te merece su teoría de la falsabilidad?

Que yo sepa, nadie ha conseguido falsificarla.

Algunos opinan que Thomas S. Kuhn, que era físico como sabes además de historiador y filósofo, lo hizo hace más de 50 años. Resumiendo: la historia real de la ciencia no tiene nada que ver con el falsacionismo metodológico.

Eres generoso en tu concesión de títulos, como algunas universidades españolas. Efectivamente, Kuhn se doctoró en física en Harvard, bajo la dirección de John Van Vleck, Nobel de dicha profesión. Su tesis la publicó como un libro y con el tiempo ha acumulado seis citas, ¡seis! Inmediatamente después de  doctorarse, Kuhnse “mudó” a la historia de la ciencia. Su libro La estructura de las revoluciones científicas es un best-seller y debe de tener miles y miles de citas. Yo no diría que Kuhn “era físico”, nunca ejerció como tal ni hizo contribuciones relevantes. Pero ya que me conduces a derroteros sin fin aparente, continúo:

Efectivamente Kuhn popularizó la idea de Michael Polanyidel cambio de paradigma, el momento “sociológico” en el que la mayoría de una comunidad científica abandona una teoría y acepta otra. En mi opinión no lo hacen solo porque pertenecer al nuevo club sea más “in”, sino porque la nueva teoría es científicamente más aceptable (está más de acuerdo con las observaciones). Para colmo el propio Kuhn escribió posteriormente que para escoger una teoría hace falta que sea “Precisa: empíricamente adecuada en relación con las observaciones experimentales” además de consistente, amplia, simple y fructífera. Esto se asemeja muy mucho a mi opinión (no solo mía) sobre el método científico y el papel crucial de la falsabilidad.

Que la historia real de la ciencia no tiene nada que ver con el falsacionismo metodológico, como citas, ya ves que no se lo creía ni Kuhn. Y ello es comprobable —empíricamente— leyendo sus escritos.

Por cierto, Kuhn acabó liándose en discusiones “filosóficas” sobre si dos teorías  distintas son o no conmensurables (pueden ser comparadas, en román paladino) o lo que significa que un criterio sea objetivo o subjetivo, sin especificar lo que sus propios criterios eran. Cosas de filósofos.

No citas mucho en tu libro la teoría de la supercuerdas. ¿Por qué? ¿Te parece demasiado especulativa hasta el momento?

Procuro hablar de lo que sabemos observacionalmente que es una buena aproximación a la realidad. La teoría de las supercuerdas ha generado considerables progresos en física matemática e incluso en matemáticas “puras”. Pero desde un punto de vista popperiano es por ahora una utopía.

Un lógico y filósofo español, Manuel Sacristán, muy interesado en temas de filosofía, historia y política de la ciencia, muy amigo de un conocido tuyo, Jesús Mosterín (ambos profesores míos en la UB), solía afirmar en sus últimos años algo así como lo siguiente: “lo malo de la ciencia actual es que es demasiado buena”. El peligro, hablando políticamente, de la ciencia contemporánea es que es muy buena epistemológicamente. Los riesgos son muchos: bombas atómicas, armamento nuclear,… ¿Un científico no debería preocuparse por los malos usos de la ciencia?

Por supuesto que sí. Ya que citas los ejemplos que citas: muchos eminentes físicos, entre ellos Hans Bethe, “Dick” Garwin, “Marv” Goldberger, “Sid” Drell y “Pief” Panovski dedicaron un esfuerzo enorme a conseguir que salieran adelante varios tratados de reducción de armas, nucleares y balísticas entre otras. Eran épocas en las que “en Washington” escuchaban a los científicos. Desde el otro “lado” y en una posición mucho más débil, también Andrei Sakharov se ocupó de intentar reducir el peligro de una guerra nuclear.

Sobre la relación entre los buenos y los malos usos de la ciencia, hay muchas anécdotas impactantes. Una casi insuperable es la siguiente. En 1969 “Dick” Wilson, por entonces director de Fermilab (el laboratorio americano competidor del CERN) sufría un interrogatorio en el Congreso de los EEUU. A insistentes preguntas del senador John Pastore sobre la utilidad de Fermilab y, en particular, sobre su contribución a la defensa del país, Wilson contestó: [Fermilab] no tiene nada que ver con la defensa de nuestro país, excepto el contribuir a que merezca defenderse. Vale la pena leerse todo su testimonio en https://history.fnal.gov/testimony.html

Los físicos siempre hemos sido una especie de amistoso y pacifista Club sin Fronteras. Una prueba: a todos los que acabo de citar les he conocido personalmente, aunque fuesen bastante mayores que yo e infinitamente más respetables. Y (casi) ninguno se creía el rey del mambo.

¿La ideología del científico juega algún papel en su trabajo investigador?

De nuevo he tenido el cuidado de consultar a la RAE sobre lo que detrás de tu pregunta podría esconderse.

Resultado #1: Ideología: Conjunto de ideas fundamentales que caracteriza el pensamiento de una persona, colectividad o época, de un movimiento cultural, religioso o político, etc.

Si excluimos a quienes defienden “científica-” o artera-mente cosas tales como la superioridad de algunas razas o culturas humanas con relación a otras, mi repuesta a tu pregunta es NO.

¿Son tuyas las ilustraciones del libro? Si fuera así, ¿nos has pensado en cambiar de profesión’ ¡Como ilustrador científico te ganarías muy bien la vida! ¡Serías un gran fichaje editorial!

No sé si ganaría nada. Por ejemplo, érase una vez se publicaban muchas ilustraciones y artículos míos en El País, que antaño tuvo una excelente sección de ciencia llamada “Futuro”. Nunca cobré por ello.

Y ya que hablas de fichajes editoriales: también mi viejo dibujo en el libro, el de Faraday intentando unificar el electromagnetismo y la gravedad con ayuda de una supercuerda, salió en la página editorial del “periódico de la grapa” [el ABC]. Pero era un plagio, extraordinariamente chapucero y, por definición, sin mencionar al plagiado. No me rebajé a ponerles un pleito. Y eso que un primo mío, en la misma época pre-constitucional, le puso un pleito al entonces casi eterno ministro de justicia. Y lo ganó. Yo no tengo ni la osadía ni la baraka de mi primo.

Una curiosidad: ¿qué papel juega la imaginación en tu trabajo como científico?

Imaginar lo aparentemente inimaginable es lo que hacen los mejores científicos. Me gustaría imitarles.

Otra curiosidad: ¿que siente un científico como tú cuando supo de la detección directa de las ondas gravitatorias en un experimento muy pero que muy sofisticado?

De lejos uno de los mayores descubrimientos de los últimos años. Añadiré que el experimento iba camino de ser un desastre hasta que tomó sus riendas Barry Barish —previamente físico de partículas— que introdujo avances esenciales, los potentes láseres infrarrojos, por ejemplo. El experimento sigue introduciendo mejoras impresionantes, como el control del ruido cuántico. Pero Barry y sus colegas ya obtuvieron el Nobel…

Una pregunta de nuestro momento, de la situación que estamos viviendo: ¿qué aportaciones ha hecho la física a la lucha (por decirlo de algún modo) contra el coronavirus?

Del tema del Covid-19, en precisamente el sentido que indicas, me he ocupado recientemente. Es un tema absolutamente crucial que no voy a intentar resumir aquí ya que requiere, creo yo, gráficos, ilustraciones  y un tratamiento extenso y monográfico. Sobre mi tentativa de aportar algo a la discusión de este asunto (la ciencia básica y el coronavirus) véanse, por ejemplo: https://www.youtube.com/watch?v=V_PqG7_uz6E&feature=youtu.be, que ya citaste tú, o la versión en inglés: https://youtu.be/v3FsALbK3wg.

Quedan mil cuestiones más pero no abuso más de tu generosidad. ¿Quieres añadir algo más?

No. Démosle un merecido descanso a quien hasta aquí haya llegado.

Fuente: El Viejo Topo, octubre de 2020

Primera y segunda partes de esta entrevista:

1. Entrevista a Álvaro de Rújula sobre Disfruta de tu universo, no tienes otra opción (I). «La ciencia no busca la “Verdad” con mayúscula, descubre aproximaciones cada vez más precisas a la verdad (científica)» https://rebelion.org/la-ciencia-no-busca-la-verdad-con-mayuscula-descubre-aproximaciones-cada-vez-mas-precisas-a-la-verdad-cientifica/.

2. Entrevista a Álvaro de Rújula sobre Disfruta de tu universo, no tienes otra opción (II). “Para saber si hay una verdadera teoría del todo, yo esperaría primero a verla” https://rebelion.org/para-saber-si-hay-una-verdadera-teoria-del-todo-yo-esperaria-primero-a-verla/.


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