jueves, 24 de julio de 2014
"Vamos a defender nuestro territorio ancestral" dice dirigente garífuna después del secuestro
LINyM
Por Giorgio Trucchi
Crimen organizado, políticos sin escrúpulos y terratenientes, entrelazados entre sí, mantienen el ojo puesto en el territorio ancestral garífuna de Vallecito
El jueves 17 de julio, un grupo de pobladores del territorio garífuna de Vallecito, miembros de la Ofraneh (Organización fraternal negra hondureña), fue atacado y secuestrado por hombres fuertemente armados y con el rostro descubierto, que resguardaban la zona donde, según el relato de los mismos pobladores, sectores del crimen organizado estaban rehabilitando una pista de aterrizaje clandestina para narcoavionetas que operan en la zona.
Las 980 hectáreas del territorio de Vallecito, en el departamento de Colón, fueron tituladas a favor del pueblo garífuna por el INA (Instituto Nacional Agrario) en 1997. Un año después, el terrateniente y productor palmero Miguel Facussé Barjum, dueño de Corporación Dinant, invadió parte de esas tierras para sembrar palma africana.
La Ofraneh explica que, tras un fallo de la Corte Suprema de Justicia, el magnate desistió de sus pretensiones. Sin embargo, meses después, personas asociadas al crimen organizado se apoderaron de casi el 80% del territorio de Vallecito y construyeron esa misma pista clandestina, la cual fue utilizada durante años, "sin que las autoridades intervinieran a pesar de las denuncias presentadas".
En 2013, el INA envió una brigada a remedir las tierras de Vallecito. La comunidad garífuna, pese a las amenazas, el acoso, los sabotajes y el asedio permanente, logró ejercer momentáneamente el derecho a la propiedad colectiva.
Abandono e impunidad
Es en este contexto de hostigamiento y represión, pero también de impunidad y ausencia total del Estado hondureño, que el pasado 17 de julio una decena de pobladores y miembros de la organización garífuna fueron secuestrados, entre ellos Miriam Miranda, coordinadora de la Ofraneh.
"Hace seis meses, dicha pista había sido dinamitada, sin embargo durante los últimos días nos habíamos percatado de movimientos extraños que se estaban dando en nuestro territorio, y decidimos ir a ver qué estaba pasando. Efectivamente, vimos a varios hombres cortando arboles, rellenando los hoyos, rehabilitando la pista. Cuando, al día siguiente, volvimos al lugar, varios hombres con armas de grueso calibre nos interceptaron, nos encañonaron y capturaron. Afortunadamente, varias personas del grupo lograron escapar y se escondieron en el bosque", dijo Miriam Miranda a la LINyM.
Miranda recuerda que los obligaron a entregar todos los celulares para que no se pudieran comunicar y los juntaron en un lugar apartado. "Había una clara intencionalidad de desaparecernos, porque habíamos sido testigos de lo que estaba pasando con la pista clandestina. Además, preguntaban insistentemente por mi persona, por la coordinadora de Ofraneh, y tuve mucha suerte de que no me conocieran", agregó la dirigente garífuna.
Afortunadamente, las personas que habían logrado escapar a la captura y se habían enmontañados pudieron hacer un llamado de alerta y denunciar lo que estaba ocurriendo.
"Uno de los captores nos comunicó por celular con alguien que identificó como 'el jefe', quien supuestamente quería negociar nuestra liberación a condición de que reuniéramos a todos los pobladores. Sin embargo, la denuncia nacional e internacional, la rápida movilización de parte de la solidaridad, así como la presión ante las autoridades nacionales, permitieron detener el plan criminal. Los hombres armados se fueron y pudimos regresar al poblado", agregó Miranda.
Defensa del territorio
La dirigente garífuna explicó que la situación se ha vuelto aún más complicada, donde el Estado no solo sigue brillando por su ausencia, sino que, de varias formas, está vinculado con dicha situación y con los intereses que están en juego.
"La defensa de nuestro territorio ancestral se ha convertido en una amenaza para grupos del crimen organizado, funcionarios públicos y terratenientes. Ahora estamos aquí y no podemos salir porque tememos que puedan haber represalias por lo que hemos visto. Esta situación tiene a la gente en zozobra y estamos esperando la llegada de varios compañeros, compañeras, organizaciones, para que nos respalden y garanticen nuestra seguridad. Lamentablemente, tenemos que denunciar nuevamente la falta absoluta del Estado y el desinterés de las autoridades por nuestros derechos y nuestra seguridad", aseveró la coordinadora de Ofraneh.
Miriam Miranda no tiene la menor de duda de que la lucha permanente por la reivindicación de los territorios garífunas, sigue exponiendo a Ofraneh y a su persona a la persecución, represión y violencia criminal, de parte de intereses mancomunados del crimen organizado, las instituciones públicas, la política y el negocio de los monocultivos.
Asimismo, es parte de una política gubernamental mucho más amplia, que pretende criminalizar y judicializar la protesta y la lucha contra el acaparamiento y extranjerización de territorios, y contra la explotación inmisericordiosa de los recursos naturales y los bienes comunes.
"Quieren prohibirnos el acceso a nuestro territorio ancestral, quieren desaparecernos. Nosotros y nosotras nos mantenemos aquí, firmes, defendiendo lo que es nuestro", concluyó Miranda.
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