jueves, 6 de abril de 2017

Capitalismo: Religión de la desmesura

Rebelión

Por Julio García Camarero

 “Es más necesario sofocar la desmesura que un incendio”. 

Heráclito (540-480 aec, aprox.).
“La desmesura es el primer mal que la divinidad envía al hombre que quiere aniquilar” 

Teogonis [1] .

“En el capitalismo puede reconocerse una religión […] la religión de la desmesura”. 

Walter Benjamín.

1.- La gran importancia de la mesura.  

Para lograr el decrecimiento feliz hay que salirse de la Religión de la desmesura y de la mutilación de las ideas   

Cada vez con más frecuencia tendemos a la criticar y a huir de la teoría porque erróneamente la confundimos con la doctrina.

La doctrina tiende a mutilar las ideas, con el objetivo de lograr una opresora y desme-surada acumulación de bienes en beneficio únicamente de una élite muy minoritaria.

Generalmente, tendemos a confundir la teoría con la doctrina que son ámbitos de la interpretación de la realidad y de la vida opuestos, ya que mientras la teoría trata de precisar los conceptos prácticos para evitar malas y confusas interpretaciones, la doctrina se basa en mutilar los conceptos y hacerlos imprecisos, rígidos, confusos y ambiguos. Walter Benjamín, al hablarnos del capitalismo [2] , manifiesta que toda ambigüedad es “demoniaca”; y que no se puede separar el sistema de “la religión capitalista” de la ambigua mística de la culpabilidadmítica de la deuda económica. Dice exactamente: “En el capitalismo puede reconocerse una religión […], la religión de la desmesura”.

2.- Doctrina: mutilación de las ideas.

Pues bien, con la doctrina, y sus conceptos ambiguos y demoniacos, se puede manipular a las masas para imponer esquemas que sólo benefician desmesuradamente a una minoría dominante. Y estos conceptos ambiguos es lo que utilizan los sectarismos las religiones y el marketing (que tiene mucho de religión consumista, con sus modas, su liturgia de las pasarelas, etc.). Por ejemplo, los doctrinarios del capitalismo neoliberal actual nos dicen todos los días que el crecimiento es bueno. Son frases mutiladas, porque no nos explican para quien es bueno el crecimiento. A lo sumo te dicen que es bueno para la economía. Pero continúa la mutilación de la idea y la ambigüedad diabólica, porque no nos dicen para la economía de quien es bueno el crecimiento. Y creo que está más que claro que el crecimiento es bueno sólo para la oligarquía, pero pésimo para la inmensa mayoría. La idea correcta, completa y no mutilada debería ser: “El crecimiento económico es bueno para la economía… de una reducida oligarquía, pero para la inmensa mayoría es muy penoso y totalmente rechazable”.

Y estas expresiones diabólicas nos suenan a teóricas y por eso tendemos a rechazar la teoría. También por eso, la expresión decrecimiento a solas es una idea mutilada y en consecuencia tiende a verse como una teoría ambigua y es el motivo de que se tienda a rechazarla. Para que la idea del decrecimiento no quede mutilada es necesario añadir la palabra, el apellido, de feliz, pues el objetivo de toda persona es hacia la felicidad y la alegría de vivir.

3.- La evolución desde la teoría a la doctrina

Y a causa de los turbios intereses oligárquicos, el deseo de mutilación de ideas, históricamente se ha dado en bastantes ocasiones. Ello ha generado una evolución desde la ideología oteoría a la doctrina. Podemos citar algunos casos:

-La evolución desde la teoría del cristianismo (en realidad era una teoría moral, y anti-sistema, contra el imperialismo romano), hacia la doctrina católica aliada finalmente de nuevo al Imperio Romano. De ahí su obsesión nostálgica de tener su Santa y Desmesurada Sede en Roma, como una especie de refundación del Imperio.

-El paso de la teoría marxista a la doctrina marxista expresada en el opresor sectarismo estalinista del capitalismo de Estado.

-El paso de la doctrina de la religión católica al sectarismo religioso y doctrinario del imperialismo capitalista según nos describe muy correctamente Walter Benjamin.

-El paso de la doctrina marxista china al comunismo-capitalismo chino, que no es otra cosa que una fusión entre la doctrina marxista y la doctrina capitalista, la más desmesurada de todas las del Planeta, ya que registra el crecimiento más desmesurado de todas las naciones (en torno al 10% anual). Porque al capitalismo chino se salió de la doctrina marxista desde Den Shiao Pin (a finales de lo años ´70). Aunque mantuvo esta doctrina sólo de forma aparente y oficial, para que las masas chinas permanecieran sin revulsiones, pensando que, en efecto, continuaban en ella. Dado el fuerte carácter doctrinario de la doctrina marxista este engaño se pudo imponer sin dificultad alguna.

En los dos últimos casos más que un paso de una teoría a una doctrina, es un trasvase desde una doctrina a otra doctrina.

Una teoría no se puede plantear o definir como algo fijo y sectario, sino como el reflejo de una realidad que es continuamente cambiante. Ésto no quita para que la teoría tenga algunos puntos de referencia de vigencia indefinida. Podemos poner algunos ejemplos: no se puede crecer ilimitada-mente a partir de unos recursos ilimitados; la insatisfacción consumista es una de las principales fuentes de la infelicidad; la humanidad es parte inherente de la biosfera, aunque la esté dañando; es necesario el cuidado de la biosfera como premisa esencial para el cuidado de las personas, etc.

Hoy en día, tal vez, la doctrina de carácter religioso más arraigada en el planeta Tierra sea el marketing consumista del capitalismo, con su enaltecimiento y apología de la seudo-necesidad, su liturgia de las pasarelas, sus altares de los escaparates, sus oraciones de los eslogans comerciales, sus signos cabalísticos de los logos, sus estampitas sagradas de los billetes, etc.,

Así que el capitalismo no es más que una religión tiene como finalidad última promover un desmesurado consumismo religioso para lograr el desmesurado y religioso crecimiento de acumulación del PIB.

4.- Sumisión y miedo

Otra cosa por la que se destacan las doctrinas religiosas o sectarias es por la propagación del miedo. Por ejemplo, en la doctrina capitalista marketiniana-neoliberal, si no te dejas explotar hasta la extenuación te encuentras con el temor y el miedo de que te expulsen al infierno de la precariedad y del paro, un infierno que no está en la otra vida, sino que está en ésta y que lo padecen el 99% de los terrícolas que se encuentran en este valle de lágrimas, como muy bien nos dice la Santa y Desmesurada Sede de Roma. Aunque el otro 1%, el de los oligarcas, que no necesitan ser explotados porque explotan y roban a manos llenas, también se encuentran en otro infierno terrenal, algo diferente pero no menos padecedor. Es el infierno de dos enfermedades mentales, la obsesión por la acumulación y la enfermedad de la manía de la hegemonía. Ambas entrelazadas entre sí por la necesidad de la competitividad que tiene mucho de robarle las posibilidades al otro. Enfermedades consistentes en una desmesurada ambición y avaricia.

Aquí encaja bien, para terminar, recordar la frase de Teogonis: “ La desmesura es el primer mal [enfermedad diría yo] que la divinidad envía al hombre que quiere aniquilar”.

Después de todo lo comentado arriba, parece que lo más sensato y urgente a hacer por todas y cada una de las personas, enfermas o no, es salirse de la religión de la desmesura, es decir del capitalismo.

Notas:

[1] Teogonis de Mégara siglo VI-a.C: alcanzó su plenitud en la 2ª mitad del siglo. sus poemas son elegías cortas , típicas de simposio o banquetes con temática diversa: amor, añoranza de tiempos pasados. Y otros como el vino, el amor , la nostalgia de los ideales aristocráticos, el rencor y reflexiones sobre las limitaciones del hombre.

[2] Según Walter Benjamin el capitalismo tiene una estructura religiosa con tres rasgos básicos:

- Se da un culto sagrado al utilitarismo que es lo único a considerar, y además no tiene alternativa posible.

- Existe una duración permanente de este culto, todos los días son festivos en cuanto a la obligatoriedad de este culto.

- Impera un complejo de deuda, de culpabilidad, totalmente imperdonable. Es un culto sin tregua, sin misericordia.

Un ejemplo muy actual lo tenemos en el caso de los desahuciados de la hipotecas.

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