lunes, 5 de octubre de 2015
La espuma de la indignación en uno de los países más desiguales y violentos del mundo
El viernes 19 de junio de 2015 las calles oscuras de Tegucigalpa parecían un cielo estrellado. Miles de antorchas en manos de miles de jóvenes se movilizaron en contra de la corrupción. Esa noche se reactivó esa consigna que surgió del golpe de Estado en 2009: ¿Cuál es la ruta?-Sacar a ese hijueputaaaa, haciendo alusión al presidente de la República. Unos gritaban con furia y otros reían por el tamaño de la palabra final. Los niños y niñas que también abundaban en las calles la repetían con malicia. La principal exigencia era la instalación de una Comisión contra la Impunidad en Honduras, similar a la que investigó desde 2006 varios episodios de corrupción en Guatemala (CICIG), incluido el caso La línea que terminó con la dimisión del presidente guatemalteco.
El detonante en Honduras fue el desfalco de 300 millones de dólares al Instituto de Seguridad, Social, que según pruebas presentadas por el periodista director de Globo TV y Radio David Romero Elner, fueron a dar a la campaña política del derechista Partido Nacional. El hartazgo por la corrupción rebasó en el centro de Centroamérica.
Ese fin de semana de junio las movilizaciones masivas se dieron en San Pedro Sula, La Ceiba, El Progreso y hasta en algunos pueblos del interior especialmente al norte de Honduras. Les llamaban los “indignados”. Todo mundo preguntando la ruta, todo mundo exigiendo una comisión contra la impunidad directamente a la Organización de Naciones Unidas (ONU), desconociendo al presidente de ultra derecha Juan Orlando Hernández.
Las manifestaciones no iban encabezadas por algún líder, la gente llegaba con sus familias y hasta gritaban: por favor no queremos discursos. Así el pueblo indignado sorprendió al mundo que solo tenía ojos para Honduras cuando le supuraba la herida de violencia de sus 66 homicidios por cada 100 mil habitantes. También sorprendió al movimiento social histórico así como al gobierno que estaba listo a reelegir su mandato.
A cuatro meses de ese 19 de junio, el movimiento se ve decaído, reducido en las calles y dividido en las redes sociales. Una huelga de hambre que se desarrolló en esta coyuntura duró 40 días y fue suspendida ante la indiferencia estatal. La academia dice que es la natural dinámica de todo movimiento social pero en Honduras son varios los actores e intereses que juegan papeles determinantes. Primero, los intereses electorales (la oposición política propició la protesta ciudadana). Segundo, la inmadurez política (el movimiento se llamó “apolítico”). Tercero, las desconfianzas por la actuación de nuevos actores, juventudes “desconocidas” en las luchas callejeras y a las que se acusa de ser cercanas al gobierno de Estados Unidos. Cuarto, el autoritarismo del actual gobierno que no escucha el clamor ciudadano y propicia un diálogo que deja afuera al movimiento indignado.
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Antes de ese fin de semana de junio ya se cocinaban cosas en las bases juveniles de la oposición política y de los movimientos sociales. Las elecciones de 2013 permitieron que dos partidos nuevos tomaran algunos curules en el Congreso Nacional. Sin embargo, la salida masiva de gente fue espontánea, como espontánea es su retirada de las calles ahora. El plan para la instalación de una CICIH y la petición de renuncia del presidente tiene muchos antecedentes en los que nuevos actores irrumpieron en la dinámica de desgaste en la que había caído toda la ciudadanía hondureña.
Desde las protestas por el golpe de Estado de 2009, las calles de Honduras no habían sido habitadas de esta forma. El caso que rebalsó la copa de indignación en Honduras tiene el tamaño del desfalco aduanero en Guatemala, recién divulgado por la CICIG y que cobró la renuncia de la vicepresidenta Roxana Baldetti y el presidente Otto Pérez Molina, principalmente por la presión popular en las calles; “indignados” les llamaron también.
“Los delincuentes no conocen de fronteras, sino mira el narcotráfico y las mismas redes de corrupción, son cómplices en la región. Pero el movimiento social sí ha visto las fronteras, por eso hoy las queremos ignorar”, dijo uno de los jóvenes que ha tomado la responsabilidad de llevar adelante un plan que genere algún cambio en el país. Nadie lo nombró más que él. Este joven acabó de cumplir 30 años de edad cuando se reunió con nosotros y comenzó a reflexionar sobre el paso del tiempo, porque él ya lleva 10 años en el movimiento social. Lo de las fronteras lo dijo porque el #RenunciaYA de Guatemala se tornó en #RenunciaJOH en Honduras, la indignación parecía ser un solo movimiento en esta porción del triángulo norte.
Ambas consignas también son hashtag porque todo comenzó con convocatorias de “los indignados” en redes sociales, aun sin saber si los indignados son muchos, pocos o quienes realmente son.
Oscar Hendrix se llama el joven veterano de luchas sociales. Él para entender la dimensión de las fronteras tuvo la oportunidad de viajar a Guatemala en el tiempo en que la indignación era tan numerosa en las calles que sentía esperanza.
“Las movilizaciones han bajado y esto nos dice algo: ninguno de los que dicen haber convocado las marchas (porque aquí todo mundo dice Yo fuí), realmente las convocó, la gente se autoconvocó”, dice muy seguro Hendrix, quien en la televisión disertó una vez como representante de oposición indignada con los partidos políticos de oposición.
Oscar junto con una pedagoga muy joven también y un licenciado en Relaciones internacionales igualmente joven viajaron a Guatemala donde se reunieron con Iván Velasquez, comisionado de la CICIG. Los tres jóvenes fueron patrocinados y acompañados por el diputado del Partido Anticorrupción (PAC), Luis Redondo quien además les exigió la redacción de un informe que pudiera servir para dar luces en la instalación de una CICIH.
Hendrix ese día usó saco, algo que no lo caracteriza. Presentaron el informe ante los líderes de la oposición política (Salvador Nasralla -PAC-, Manuel Zelaya –LibRe- y Mauricio Villeda –Partido Liberal-) y el acto se convirtió en reconocimiento político del “movimiento indignado” porque estaban allí presentes también Ariel Varela, Miguel Briceño y Gabriela Blen de la facción Oposición Indignada.
“Tanto trabajo que ha quedado en nada. Estuvimos 4 meses armando un informe sobre algo que no existe, porque la CICIG es única en el mundo como lo sería la CICIH. Lo que queremos es abrir el debate de qué tipo de mandato tendría una comisión como esta en Honduras, porque la gente sabe que quiere la CICIH pero no realmente lo que es”, dice Hendrix.
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En mayo de 1954 sucedió la huelga bananera en Honduras. Setenta días los obreros paralizaron la Standard Fruit Company, en ese tiempo la empresa más importante del país exportadora de banano y por la cual Honduras tenía el apodo de “Banana Republic”. La empresa además de producir en base a la explotación obrera, era un Estado dentro del Estado y sus tentáculos corrompían sus arcas. Uno de los logros de la huelga en el 54 fue el IHSS, 61 años después saqueado por la mafia corrupta del Estado, que se ha ido renovando con los años. En mayo de 2015 comenzó a surgir la movilización masiva contra la corrupción. Indignados como los guatemaltecos, o como los españoles, o los de Wall Street.
Al principio la cobertura mediática nacional era muy poca. Pero, organizaciones del movimiento popular, la oposición partidaria y los medios les fueron dando importancia porque las redes sociales desdibujaron los límites.
En un café, Marcela Ortega, Miguel Briceño y Ariel Varela, tres jóvenes del movimiento Oposición Indignada recuerdan cómo surgió. Su versión de esta historia heterogénea:
“Nosotros éramos un grupo que protestaba por todo; por el aumento a los impuestos, por la aprobación de la reelección, por las injusticias, éramos unos pocos y ningún medio nos paraba bola, allí en esas protestas, como eran pequeñas nos encontramos algunos jóvenes de las bases de partidos de oposición y otros jóvenes que solo estábamos indignados, así nos juntamos y creamos en Facebook la página Oposición Indignada”, cuenta Miguel Briceño, ahora muy conocido por su presencia en diversidad de medios de comunicación.
Oscar Hendrix había contado algo parecido: “un grupo de jóvenes de la oposición se van encontrando en protestas y en ese grupo toman legitimidad Miguel Briceño, Gabriela Blen y Ariel Varela”, jóvenes que en 4 meses se han sentado a la mesa con líderes de partidos de oposición así como con representantes de la ONU y la OEA (facilitadores del dialogo nacional).
Primero, cuenta Miguel Briceño ellos convocaron con apoyo de algunos diputados de LIBRE y PAC, a que la gente saliera a las calles con velas, luces por las personas fallecidas por falta de medicamentos y atención en el IHSS que según datos de organizaciones de sociedad civil como el Movimiento Amplio por la Dignidad y la justicia son 2,888. Convocando por redes sociales, que ha sido un común denominador de las llamadas “primaveras” en el medio oriente, España, New York, los jóvenes daban un mensaje: Desconfiamos de la institucionalidad y si los medios no nos dan cobertura nosotros nos autoconvocamos por las redes sociales.
En Honduras solo un aproximado de un millón de personas tiene acceso a internet, ocupando la posición 99 detrás de Costa Rica y Panamá que tienen más acceso al internet en la región. Quizá por eso aunque en las calles eran muchos y muchas, se notaba que quienes caminaban lo hacían con celular en mano, tomándose la selfie y muchos llegaban en sus vehículos. Jóvenes universitarios, menores de 35 años, mayormente desempleados o autoempleados según una encuesta de la Alianza de Movimientos Sociales aplicada en la manifestación del 19 de junio en Tegucigalpa. No los jóvenes de los bordos, o de los barrios más empobrecidos de las ciudades. Y en el interior del país la movilización era casi nula.
Oscar Hendrix dice con respecto a la media de Honduras que si Honduras fuera una persona sería una mujer de 23 años. Esa es la característica demográfica de uno de los países más violentos y desiguales del mundo. La juventud ha sido ignorada, incluso la Ley de Juventud es algo de lo que poco se habla y más de 18 mil jóvenes y niños han sido asesinados en Honduras en los últimos 4 años. Ese es el panorama en esta nación joven.
Sin embargo, el acceso al internet ha crecido y las redes sociales se tornan casi subculturas en la juventud hondureña. En este contexto apoyaron para que los medios corporativos pusieran la mirada en la indignación. Así comienzan a salir Miguel, Ariel, Marcela y Gaby en televisión. Otros grupos indignados que eran anónimos deciden entonces dar la cara y las desconfianzas comenzaron a crecer.
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El caso del IHSS empezó hace dos años con el anterior presidente, Porfirio Lobo Sosa, en cuyo gobierno el Seguro Social desvió fondos para la campaña electoral del actual presidente, Juan Orlando Hernández conocido como JOH- , antes presidente legislativo (y quien domina actualmente el Congreso y la Corte Suprema de Justicia desde la presidencia).
Una vez llegó JOH a la Presidencia de la República, el expresidente Porfirio Lobo Sosa dijo que él estaba al tanto de la corrupción en el IHSS pero que no quiso denunciar por no dañar el proceso electoral, detalladamente planificado para su éxito por el Partido Nacional –el de Lobo y JOH–.
Fue hasta dos años después de que hubiera ganado JOH que la junta interventora del IHSS comenzó a decir nombres de los “principales artífices” del robo el Seguro Social durante el gobierno anterior.
El 15 de enero, cuando aun JOH no se sentaba en la silla presidencial, el gobierno de Lobo Sosa, en sus últimos 10 días, decretó en consejo de ministros una comisión interventora que investigara la crisis en el IHSS. En la cabeza de esta comisión una ex presidenta del poder judicial, Vilma Morales y el diputado de un partido minoritario, German Leitzelar.
Y comenzaron los medios a sacar los mayores escándalos de Mario Zelaya, médico director del IHSS en (2010-2014) y sus subalternos. Las esposas y amantes y los lujos sexuales que se daban, desfilaron por las primeras planas de los principales diarios del país. Mario Zelaya fue capturado por la policía nicaragüense en frontera con Honduras y hoy guarda prisión en el Primer Batallón de Infantería en Tegucigalpa.
Mario Zelaya reconocido doctor pero también militante y de la cúpula del Partido Nacional, el mismo que está en el poder.
Parecía que todo marchaba bien para el actual gobierno de JOH, que denunciaba tropelías de su antecesor, hasta que acabó el show mediático. El periodista David Romero, director de TV y Radio Globo, publicó una investigación que mostró decenas de folios que el Ministerio Público tenía en su poder y no publicaba ni hacía efectivos. Había cheques emitidos por las empresas “fantasma” para la campaña electoral del Partido Nacional. Sumaban dos mil millones de lempiras (90 millones de dólares). Esa fue la gota que derramó la indignación del pueblo hondureño. Ese fue el punto de quiebre en que la protesta contra la impunidad en los casos de corrupción, hasta entonces casi silenciosa, comenzó a subir su volumen hasta llegar al grito que exigió en las calles la #RenunciaJOH.
Esto sembró una duda que aun el partido Nacional sigue analizando: ¿podrá esto acabar con la intención de reelección de JOH? Sí, el mismo político que en 2009 validó el golpe de Estado de Manuel Zelaya porque intentó que en las elecciones se incluyera una papeleta para que los ciudadanos votaran para aprobar la reelección presidencial. La Corte Suprema de Justicia, colocada por JOH, había legalizado la reelección a petición del actual presidente.
Por esa reelección comenzaron a salir a las calles los primeros “indignados” que tras una pequeña reunión sacaron nombre y estatutos y una acción apresurada: una huelga de hambre.
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“Ese día le dije a Miguel: vámonos a huelga de hambre, no podemos seguir así”, cuenta Ariel y se ríen todos en la mesa. Es que ellos admiten que les gustan las locuras. Un día después de la decisión se reunieron en San Pedro Sula con una asamblea de indignados e indignadas donde ya había una fuerte presencia del movimiento social organizado por años. Oposición indignada anunció la huelga como una decisión irrefutable y así fue.
Seis días sin comer ni beber pasaron Ariel y Miguel en las afueras de Casa Presidencial, acorralados por una valla de policías y militares. Esta medida mostró que el reciente movimiento se sentía desesperado, Ariel y Miguel no eran conocidos pero muchos de los marchantes ya estaban cansándose y querían algo más radical. La huelga de hambre se suspendió y jóvenes del Frente Nacional de Resistencia Popular surgido del golpe de Estado, se sumaron. También se sumaron 9 indígenas aglutinados en el Movimiento Amplio por la Dignidad y la Justicia, surgido tras una huelga de hambre contra la corrupción judicial en 2008 y se sumaron defensores de derechos humanos, y jóvenes del interior del país. Los que siempre han luchado y los que siempre han pasado hambre.
Ariel y Miguel pasaron los 40 días que los demás siguieron en huelga de hambre con sus decisiones arrebatadas y pasando de largo de la huelga que ellos comenzaron pero abandonaron. Ariel y Miguel admiten que ellos no siguieron porque supieron que morirían sin ser escuchados, que los indignados los querían en las calles y no muertos. Pero también aseguran que hubo grupos que quisieron seguir la huelga por apoderarse del movimiento, expandirse como no pudieron antes.
La huelga de hambre abrió paso a un diálogo impulsado por el gobierno de JOH y así fue llenando la Casa Presidencial con grupos de sociedad civil y militantes de su partido para respaldar el proceso, ignorando a los huelguistas quienes no aceptaban el diálogo al igual que Oposición Indignada y otras facciones del movimiento porque cualquier proceso liderado por el presidente cuestionado sería rechazado.
De la huelga de hambre también surgió un proceso llamado Mesas de Indignación Ciudadana, donde hasta ahora se sienta el movimiento social, pocos autodenominados Indignados se asoman. Pocos de quienes organizan las movilizaciones de antorchas se suman. Ariel y Miguel creen que son plataformas para impulsar a un movimiento social que estaba desahuciado y que no entiende que no es su momento histórico. Otros grupos Indignados apoyan la iniciativa de las mesas, de lejos.
Así de lejos, pero más bien, desde las redes sociales, el movimiento Indignados Honduras, con 26 mil seguidores en Facebook, miraba y opinaba con el propósito de generar opinión. Este movimiento luego se extendió hasta ser un sitio web donde escribían las personas que se autodenominaban indignadas. Los administradores anónimos.
Manuel Castells dice que las redes sociales son un medio de autoconvocatoria de masas, a la gente no le basta sentirse indignada, tiene que publicarlo y eso genera efectos. Eso pasó con los movimientos de indignación cibernéticos que surgieron en Honduras. Pero de eso, a sacrificar el cuerpo en un campamento de huelga de hambre, las cosas se fueron deteriorando y transformando en otra cosa. Ya no muy parecido a Guatemala.
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Las marchas de las antorchas se dan cada semana, entre el miércoles y el sábado, después de cada marcha un grupo de jóvenes de partidos de oposición principalmente y grupos como Oposición Indignada, Casa del Pueblo en San Pedro Sula y Plataforma Indignada planifica y convoca la siguiente, también las Mesas de Indignación en algunas zonas del país las convocan. Estas marchas se dan usualmente después de los horarios laborales, comienzan alrededor de las 5 de la tarde. No hay impedimentos para que se den, ni siquiera la lluvia. Aún nadie se atreve a decir números, pero los organizadores estimaban los participantes en varios miles al principio.
Los miércoles, generalmente se dan en el interior del país, se unen dos o tres ciudades a la misma hora. El viernes y sábado cobran protagonismo la capital política y la económica, Tegucigalpa y San Pedro Sula. En estas marchas la gente olvida que antes temía a las calles por la violencia que impera en el país. La gente se hace nudo para acompañarse y dejar el temor.
Los chavos indignados dicen que la antorcha es la señal que el pueblo en las calles es luz, que la juventud es la luz en medio de tanta oscuridad que los corruptos mantienen en el país. Las antorchas se venden como pan caliente en las ciudades porque cada semana hay convocatorias aunque la cantidad va reduciendo dramáticamente.
Michel Pagoada, vecino de la colonia Rivera Hernández, la zona más violenta de la ciudad más violenta de América Latina, San Pedro Sula, salió a las calles. Don Michel dice que él se manifestaba para pedirle al gobierno que devuelva el dinero robado y que los culpables paguen por este delito. “Y le pido a la gente que se sume para hace tambalear este gobierno que ya admitió haber participado en robo. Con esta manifestación de las antorchas iluminaremos todo un pueblo para salir adelante”.
Las caminatas se han caracterizado por la luz de antorchas y velas pero también por la alegría juvenil que con batucadas y música de banda amenizan las protestas.
En estas marchas también participan simpatizantes de los partidos denominados “la oposición”, especialmente el Partido Anticorrupción y el Partido Libre. Estas participaciones son muy cuestionadas porque en principio el movimiento era “no-partidario”. La participación más criticada ha sido la de Manuel Zelaya y sus seguidores por tener un proceso judicial abierto en contra de algunos de sus funcionarios por la malversación de caudales públicos del proceso llamado “la cuarta urna” para la reelección, interrumpido con el golpe de Estado de 2009.
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Una frase mediatizada por la coordinadora del PAC en Tegucigalpa, Gabriela Blen: “Los corruptos se metieron con la generación equivocada” evoca la necesidad de una renovación del movimiento social. Muchos dicen la renovación de la “izquierda” aunque el movimiento indignado insiste en mantenerse sin ideología ni partido. Y esa renovación pasa ahora por la espontaneidad de la que este movimiento hace alarde.
El sociólogo Eugenio Sosa lo explica en un artículo publicado en la revista Envío de Honduras:
- La espontaneidad de los movimientos sociales es una categoría tomada del leninismo y el trotskismo, que consideraban que los procesos de lucha debían estar dirigidos por grupos de revolucionarios iluminados por la teoría. Por ello, la calificación de un movimiento social como “espontáneo” tiene una connotación peyorativa, pues hace referencia a la ausencia de claridad en la conducción del movimiento. Pero lo espontáneo no debe verse como algo negativo, pues es precisamente la espontaneidad la que permite que el movimiento desarrolle su potencial creativo. A lo anterior hay que agregar que ningún movimiento es totalmente espontáneo; siempre tiene elementos de dirección, aunque estos sean básicos.
Y en esta caracterización de espontaneidad dentro del movimiento, diversas facciones se han creado con diferentes pensares.
Los jóvenes Ariel y Miguel dicen que este es el momento del movimiento indignado, que no quiere partido, ni religión ni ideología. Que solo quiere las tres demandas centrales, como principal la instalación de la CICIH, el juicio político contra los fiscales general y adjunto y la elección transparente de la Corte Suprema de Justicia. Si eso se logra, se habrá logrado el objetivo del movimiento.
- Nosotros sabemos que la gente quiere la CICIH pero por ejemplo hay grupos que quieren halar esa gente hacia sus luchas y es allí que se generan confrontaciones. Por ejemplo, querían que el movimiento indignado se sume a la lucha estudiantil de la universidad, pero sabemos que mucha gente no simpatiza con eso y no sumaría, sino que restaría.
El tema de la CICIH es el ejemplo de que la gente se ha enamorado de una idea, dice por su parte Oscar Hendrix quien además cita a Joseph Konrad quien dijo “dame una palabra y moveré el mundo”. En Honduras esa palabra es la CICIH aunque no se sepa qué es. Esto vale más por lo que representa que la gente dice que está asqueada de este sistema.
Mujeres jóvenes que han liderado el proceso de Mesas de Indignación ciudadana aseguran que es importante que la gente que grita que quiere la CICIH en las calles, sepa cuáles son las implicaciones de la misma. Que no solo sea una consigna que se repite tras que un Salvador Nasralla la pusiera en la palestra pública. Por eso Heidy Alachán y Carmen Haydée López, ambas estudiantes de Leyes han organizado en estos últimos meses espacios de debate con expertos en derecho sobre las implicaciones político-jurídicas de una CICIH.
Otra de las facciones es Indignados Honduras. Uno de los creadores de esta página en internet que pidió mantenerse en el anonimato dice que él cree que es el momento del movimiento indignado y que debe hacer justicia a su nacimiento, debe mantenerse sin caudillos. Critica fuertemente el papel de Ariel y Miguel porque los líderes visibles con la excusa de la espontaneidad pueden cometer errores políticos que lleven a arruinar este momento histórico.
- Los hondureños portan una aversión a la violencia armada producto de casi dos siglos de lucha armada en insurrecciones, que fueron una constante hasta prácticamente los setentas. La psiquis colectiva del pueblo hondureño se había agotado de tanta inestabilidad y violencia, por lo cual vio con buenos ojos la asunción de un poder estable, si bien abusivo, como fue el poder militar. El paso a una administración civil de 1980 a 1982 fue apoyado, con reservas pero con mucha esperanza, por la misma razón. De ello se ha aprovechado, sin embargo, una generación política que convirtió esa esperanza de gobernabilidad en un abuso criminal del poder, secuestrando el estado constitucional para usufructuarlo de forma explosiva. Por eso el pueblo hondureño vuelve a levantarse de su tolerancia, de su aguante, de su expectativa. Lo ha hecho hasta ahora educada y pacíficamente.
Este joven quien desde el anonimato va metiendo contenidos en las redes sociales ha leído mucho de las redes de indignación en el mundo, el caso de Wall Street o de España. Así como en España, él propuso al campamento de huelga de hambre un campamento permanente de indignación. Un campamento para generar educación política y cuajar mejor las demandas del movimiento, incluyendo la instalación de la CICIH. Ya no hay ni campamento de huelga ni existió hasta ahora campamento indignado.
Él también cree que los cambios deben ser liderados por jóvenes profesionales, con formación política pero sin convertirse en caudillos. Por eso busca, a través de las redes sociales perfiles así y encontró un par. Una de ellas es Fernanda López quien se ha presentado en espacios organizativos y también en medios de comunicación como organizadora de Indignados Honduras, cayendo paradójicamente en la lógica caudillista.
Fernanda López generó desconfianzas que se reflejaron en diversas redes sociales incluyendo Oposición Indignada. Hasta hace 5 meses regresó a Honduras tras estudiar Ciencias Políticas en la Universidad de Yale en Estados Unidos. Habla el español de forma accidentada y ha sido acusada de ser ojos y oídos del gobierno de Estados Unidos. Y ella aunque asegura no trabajar para ninguna agencia de inteligencia de este país del norte, ha aceptado que se dedica a hacer lobby político para que las demandas de los indignados tengan eco mundial.
Oposición Indignada no la acepta como líder, tampoco Oscar Hendrix, tampoco en las mesas de indignación ciudadana recientemente la reconocen y quizá pocos políticos y personas curtidas del lobby político la conocen y la dejan ser lo que sea.
- Las líneas de tensión son naturales y obedecen a la confluencia de una diversidad notable de espacios geográficos, políticos, sociales y culturales, por lo cual no deben verse como problema. Por ejemplo: se consideró que el grupo Oposición Indignada de Tegucigalpa ejercía la supremacía absoluta del movimiento. Pero apareció por allí un grupo originalmente sampedrano que logró estructurarse muy bien en Tegucigalpa, Indignados Honduras con Fernanda López. Luego de una pequeña trifulca inicial, ambos grupos están reconociendo que necesitan trabajar bajo parámetros paralelos, aunque ello no represente una unificación formal. Un toque de rivalidad no es nada malo.-
El joven anónimo dice que uno de sus fuertes es el poder comunicativo, y parte de esta actualización del movimiento social es la auto convocatoria de masas por medio de redes sociales. Indignados Honduras le apuesta a eso y quiere mantener al movimiento diverso, aunque se disperse.
Ariel y Miguel insisten que muchas iniciativas se activan como paralelas a lo que ellos comenzaron. Se contradicen, que sí aceptan al movimiento social pero que este simplemente no es su momento, muy a pesar de eso han convocado a asambleas nacionales de indignados donde las facciones y grupos organizados se han unido para articular agendas.
Por otro lado muy poca gente ha visto que la ruta es exigir en las calles. “Fuera JOH” y “Queremos una CICIH” siguen repitiendo. El gobierno sigue sin escuchar. La OEA facilita un diálogo que no acepta la condición del movimiento, la instalación de la CICIH que dejaron claro las caras visibles de los “indignados” y representantes de Mesas de Indignación.
Varios de los jóvenes, que siguen cometiendo errores producto de su debut en la caótica realidad política hondureña, ya salen del país a sondear y hacer lobby político, y lo dicen abiertamente en los medios de comunicación. “Muchas veces han dicho que nos vamos a vender, que venderemos la lucha, pero hasta ahora no ha pasado, seguimos diciendo que si no hay CICIH aquí no hay dialogo y seguiremos en las calles”, dice Miguel Briceño.
Ariel y Miguel se desesperaron una vez y se fueron a una huelga de hambre, por segunda vez se desesperaron y llamaron a un paro nacional por redes sociales donde no lograron detener tráfico y fueron reprimidos por la policía. Y se van desesperando por tercera vez acudiendo a quienes han rechazado y proponiendo acciones radicales que conllevan a mayor represión estatal.
Oposición Indignada ha logrado establecerse como grupo indignado al que se llama para hacer negociaciones. Los llama la OEA, la ONU y hasta los otros espacios articuladores del movimiento social. Ariel dice que tras 16 semanas ellos no se han vendido y que a todos les han dicho: La CICIH es la condición para cualquier dialogo. Hoy la OEA los llama “infantiles y empecinados”.
Aunque se diga que Honduras siguió el camino de su pueblo hermano Guatemala como nunca antes en la historia, las cosas se mueven distinto. Las llamas de las antorchas dan esperanza pero cada semana son menos en todos los rincones del país, la gente indignada, con facción o sin facción sueña una Honduras distinta, no la Honduras violenta de la cual huyen los jóvenes y niños ni la Honduras donde la corrupción mata a miles. La primavera comienza a llegar a su fin y puede acercarse un invierno que guíe la indignación a contiendas electorales o a la articulación del movimiento social en medio de la represión estatal que se agudiza.
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