martes, 3 de diciembre de 2013

Guillermo Almeyda: JOH es un instrumento de la Embajada de EE.UU.



Mario Hernandez (MH): Estamos en comunicación con Guillermo Almeyra. En nuestro último encuentro, hace un par de semanas, fue la previa de las elecciones en Chile y Honduras. En el caso chileno ya contamos con los resultados, en Honduras todavía no.
Me gustaría referirme al caso hondureño. Al respecto, hoy me encontré con una sorpresa muy desagradable y fue que el presidente nicaragüense, Daniel Ortega, reconoció el triunfo del oficialista Partido Nacional (PN) encabezado por Juan Orlando Hernández y le propuso trabajar por la integración regional, cuando todavía faltan contabilizar una gran cantidad de votos y hay denuncias de fraude por parte de dos de los principales partidos protagonistas de las elecciones.

Guillermo Almeyra (GA): Es una barbaridad atribuible al llamado “realismo político”. Me hizo acordar que en 1988 con el fraude gigantesco que impuso a Salinas de Gortari, el Menem mexicano, como presidente, robándole la elección a Cuauhtémoc Cárdenas, el primero en felicitarlo fue Fidel Castro en nombre de la necesidad de mantener buenas relaciones con México. Son esas barbaridades contrarias a la democracia, a la construcción del socialismo, en nombre de una necesidad inmediata, de vista corta, de unión con un gobierno cercano, en este caso vecino, pero que está manejado por EE. UU. Hernández es un instrumento de la Embajada de EE. UU.

MH: Inclusive la embajadora norteamericana proclamó su triunfo cuando llevaban contabilizados menos del 20% de los votos.

GA: Cumplió el mismo papel que Spruille Braden aquí que hacía campaña por la Unión Democrática contra el peronismo.

MH: ¿Cuál es su análisis de estas elecciones? Algo nos había anticipado sobre el peligro de fraude.

GA: Los poderes de facto en Honduras, las quince familias que controlan el país, la Embajada de EE. UU., las transnacionales que controlan toda la producción importante y los partidos gubernamentales, sobre todo el PN, forman una sola cosa. Esa gente no va a largar el poder por las buenas. Las elecciones forman parte de las últimas.

Aunque pierda en forma aplastante, el fraude estará. Primero lo organizó el gobierno del PN a través de Lobo, segundo votaron muchos muertos como comprobaron delegados de mesa y observadores internacionales, tercero no están dando los resultados de todas las planillas de votación, sobre todo de las zonas donde tiene mayoría aplastante el Partido LibRe y cuarto van a hacer todo lo posible para desgastar al movimiento.

Posiblemente, como protestan contra el fraude otros sectores, por ejemplo, el Partido Anticorrupción, puedan llegar a hacer una payasada como en México, el recuento de un 25% de las mesas o algo por el estilo, pero no van a anular la elección ni hacer una nueva. Honduras es muy importante por las bases militares, sobre todo una que es fundamental, Palmerola, que controla todo el Caribe y el norte de Colombia.

MH: Ayer escuchaba a un representante sindical hondureño, Reyes, que comentaba que antes del golpe contra Zelaya había una base y ahora hay tres.

GA: Es un país clave.

MH: Y también lo fue para frenar la revolución centroamericana en los ’80.

GA: Honduras siempre fue un punto de agresión. Contra Cuba cuando el ataque de Bahía de los Cochinos, la base del Irangate y el sostén de la contra en la guerra contra los sandinistas. Siempre ha sido el punto de apoyo de EE. UU. en la región porque es el país menos organizado desde el punto de vista de las masas y muy pobre, con gran peso de la delincuencia como consecuencia de la droga y en manos de unas pocas familias.

Además, es estratégico para el Caribe y sobre todo para Colombia en el caso que las cosas empiecen a cambiar. El acuerdo con las FARC y la candidatura de Santos a un segundo mandato, apuntan al sector de Uribe, divide a la burguesía colombiana, debilita al sector más ligado al imperialismo y crea una situación de impasse en Colombia. Por eso Honduras es fundamental.

En Chile el gran protagonista fue la abstención

MH: Demos vuelta la página. En Chile, como anticipó en la entrevista que hicimos dos miércoles atrás, el gran protagonista fue la abstención.

GA: Y se va a mantener, un poco porque muchos de los que apoyaron a Bachelet en un proyecto incluso reformista, dicen que no tiene mucho sentido votar ahora. Además, la candidata de la derecha no va a reunir los votos de todo ese espectro. Uno de los candidatos derechistas, un senador que había apoyado a Parisi, ahora dice que no lo hará por Matthei porque está más cerca de Bachelet, es decir, sectores de la derecha ya empiezan a meterse en un proyecto junto a Bachelet.

Va a seguir la abstención. No todos los votantes que lo hicieron por la izquierda de Bachelet, los ecologistas, Ominami o Roxana, no todos van a votarla.

Bachelet va a ganar con bastante diferencia. Posiblemente la derecha logre un 5-10% más perdiendo de un modo menos escandaloso, pero lo que se plantea realmente en Chile es el problema de cómo satisfacer a todos los que están peleando pero no votaron. Por ejemplo, sigue la huelga de los empleados públicos, los estudiantes están en pie de lucha como siempre. Esa gente está votando en las calles, no en las urnas y esa va ser la presión a la que tendrá que hacer frente la nueva presidenta.

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