miércoles, 2 de julio de 2014
El golpe de Estado:Una herida en la memoria
Consejo Editorial del COPRUMH
A Emmo, el hindú que firmó la historia de Honduras con su sangre generosa
Han pasado cinco años de aquel fatídico golpe de Estado del 28 de junio de 2009 y la herida aún persiste en la memoria; todavía el dolor tiene nombre de hombre y de mujer, todavía la sangre señala al odioso corazón del asesino, todavía los golpes silban en el viento contaminado de gas; la furia del enemigo aún camina por las calles y la muerte viaja a la velocidad de una bala. El Golpe de Estado dejó establecido que hay dos Honduras: la Honduras de los ricos y la Honduras de los pobres. Los políticos y sociólogos postmodernos que renegaron de la lucha de clase y enseñaron que esa terminología era propia del pasado, se dieron con la piedra en los dientes porque la realidad demostró que la lucha de clases sigue siendo el motor de la historia.
Los blanquitos y los rojos no eran dos colores antojadizos, eran colores semantizados por la historia, eran la expresión de la lucha de clases en Honduras. “Blanquito porque borras si mañana vuelvo” decía una de las tantas y hermosas consignas pintadas en las paredes de la ciudad, por cierto, después de cinco años, la vida no deja de ser irónica: antes hacer una pinta era motivo de orgullo y rebeldía, hoy desde la misma resistencia se persigue a los que pintan y se les llama provocadores, quién iba a pensar que ciertos rojos de ayer hoy no son más que blancos borradores.
El golpe persiste, muchos dicen que la coyuntura del golpe ya pasó, que vivimos otra realidad, estos analistas vieron el golpe como un accidente de la historia que terminó en el mismo instante en que Pepe Lobo asumió el poder, qué ingenuos, el golpe no fue una crisis pasajera en el bloque del poder, el golpe fue un proyecto estratégico para desarticular al movimiento popular y relanzar el modelo neoliberal ya que el alzamiento popular iniciado en el año 2003, bajo la conducción de lo que fue la Coordinadora Nacional de Resistencia Popular, había generado una situación de ingobernabilidad que impedía a la oligarquía acrecentar sus capitales. Dentro de esa Coordinadora el magisterio fue fundamental, por eso no es casual que durante la resistencia al golpe de Estado, el magisterio se haya convertido en el pilar fundamental de la lucha; nada surge por generación espontánea, el Frente Nacional de Resistencia contra el golpe de Estado, primero, y el Frente Nacional de Resistencia Popular, después, no hubieran existido sin la gran experiencia que significó la heroica Coordinadora Nacional de Resistencia Popular que dejó de existir para dar paso al FNRP.
El surgimiento del FNRP, ¿representa un salto cualitativo a lo que fue la Coordinadora Nacional de Resistencia Popular? Al principio si lo fue, hoy ya no lo es: la historia ha constatado que los métodos democráticos y de lucha de lo que fue la Coordinadora superan con creces a los métodos antidemocráticos y timoratos de la actual conducción del FNRP.
Que alguien nos explique por qué después de que el movimiento de resistencia generara una de las rebeliones más organizadas y combativas de las que se tenga memoria en este país, sólo comparable con la huelga de 1954, no haya existido oposición en los gobiernos pos-golpistas de Porfirio Lobo Sosa y Juan Orlando Hernández. ¿Cómo es posible que el magisterio considerado la columna vertebral de la lucha contra el golpe de Estado haya perdido todo en los últimos cuatro años sin que haya existido oposición? El magisterio es una de las víctimas del retroceso generalizado que sufrimos cuando la resistencia en las calles se apagó por buscar un curul en el Congreso, ahora tenemos una oposición curulera, de esa que sólo respinga de vez en cuando y siguiendo su propia agenda pero que está totalmente desarticulada de una estrategia general de resistencia popular y revolucionaria contra la oligarquía. Los sectores que hoy resisten, lo hacen con dignidad pero aislados, no hay solidaridad de clase, por ejemplo, lo que está sucediendo en Opalaca, en Agua Blanca, en el Agúan ya duele por lo que el gobierno hace pero más duele porque es un grito que se consuela solo y sin respaldo, o por lo menos sin el respaldo que debería tener.
No todo está perdido, a cinco años del golpe de Estado, es necesario recuperar el accionar combativo y revolucionario de los mejores días del FNRP, adelante pueblo resistir es vivir.
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