sábado, 7 de diciembre de 2013
La proclamación de Juan y la otra presidencia pendiente
Por Rodolfo Pastor Fasquelle
Estamos más cerca de la la salida que antes del golpe, es cierto, pero el costo ha sido enorme. Reina el caos que no tiene nada de casual, pero es enemigo letal de la libertad. Las instituciones seguirán en el límite de la inoperancia. Todos pagamos, pero los pobres pagan más caro los costos de la ambición de cuatro gatos. Cuéntenlos bien. Y no ha culminado nada más que un acto.
Previsibles como Chinchilla pero ¿también tu Daniel? Martinelli y Santos sus amigos en el exterior (los mismos de antes) reconocieron primero a Juan Orlando presidente electo, y después los tres tribunos que representan a un 53.1% de los electores según su propio computo, una mayoría al fin también gracias al 0.1% que aporta la DC lo han proclamado presiantier al oscurecer, a 48 horas de cerradas las urnas en que sacó alrededor de un tercio de los votos emitidos y 8% de los potenciales. Otra cosa será la inauguración del gobierno que, según las tradiciones debe ocurrir a fines de enero del lejano año que viene. Pero proclamado está. ¿Qué paso? ¿Por qué, cuando falta un cuarto del escrutinio y hay dos mil dudas? O ¿justo por eso?
¿Eran contundentes e incuestionables los datos? ¿No que tenían treinta días y se tomarían todo el tiempo que fuera necesario? (Eso escuche decir a Matamoros y Sequeira.) ¿Qué porcentaje de actas había sido depurada en el Supremo, de cuántas de las inconsistencias,como decían, se habrían despejado? ¿Cómo habían resuelto las denuncias múltiples de delito electoral? o ¿Qué ofrecimiento de apoyo tuvieron, necesariamente de los liberales golpistas? Porque nadie más podía apoyarlos. ¿Cuánta confianza tendrían en que su palabra mágica aplacaría ánimos y contradicciones. Pareciera claro que tuvieron un apremio. Y su proclama “oficial” se sintonizó con los susodichos aliados y el Departamento de Estado, tan ágil para algunas cosas como torpe para otras, que inmediatamente reconoció el triunfo. Con el tiempo justo para que los medios lo interpretaran como un fait accompli junto con un dictamen criminal de la CPI, ¿irreversible? El hombre está proclamado. (Suya será la banda bordada con hilos de seda de colores y el escudo nacional, y podrá hacer el juramento, nadie se opondrá efectivamente, aunque si estuviera en mis manos disponerlo yo convocaría al pueblo de Honduras a rojos y blancos y negros a rodear el estadio ese día, en silencio de luto total.)
Y tiene razón cuando dice que no va a negociar. ¿A cuenta de qué? Por otros dos meses que le restan al Lobo, JOH tiene control del Congreso, de su Corte personal, sus fiscales y de su procurador, el control de ejército y no sé si de los escuadrones. Y como delfín electo tiene el control real del poder ejecutivo. ¿Qué puede moverse en este mundo en contra del Sr. Presidente?
Pasa sin embargo, que las elecciones nos han reavivado la sospecha que yo por primera vez tuve cuando leí que Meza decía que la prensa en Honduras nos suplanta la realidad con otra cosa, con una manipulación a su conveniencia, la sospecha que palpe y viví, cuando el golpe de Estado de junio del 2009 dividió por un lado las imágenes --alineadas por los conspiradores, de los grandes medios golpistas— de aplausos y ambientes palaciegos y, por otra parte, las imágenes contrastantes que teníamos en la calle nosotros, y propagábamos de viva voz y a través de los medios alternativos….la sospecha de que existe otro país aquí mismo. No solo uno posible, virtual o imaginario, si no otro mundo real, que percibe el ciudadano común, de a pie pero despierto, la gente en la calle… de repente uno tan real como el mundo de los protocolos, de la legislación o de las representaciones que se hacen los poderosos. En donde las balas no son de goma. Y me queda claro que, en este otro raro mundo, Juan Orlando no puede, no tiene el poder, no prevalecerá, porque no podrá callar ni perseguir a suficiente gente, comprar ni intimidar ni a los líderes que ya vamos teniendo ni menos al pueblo joven en la calle. Que clama libertad. No podrá callar la conciencia de este nuevo ciudadano. Es una impresión. No quiero ser extremista. Y hasta aquí llega la historia.
Es importantísimo estudiar mejor las varias maneras en que se hizo el fraude, y analizar también lo que tampoco rigurosamente hablando lo fue. Porque hubo grandes sinverguenzadas, antes y después pero también fallas de la campaña, que sé yo ¿Del mensaje? ¿De la capacidad de respuesta? ¿De la organización? ¿De los voceros? ¿Por qué LibRe no pudo ordenar mejor su campaña? Solo una autocrítica certera y profunda permitirá formular una estrategia eficaz basada en análisis. ¿Dónde perdimos, por poco? ¿Por qué? ¿En qué zonas se puede? Por qué se respetan las opiniones y los debates `pero no esos análisis de a seis por real, improvisadas elucubraciones de conjeturas conceptistas, desleales, que pretenden, después de los hechos, ser los más sabios, culpar a Mel, ve qué bonito. De algún modo todos fallamos, menos quizás Xiomara. Y para promover las reformas que se necesitan habrá que superar el trauma y cabildear los votos en el congreso. Claramente, sin reformas electorales no debemos volver a elecciones.
Ahora puedo especular. Si obtiene apoyo de una bancada disciplinada del PL, si Bendaña y Nuñez, y los diputados alguna vez fueron yanistas y contrarios del golpismo votan por su candidato al CN, JOH está hecho. Pondrá un presidente ya sabemos a su conveniencia, cuya aspiración automática le servirá para cobrarle al cuenta al gran designado denunciante. Tendrá todos los poderes públicos en sus manos. Y las cosas entonces estarán aún más claras que nunca. El PL habrá perdido toda posibilidad de retorno. Pero aun entonces JOH tendrá solo poder formal de dictador. ¿Hay otro? Dicen que sí. Ya veremos.
En cambio si los liberales se dan cuenta de que -igual que a Nasrrala (¿Jefe de sus diputados?)- se les va la posibilidad de un futuro en mantenerse firmes contra la corrupción que les acaba de quitar tres diputados y a Salva la mitad de su triunfo sin más que un gemido, después de tanta alharaca, entonces se abre un espacio para la especulación. Porque si JOH no consigue los votos indignados, pues entonces habrá que hacer otro cálculo. La historia podría recomenzar. Le aceptamos la constituyente con facultades gubernativas y su renuncia.
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