jueves, 17 de julio de 2014
Discurso fantasioso
Diario Tiempo
¡Última hora! ¡Última hora! El gobierno ha decretado en consejo de ministros una “emergencia por sequía e inseguridad alimentaria” para enfrentar el embate climático de El Niño en el corredor seco del país, que incluye los departamentos de La Paz, Valle, Francisco Morazán, Comayagua y El Paraíso.
Esta emergencia, que implica compras rápidas de insumos, transferencias económicas, dotación de alimentos, apoyo a las actividades agrícolas alternas, cultivos resistentes a la sequía, y, en fin, despliegue de respaldo financiero y tecnológico para los productores, es por el momento la prioridad de la administración.
De esta manera pasa a segundo plano la emergencia por la migración de niños solitarios (no-acompañados) a Estados Unidos de América (EUA), una vez que, por el momento, las deportaciones parecen sofrenadas por efecto de las negociaciones entre Guatemala, El Salvador y Honduras con nuestro “mejor amigo”, y, por otra parte, cuando el trágico espectáculo de los mineros soterrados en El Corpus toca a su fin.
La evolución del actual gobierno, o sea el nuevo gobierno de las grandes expectativas de desarrollo, de transformación estructural y bienestar económico y social, rápidamente ha derivado a gobierno de las grandes emergencias nacionales, con sucesivos planteamientos de acuerdo a los eventos que van encadenándose por los severos desajustes estructurales.
Mientras el ICEFI (Instituto Centroamericano de Incentivos Fiscales) advierte sobre la continuidad del “default” fiscal, el incremento de la deuda pública y las dificultades para reducir el gasto público, el tema de la seguridad nacional y su implementación militar, con compra de equipos, parafernalia aérea y demás se mantiene con firme determinación.
También prosigue el entusiasmo para la ampliación de los programas de asistencia social, de vocación caritativa y demagógica como el Bono 10 Mil, aunque por ahí se diga que son insostenibles. Menos mal que, dentro del modelo de emergencia, pronto habrá combustibles baratos en el país, gracias al viaje del ministro Alden Rivera a Azerbaiyán para traernos 500 millones de dólares para el programa social Vida Mejor.
En estas condiciones lo que parece confirmarse, al bajarnos de la nube, es que la nueva administración se complace en la improvisación, con un discurso cambiante, fantasioso, tratando de crear ilusiones en vez de la articulación de políticas de Estado en función del tratamiento a los problemas reales del país y de la nación.
Una confirmación, por lo demás, de la incompetencia política y administrativa en torno a la atención de las necesidades nacionales, vale decir el encauzamiento de nuestro país por la ruta del desarrollo político, económico y social sostenible y equitativo, como lo están haciendo -de manera efectiva- la mayoría de los países de América Latina, y, en particular, los de la región centroamericana.
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