Radio Progreso
Inhumano, negligencia, crueldad, bestialidad; podríamos enumerar mil calificativos para describir la forma como murió Luís Alfonso Cabrera, un ciudadano que iba en busca de atención médica y salió engusanado del hospital Mario Catarino Rivas, el segundo centro hospitalario más grande e importante del país.
No nos habíamos recuperado de la suerte de los 11 mineros en la zona sur de Honduras, cuando la realidad nos supera al recordarnos bruscamente, el nefasto sistema de salud que tenemos. Un sistema donde la vida solo tiene valor si se cuenta con recursos económicos para poder atender las dolencias, de lo contrario la muerte es la realidad más próxima.
Tras este suceso que enluta a una nueva familia, las reacciones gubernamentales lejos de mostrar un compromiso genuino por resarcir los daños y mejorar el sistema sanitario para evitar que estos casos se repitan, siguen dando las mismas recetas que agudizan las precariedades existentes en Honduras.
Se creó otra comisión interventora que tiene la responsabilidad de hacer una evaluación de las condiciones del hospital. Se busca dar largas a una realidad que no necesita de expertos para saberla: el hospital Mario Catarino Rivas, y el resto de centros asistenciales están en la miseria, no hay medicamentos, hace falta personal, los médicos y enfermeras, en su mayoría, son inhumanos ante el dolor de los pacientes, es un sistema controlado y manipulado por la misma clase política mafiosa que convierte los recursos del Estado en negocio propio.
La comisión interventora está facultada para militarizar el hospital por medio de FUSINA y a investigar varias acusaciones que existen en contra de médicos y otro personal del hospital, a quien la ministra de salud llamó las mafias que controlan el sistema de salud público.
En los centros de salud y hospitales públicos se hacen negocios de todo. Se comienza desde las amañadas licitaciones de medicamentos, la contratación de personal por compadrazgo político, se construyen o mejoran centros entregando contratos a empresas de amigos y familiares de políticos. Todas y cada una de las cosas se hacen midiendo las ganancias que tendrá un reducido grupo a costa de la vida y los derechos de una ciudadanía que se merece una suerte mejor.
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