sábado, 7 de diciembre de 2013
Los informes de las misiones internacionales ¿a quién benefician?
Diario Tiempo
Las misiones internacionales de la OEA, la Unión Europea, la Embajada del gobierno de los Estados Unidos se han equivocado en su servicio a la democracia hondureña. Haber dado un informe validando los resultados electorales en un ambiente de incertidumbre y sospechas es un apresuramiento que poco tiene que ver con la diplomacia y el servicio que mejor contribuya a la rehabilitación de la deteriorada institucionalidad democrática hondureña.
Una cosa es haber visto la notable asistencia de la ciudadanía en las urnas electorales, y el ambiente pacífico y de calma que reinó en la mayoría de los centros de votación. Y otra cosa muy distinta es el manejo de los resultados por el partido oficialista así como la información que ha transmitido el Tribunal Supremo Electoral.
Las misiones oficiales de observación internacional recogieron el ambiente del domingo, pero han dejado de lado la observación real al manejo que las cúpulas políticas han hecho de los votos que la gente fue a depositar con tanta fe y esperanza en las urnas electorales. Las misiones oficiales internacionales le han fallado irremediablemente a la democracia hondureña.
Existen suficientes datos comprobados del manejo sucio de muchos de los votos y del conteo con una descarada manipulación por parte del partido que se alzó con el triunfo electoral. Ante las dudas, un informe internacional debió haber esperado antes de haber dado un juicio. Hay signos de que muchos votos fueron comprados por el candidato oficialista.
Se puede argumentar que esta práctica no es ilegal, pero nadie puede argumentar que se trata de un servicio a la democracia y al Estado de Derecho. No se trata de estar a favor o en contra de uno u otro candidato; se trata de aquello que contribuye o no a la democracia por la vía del respeto a las reglas del juego del Estado de derecho.
Existen datos que el partido oficialista compró a muchos de los delegados de algunos de los partidos pequeños. Este dato debió haber sido un argumento suficiente para que las misiones oficiales de la comunidad internacional retrasara sus informes para recabar y escudriñar por más informaciones para establecer si en efecto hubo este tipo de irregularidades, puesto que de existir nadie podría creer en un gobierno que se ha alzado con el triunfo a partir de una práctica esencialmente corrupta y antidemocrática.
Muy mal han hecho las misiones internacionales, y por respaldar con sus observaciones a la democracia hondureña, lo que han hecho es apoyar las condiciones de corrupción e impunidad que más contribuyen a la inestabilidad y el deterioro de la institucionalidad del Estado de Derecho. En lugar de hacer un bien, lo que han hecho las misiones oficiales es dar un espaldarazo directo a los mayores enemigos de la democracia y del Estado de Derecho.
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