miércoles, 2 de julio de 2014
Impunidad y militarismo prevalecen a 5 años del Golpe de Estado
Radio Progreso
“Antes del golpe de Estado de junio 2009 la situación en Honduras era como una alcantarilla, las personas que se acercaban podían sentir el mal olor, pero luego del golpe ésta se destapó y toda la sociedad hondureña pudo ver los animalejos que salían de esa alcantarilla”, así describió el historiador Marvin Barahona lo sucedido con la ruptura constitucional.
Para el abogado y doctor en derechos humanos Joaquín Mejía es la escena que mejor describe la realidad hondureña que se agudiza luego de 5 años del golpe de Estado. “Cinco años han pasado desde este hecho y lejos de mostrar avances en el rescate de la institucionalidad, la realidad nos demuestra otra cosa. Las violaciones a los derechos humanos se han agudizado, el derecho a la vida no se garantiza. Los crímenes siguen incrementado, dos de las ciudades del país están en la lista de los lugares más violentas del mundo”.
Un país de muerte
En los últimos años los asesinatos contra menores han incrementado, las ejecuciones arbitrarias documentadas por la organización no gubernamental Casa Alianza registran 10 mil menores asesinados, a esto se suma el incremento de un 300% de los crímenes contra mujeres, además de las muertes contra miembros de otros gremios.
“Cuando nos ponemos analizar las cifras de las muertes violentas ocurridas en Honduras nos damos cuenta que el país va de retroceso. Para el año 2007 la cantidad de asesinatos llegó a 3,262 y para el 2012 la cifra subió a 7, 172, a pesar que para este último año el presupuesto para la Secretaria de Seguridad y Defensa incrementó en un cien por ciento”, dijo Mejía.
Para el experto en derecho humanos, en Honduras está claro que el Estado ha primado la intervención policial y militar en vez de la prevención, cuando ambas son fundamentales si se quiere logran prevenir la gran cantidad de asesinatos existente en el país.
Militares e Impunidad
La Convergencia por los Derechos Humanos zona noroccidental también hizo una evaluación de los 5 años luego del golpe de Estado y las organizaciones que componen este espacio denuncian que la situación en materia de derechos humanos se ha agravado a raíz que el Estado no cumple con las recomendaciones que organismos internacionales como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos CIDH, Naciones Unidas y la misma Comisión de la Verdad y Reconciliación hicieron en su momento. Lejos de eso el actual gobierno está impulsando políticas que fortalecen la impunidad y militarización en nuestro país.
Para la Convergencia todo el proceso de violaciones a derechos humanos es acompañado por una política de Estado que promueve la impunidad, al tener un control político de los eslabones estratégicos del sistema de seguridad y justicia. En estos primeros meses del gobierno de Juan Orlando Hernández podemos observar una serie de medidas que continúan con la línea de administraciones anteriores y que con mayor fuerza fortalecen el proceso de remilitarización en Honduras.
Como parte del proceso acelerado de militarización se menciona las creación de los cuerpos policías-militares: La Tropa de Inteligencia y Grupo de Respuesta Especial de Seguridad, TIGRES, la Fuerza Nacional Antiextorsión, La Policía Militar del Orden Público a pesar que las recomendaciones de varias instancias, entre ellas la Comisión de Reforma a la Seguridad Pública iban guiadas en que el país necesitaba avanzar hacia una policía ciudadana.
Esperanzas ¿Dónde?
Al consultar al abogado Joaquín Mejía si bajo esta realidad de violaciones a derechos humanos y precarización de la vida de la gente se puede pensar en esperanzas, él inmediatamente contesta que sí. “Si no hubiese esperanzas sería complicado vivir en un país como Honduras. Sé que mucha gente las ha perdido y eso se refleja en la crisis humanitaria que se vive con los miles que salen del país en busca de mejores condiciones de vida, pero creo que hay esperanzas desde esas comunidades que siguen proponiendo y haciendo acciones para rescatar la institucionalidad y construir un Estado democrático”.
Mejía recuerda a la clase política y empresarial hondureña que es precisamente a ellos a quienes les conviene que la gente tenga ingresos, gente bien comida, gente que tenga empleo y buenos salarios, porque solo así podrán consumir y hacer dinámica la economía.
“En este momento el país necesita avanzar a acuerdos básicos de consensos que nos permiten trabajar con los distintos sectores en temáticas fundamentales como la impunidad, violencia y derechos humanos, solo así podremos comenzar a sentar las bases para la reestructuración del Estado de Derecho y la Democracia”, concluye Joaquín Mejía.
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