viernes, 9 de octubre de 2015

La transparencia debe ser un compromiso colectivo



Por Tomy Morales

El programa impactos realizó su Foro Feria “La transparencia, un compromiso colectivo”, con el fin de aportar por medio del conocimiento y el intercambio de experiencias a la construcción de propuestas integrales para la lucha contra la corrupción en Honduras.

Los temas desarrollados fueron las propuestas que deben acompañar la lucha contra la corrupción, los nuevos rostros ciudadanos, la institucionalidad publica de lucha contra la corrupción.
Paralelamente se presentó una feria temática a favor de la transparencia en donde 21 organizaciones de Sociedad Civil e instituciones del gobierno mostraron el trabajo que como socias del programa IMPACTOS han ejecutado en la lucha contra la corrupción.
Entre las organizaciones participaron; El Comité por la Libre Expresión (C-Libre)que es una coalición de periodistas y miembros de la sociedad civil constituida en Junio del 2001 para promover y defender la Libertad de Expresión y el Derecho a la Información en Honduras.
El CIPRODEH que  nace como una alternativa de difusión de los derechos humanos que trascienda la visión clásica de los derechos civiles que ya eran defendidos y reivindicados por otras organizaciones.
El Foro Nacional de SIDA que es una plataforma de interlocución de sociedad civil, política, humanista, laica, pluralista e incluyente bajo un enfoque de Derechos Humanos con equidad de género que realiza acciones de incidencia política, promueve el bienestar, la salud y la prevención del VIH y Sida, así como cada acción que contribuya al desarrollo humano de la persona y de la nación bajo el marco de sus lineamientos estratégicos
Una de las expositoras Anabella Rivera de origen guatemalteco, licenciada en ciencias jurídicas y sociales, con especialidad en derechos humanos; directora del Programa de Cultura de Paz de la comisión presidencial en su país, actualmente directora del Instituto Centroamericano de Estudios para la democracia, compartió la experiencia de su país con la CICIG.
Manifestó que la lucha por exigir este órgano jurídico data desde la firma de los acuerdos de paz después del conflicto armado, en esa época se descubrieron cuerpos ilegales y aparatos clandestinos en el Estado, lo que no permitía alcanzar la firma de los acuerdos, por eso se crea la necesidad de un órgano internacional que acompañara los procesos de justicia en el país.
Informo que “la CICIG es un producto de un trabajo tesonero, firme y determinado de las organizaciones de derechos humanos fundamentalmente y otros actores, fue un trabajo extenso para lograr un consenso de todos los sectores, hablando con los medios de comunicación, los órganos investigativos, los académicos, artistas, diputados, con la opinión pública, para que se entendiera que cuando hay emergencia sobre temas específicos en el país es válido pedir auxilio a la Comunidad Internacional”, aseguro la defensora.
Por su parte, Álvaro Calix hondureño, doctor en ciencias sociales con orientación en Gestión del Desarrollo, Programa Latinoamericano de Trabajo Social PLATS de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras UNAH, con maestría en administración de Empresas, actualmente consultor independiente con énfasis en los temas de gobernabilidad democrática, seguridad ciudadana y exclusión social, expuso sobre los viejos y nuevos desafíos en cuanto a la corrupción.
Calix sostuvo que el país está en un punto de quiebre, toca fondo pero sigue cayendo, hay que observar ciertas variables de cómo se comporten ciertos actores,  está haciendo mal aprovechado del llamado bono demográfico, ya que en las próximas tres décadas la población será netamente joven y desafortunadamente no habrá muchas oportunidades para ellos y ellas.
Otros factores que contribuirán son el crimen organizado, el cambio climático, credos distintos, ideologías distintas, una sociedad más compleja difícil de articular por tanta diversidad.
En cuanto a la participación ejemplifico el caso de la elección de la Junta Nominadora y la representación de las iglesias, porque en la esfera no se les considera Sociedad Civil, es más una articulación de intereses privados.
El problema con la relación de poder es la corrupción y van a cambiar las reglas de la participación política.
Menciono que los viejos actores de los movimientos sociales, estudiantiles y la corrupción están ahogados por la corrupción, la acción colectiva era tan reprimida que lo que imperaba era un accionar casi clandestino, se creó una nueva institucionalidad de derecho, una combinación de elementos de Estado de Derecho con democráticos.
Entro en juego el paquete de medidas neoliberales irrestrictas, hay una lucha por subordinar al poder civil bajo el poder militar, existe una nueva defensa que se ven afectados por las nuevas medidas.
La gente tiene menos confianza, crece el número de abstinencia, va decayendo la confiabilidad en la democracia, el replanteamiento de pacto social que provoca una nueva política, la defensa del territorio se pierde por el gran número de concesiones por la política agresiva del Estado en despojar de los bienes a la población con su proyecto mercantilista y un ocultamiento masivo a las demandas de corrupción.
El movimiento de indignados e indignadas es un momento de mayor complejidad que en el golpe de Estado, porque eran sectores casi homogéneos, ahora hay muchos actores que tienen muchas diferencias entre sí, pero se ponen de acuerdo en una sola demanda.
No es un panorama fácil, existe un contexto económico y mediático; se ha visto el debilitamiento de las centrales económicas bipartidistas tradicionales, también un debilitamiento del dialogo convencional.
En un gobierno que genera indiferencia y rechazo social porque hay una pérdida de legitimidad de la forma de relacionarse con él, en la coyuntura del golpe de Estado hubo un sesgo que quito la potencialidad de los jóvenes, por criterios egocéntricos y personas adultas egocéntricas, por eso ellos se montan sobre esta oportunidad y cobran protagonismo.
La combinación de viejos actores que han hecho resistencia desde las viejas coyunturas y los nuevos luchadores impulsa el nuevo contexto, Calix advirtió que no puede haber una exaltación de la juventud en la decadencia de los que tienen la experiencia, puede ser peligroso, porque no llegarían a ningún lado, debe haber un equilibrio.

Finalizo diciendo que “no se está inventando el agua caliente con la movilización, vienen luchas de muchos años y en los desafíos de la participación ciudadana pasa por el fortalecimiento del Estado de Derecho”.

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