lunes, 4 de marzo de 2019

Antonio Machado

Vicálvaro 

Por Luis Miguel Busto Mauleón

Hace ya cuatro años que desde la Asociación Vecinal de Vicálvaro dedicamos el Certamen de Cuento y Poesía, que este año cumple su 36ª edición, a algunos de nuestros escritores o escritoras. Cuando nos referimos a los nuestros queremos hablar de quienes hunden sus raíces en la cultura popular pero que además fueron silenciados e incluso desaparecidos por su ideología de izquierda. Este año queremos rememorar a uno de los grandes de la poesía española, comprometido con la República y que murió a los pocos días de exiliarse en Francia, cerca de la frontera. Es el gran Antonio Machado.
Machado nació en Sevilla en 1875 y murió en Colliure (sur de Francia) el 22 de febrero de 1939 perseguido por los militares golpistas de 1936. Una columna de refugiados políticos tuvo que huir del país por la frontera catalana dejando un reguero de muertos por el camino. Machado consiguió llegar al pequeño pueblo francés de Colliure junto a su madre pero murió a los pocos días. Allí reposan sus restos desde entonces.
Machado pasó su juventud en Madrid donde estudió en la Institución Libre de Enseñanza y en los Institutos de San Isidro y Cisneros. Trabajó como actor teatral en Madrid y en 1899 se trasladó a París con su hermano Manuel. En París trabajó como traductor y en 1902 conoció al que luego se reconocería como padre del modernismo, el poeta nicaragüense Rubén Darío.
De regreso a Madrid en 1903, Machado colaboró en la revista modernista Helios bajo la redacción de otro poeta famoso modernista, Juan Ramón Jiménez. En 1917 el joven Federico García Lorca vino a Baeza en viaje de estudios y allí conoció a Antonio Machado.
En 1919 Machado se trasladó a Segovia donde enseñó francés en el Instituto durante muchos años y desarrolló una intensa actividad de cultura popular. Machado y algunos de sus viejos amigos y otros profesores del Instituto fundaron la Universidad Popular en Segovia. Mientras vivía en Segovia el poeta podía volver a Madrid los fines de semana para pasar tiempo con su familia y con sus amigos.
Anoche cuando dormía
soñé, ¡bendita ilusión!,
que una fontana fluía
dentro de mi corazón.
Nuevas canciones se publicó en 1924. Los primeros poemas de su Cancionero apócrifo de Abel Martín aparecieron en la Revista de Occidente en 1926. Un año más tarde, Machado fue elegido miembro de la Real Academia Española. Las Canciones a Guiomar, que aparecieron en la Revista de occidente en 1929 revelaron el otro gran amor del poeta. "Guiomar" es el nombre poético de una mujer casada cuya identidad no se reveló hasta años más tarde.
En 1931, al proclamarse la República, Machado obtuvo una cátedra en el Instituto Calderón de Madrid. Pasará más tarde al Instituto Cervantes. Su vida en Madrid durante los años republicanos se caracterizó por el estudio, las tertulias y paseos con sus hermanos Manuel y José. En colaboración con su hermano Manuel escribió una serie de obras de teatro en verso: La Lola se va a los puertos, Juan de Mañara, El hombre que murió en la guerra y Amor al vuelo son algunos ejemplos.
La tercera edición de las Poesías completas apareció en 1933 y en 1934 aparecieron en el Diario de Madrid los primeros pensamientos atribuidos al apócrifo profesor detrás de quien se vislumbró la figura de Antonio Machado mismo. Luego esas prosas se recogerían póstumamente en el libro Juan de Mairena. Este libro consta de diferentes disquisiciones de metafísica, lógica, estética y filosofía. A partir de 1936, "Juan de Mairena" dirigió su atención a las cuestiones políticas ligadas a los acontecimientos trágicos de la Guerra Civil.
Dijo una voz popular:

«¿Quién me presta una escalera
para subir al madero
para quitarle los clavos
a Jesús el Nazareno?»

Cuando empezó la Guerra Civil Machado se puso al servicio de la República. En noviembre de 1936 fue evacuado con su familia a Valencia. En 1938, ante el avance del ejército nacionalista Machado y su familia fueron evacuados a Barcelona. El título de su último libro, Poesías de la guerra, refleja los años trágicos en que fue escrito. A finales de la guerra, en enero de 1939, Machado cruzó la frontera francesa acompañado de su anciana madre. A los pocos días, el 22 de febrero de 1939, murió en el exilio en Collioure.
Antonio Machado prefería las formas métricas sencillas como el romance o el cantar y utilizaba la rima asonante. Sus poemas reflejan el sentir estético de la Generación del 98, es decir, la expresión sobria y sencilla de las profundas emociones humanas. Se encuentran en sus obras algunos temas característicos de la generación del 98: el pesimismo ante la situación del país, la esperanza de una España mejor y el paisaje de Castilla como reflejo del alma nacional. Su poesía temprana evoca sueños y recuerdos de su niñez en Andalucía; incluye muchas alusiones personales y usa símbolos como el camino, ríos, fuentes y el viajero solitario.

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