martes, 18 de abril de 2017
Votos, dinero y poder
Por Esteban De Gori, Ava Gómez y Bárbara Ester
I.- Los años ´90 fueron cruciales para asociar de manera virtuosa la empresa y la política. La caída del muro y la mundialización de las finanzas y el comercio permitieron a la empresa y a los empresarios construir un nuevo lugar en la escena política. Lo que en décadas anteriores hubiese despertado sospechas, contrariedades y rechazos se transformó en una virtud. Allí había una experticia de cómo entender el desarrollo de la economía y cómo hacer del Estado una maquinaria “sin derroches”. El neoconservadurismo reactualizó la asociación virtuosa entre empresario y gestión política eficiente. ¿Quién mejor sabría cómo cuidar los ingresos y como transformarlos en rentabilidades?
El neoconservadurismo se empresarializó en las últimas décadas. Amplió la clase política con nuevos actores, los sacó del “lobby” y los colocó como posibles gestores de la vida estatal y pública.
Pese a este nuevo imaginario debemos indicar que la mayoría de los presidentes de los años ´90 no provenían del ámbito empresarial (Cardoso, Menem, Fujimori, Salinas de Gortari, etc.), tendríamos que esperar hasta inicios del siglo XXI para ver la realización de este proceso. Tal vez, podríamos decir que este proceso de empresarialización del espacio público comenzó en los clubes de fútbol, los cuales sirvieron de plataforma para lanzarse a la política europea y latinoamericana: Berlusconi (dueño del Milan, Macri (Presidente de Boca Juniors), Cartes (Presidente de Libertad) y Piñera (dueño del Colo Colo).
En la actualidad, un conjunto de presidentes –la mayoría pertenecientes al universo conservador- proviene del ámbito empresarial. Trump no inició este camino, lo comenzó Vicente Fox en México en el año 2000, iniciando un proceso de ampliación y de acceso de empresarios-presidentes a los gobiernos latinoamericanos.
La empresarialización de la política comenzó a desembarcar en la administración pública, en el Gabinete Ministerial y el poder Legislativo. Empresarios que buscaban “influir” por fuera del aparato institucional estatal comenzaron a sentirse legitimados para acceder a los mismos, para presentarse a elecciones. Salieron del closet y se animaron a la política. No solo eso, su procedencia empresarial les abrió un mundo de posibilidades, parte de las sociedades actuales y posmodernas observaron a estos actores como portadores de ciertas virtudes.
Empresarios del espectáculo, de la construcción, de los sistemas más dinámicos del capitalismo globalizado o vinculados a los commodities o a los recursos naturales comenzaron a instalarse en los poderes ejecutivos. De hecho, muchos tuvieron que establecer formas para “separar” sus negocios con los recursos públicos.
Por momentos se vieron preservados por discursos como “si tienen dinero para que van a robar al Estado”, como si la corrupción tuviera como único destino cambiar la condición económica de los funcionarios. En el caso de los empresarios latinoamericanos, el acceso al Estado es una gran posibilidad de ampliar sus rentabilidades y mejorar sus posiciones de poder en la política y en el mercado. Pese a este imaginario que los posibilita como “homo politicus”, los casos de corrupción o de tráfico de influencias no se han reducido, sino todo lo contrario.
No hay garantía de “prolijidad administrativa” en manos de los empresarios o CEOS gestionadores de los bienes públicos, sino que la dinámica empresarial en el Estado ha ampliado la frontera de la empresarialización de lo público. En muchos casos ha traído graves consecuencias, inclusive para las propias derechas políticas, como el caso de Panamá, donde Roberto Martinelli recibe una relevante impugnación de su ex socio, el conservador Partido Panameñista, quien termina armando una fórmula propia y su triunfo expresa el retorno de la clase política por sobre la lógica de los CEOS. Lo mismo ocurrió los últimos tiempos con Cartes, quien había colocado parte de los CEOS de sus empresas en su Gabinete y lentamente fue desplazándolo o equilibrándolo con actores procedentes del Partido Colorado. Estas tensiones también se producen entre ex CEOS y dirigentes políticos en el Gobierno de Macri.
La empresarializacion de las derechas abre contradicciones al interior de ellas mismas, la lógica de la clase política (que puede hacer concesiones para mantener el poder) a veces choca con una dinámica empresarial más decidida a enfrentarse a la sociedad. Por ahora, el fenómeno en ascenso va ganando algunas adhesiones. El mismo ha suscitado otras contradicciones al interior de sus espacios, en especial, cuando se enfrentan a procesos electorales donde se evalúa la gestión económica y su capacidad de ampliar consumo y legitimidad.
La biografía empresarial de los presidentes es importante a efectos de entender de qué sectores productivos provienen y cómo esta condición termina o no aumentando su patrimonio.
II.- Vicente Fox inauguró la década del 2000 aterrizando en Los Pinos, de la mano de su formación política, Partido Acción Nacional (PAN). Heredero del rancho San Cristóbal, dedicado a la agroexportación, Fox (1942) desarrolló la mayor parte de su carrera empresarial vinculado a la firma Coca Cola, donde desde 1965 llegó a desempeñarse en la Dirección Nacional de Operaciones y en la Presidencia de la División de América Latina. Fue en su trabajo con Coca Cola donde se acercó a Sergio Zyman, director general de marketing y accionista de la empresa, que se convertiría en un gran aliado durante su carrera a la presidencia.
En los años 80, tras a su salida de Coca Cola, Fox se dedicó a apuntalar las bases de su carrera política, en el PAN fue secretario del Ramo Agropecuario en el Gabinete Alternativo, lo que le permitiría, ya a finales de los años 80, ser diputado federal por el Estado de Guanajuato y en 1995 erigirse gobernador del mismo Estado, cargo que usó como plataforma política para saltar a las federales del 2000.
Para llegar al Gobierno de México, además del nada desdeñable apoyo de una de las multinacionales con mayores intereses de la región, se configuró la estructura financiera, Amigos de Fox –hoy cuestionada por los métodos de financiación ilegal [1] - para amalgamar su candidatura. En su campaña Alianza por el Cambio, el peculiar líder, que alardeaba de no tener pelos en la lengua, fue presentado como el exitoso empresario con perfil tecnocrático, capaz de sacar al país de la crisis social e institucional. En efecto, el tecnócrata “eficaz”, que consiguió su título universitario después de 35 años de haberse inscrito en la institución (justo en 1999, antes de ser elegido presidente) [2] , consolidó durante su sexenio en el Gobierno la continuación de las políticas del Consenso de Washington, orientando su trabajo hacia el beneficio del sector empresarial en detrimento de la ciudadanía.
La desangrada Pemex, afectada por con el desvío de fondos (que se estima en 1.500 millones de pesos) para apoyar a Francisco Labastida Ochoa –Pemexgate-, no reflotó durante el gobierno de Fox, y, aunque durante su periodo, con los precios en alza del petróleo, se estimaran las ganancias en 180 mil millones de pesos promedio anual, estas se invirtieron en ampliación de la burocracia empresarial y en concesiones a empresas privadas de obra exploración y extracción, más no en proyectos para mejorar la competitividad [3] .
Sus prolongadas relaciones con Coca Cola dieron sus frutos para la compañía cuando se convirtió en una de las grandes concesionarias (con Nestlé) para embotellar agua en el país, donde la dificultad de acceso al líquido y su pésima calidad son factores que convierten a México en el segundo país del mundo consumidor de agua embotellada [4] .
Sus años en Los Pinos replicaron algunas de sus acciones en la Gobernación de Guanajuato: como gobernador expropió a 900 ejidatarios gunajuatenses [5] para facilitar el desarrollo de zonas industriales, con tierras pagadas a muy bajos costos. De la misma manera actuó en el Ejecutivo, con el proyecto del nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México emitió un decreto que expropiaba 4.550 hectáreas y afectaba a un amplio grupo de campesinos quienes iniciaron una protesta en San Salvador de Atenco, la cual fue reprimida violentamente, cesando el conflicto cuando Gobierno decidió aplazar el proyecto en disputa.
Actualmente Fox es uno de los políticos más cuestionados de México, el crecimiento exponencial del patrimonio familiar que no concuerda con sus consecutivas declaraciones de renta [6], el incremento y concentración de propiedades añadidas al rancho familiar San Cristóbal [7] , por medio del despojo de tierras a ejidatarios, la remodelación de la casa principal a costa del erario público [8] y la creación del Centro Fox, una institución que define como “una asociación civil sin fines de lucro, sin motivos partidistas y religiosos” son en este momento los principales ejes de críticas que ponen en una encrucijada al empresario-político mexicano [9] .
III.- En el caso argentino el nexo entre empresas multimillonarias y política estaría vinculado al mundo del deporte. El primer gran salto a lo público de Mauricio Macri fue su lanzamiento a la presidencia de Boca Juniors en 1995, cargo en el que se desempeñaría durante 12 años y que operaría como trampolín político. Sin embargo, su ejercicio empresarial data de mucho antes. El secreto del exponencial incremento de la fortuna del Grupo Macri fue su influencia política. Durante la última dictadura cívico-militar, el “Proceso”, también significó una “reorganización” empresarial de la economía de los Macri –pasando de 7 empresas en 1976 a 47 en 1983-. Los seguros de cambio implementados por el entonces funcionario Domingo Cavallo, permitieron al Grupo Macri traspasar su deuda privada al Estado, por un monto de nada menos que 180 millones de dólares.
Ya en los ‘90, el Grupo Macri invirtió un millón de dólares para la campaña de Carlos Menem, gracias a los que se beneficiaron capitalizando su inversión política por medio de concesiones millonarias, entre ellas: Autopistas del Sol y Correo Argentino.
Como empresario durante la década menemista Macri protagonizó varias denuncias judiciales en su contra. Las que alcanzaron mayor relevancia mediática fueron las presuntas coimas de Manliba, la empresa de recolección de basura. Para su concesión los concejales que le extendieran el contrato habrían recibido un soborno. Entre los involucrados por la denuncia figuraba Federico Pinedo, actual presidente provisional del Senado por Cambiemos, quien negó los cargos.
La alianza con FIAT permitió a los Macri tomar el control de Sevel Argentina, encargada de la producción de FIAT y Peugeot en el país. En 1992 Mauricio fue nombrado vicepresidente de la sociedad y posteriormente presidente en 1994. En 1993 la Dirección General Impositiva (DGI) denunció la evasión de impuestos de Sevel por una suma de 360 millones de dólares, más tarde sus acciones fueron absorbidas por Peugeot. En 1997 hubo más denuncias, en este caso por parte de la Aduana.
La ex Sevel fue acusada de vender autopartes haciéndolas figurar como producto final para luego volver a comprar el producto terminado, un mecanismo que le permitía hacerse con incentivos estatales a la exportación. Tanto Franco como Mauricio fueron embargados y procesados por contrabando agravado, no obstante otro mecanismo no ya empresarial sino judicial (“la Corte de la mayoría automática”), truncaría los intentos de la Fiscalía por esclarecer los hechos.
En 2001, en el contexto de una acuciante crisis política y social, Franco –como un deja vú - pedía públicamente “estatizar toda la deuda privada” [10] . Un año después, con Mauricio ya lanzando su campaña a la Jefatura de Gobierno porteño, afirmaba en sus discursos: “los cartoneros [11] tienen una actitud delictiva porque se roban la basura. Además, no pagan impuestos…” [12] . En 2003 perdió la elección frente a Aníbal Ibarra, sin embargo, ganaría en 2007.
Como no sólo de la familia se trata, el entonces Jefe de Gobierno porteño, otorgó a su ex socio y amigo, Nicolás Caputo, contratos por casi 1400 millones de pesos, de los cuales 61 millones fueron en carácter de “contratos de urgencia”. Además de las licitaciones su ex socio se benefició con un “préstamo” de casi 20 millones de pesos que Mauricio le facilitó –alrededor del 30% de su patrimonio según su declaración jurada presentada a fines de septiembre de 2015-.
Luego de dos mandatos consecutivos de gestión en la Ciudad de Buenos Aires (2007-2015), Macri se lanzó a la presidencia. Al poco tiempo de haber asumido el cargo máximo, el escándalo de los Panama Papers irrumpió en la escena política. Fleg Trading fue la primera sociedad offshore que salió a la luz y directamente vinculada a Mauricio, quien figuraba como director. El actual presidente también fue asociado al directorio de Kagemusha. A raíz de la declaración en tribunales de Hugo Alconada Mon, periodista de La Nación, apareció una tercera empresa ligada al mandatario: Macri Group Panamá, a nombre de Franco Macri. Curiosamente, el pasado año Macri emitió por decreto la modificación a la Ley 27.260, también llamada ley de “Blanqueo de capitales” [13]. Mauricio habilitó de este modo que familiares de quienes hayan ocupado cargos de funcionarios públicos entre el 2010 y el presente, puedan acceder al blanqueo, lo cual había sido unánime y expresamente prohibido por el Parlamento.
El último escándalo en el que se vio envuelto el Presidente se vincula a Correo Argentino. En los ´90 el Grupo Macri adquirió la concesión del correo, administrándola por medio de su empresa Sideco Argentina. La familia presidencial dirigió el mismo hasta 2003, cuando Néstor Kirchner lo estatizó nuevamente debido a la morosidad desde marzo del 2000 del canon previsto. Ahora bien, la empresa de los Macri se declaró en quiebra ese mismo año. De esa fecha data la causa que no se resolvería hasta la actualidad. Sistemáticamente el Estado rechazó cada una de las propuestas de pago formuladas por presentar quitas irrisorias. Con Mauricio en el Gobierno el Estado aceptó recibir el 1,18% de lo adeudado en un plazo de 15 años. La suma es nada menos que de 4.000 millones de pesos y alcanza la cifra de 70.000 millones en la proyección a 15 años [14].
IV.- El caso del chileno Sebastián Piñera también refleja otro de los liderazgos empresariales que tuvieron lugar iniciado el siglo XXI. En efecto el que fuera presidente de Chile entre 2010 y 2014, ocupó en 2016 el puesto número 737 de los hombres más ricos según la revista Forbes. Economista, graduado de Harvard, Piñera se desempeñó en el ámbito internacional y en el sector bancario. Primero, en entidades como el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo, posteriormente, como gerente del Banco Talca y de Citicorp.
Su participación política ha estado ligada a Renovación Nacional, partido por el que resultó electo senador entre 1990 y 1998, llegando en 2009 a ser presidente de Chile en el marco de la alianza de derechas “Coalición por el Cambio”. La faceta de empresario “resolutivo” fue efectiva durante la campaña electoral, sin embargo, la evidencia de una gestión dudosa de sus inversiones se ha convertido en la sombra que opaca su candidatura para los comicios de 2017.
Piñera tiene un largo prontuario de escándalos, que parece acrecentarse conforme avanzan los meses en la carrera al Palacio de La Moneda. Antes de llegar a la presidencia fue investigado por la quiebra del Banco Talca [15] y las irregularidades en la adquisición del negocio de las tarjetas de crédito. Durante sus años en el Legislativo presuntamente accedió a información privilegiada para obtener un total de tres millones de acciones de LAN [16] .
Las prácticas corruptas se hicieron más evidentes en 2014 con el Pentagate o caso Penta que refiere un escándalo vinculado al fraude fiscal de las Empresas Penta por la emisión de facturas falsas. Un ilícito en el que estuvieron involucrados buena parte de sus colaboradores y sobre el que no se escapan referencias al gobierno del exmandatario [17] .
El expresidente y su familia son propietarios de una amplia gama de negocios. Sus intereses pasan por los medios de comunicación (Chilevisión), las aerolíneas (Latam), el sector financiero (Bancard), entre otros. Y es precisamente en el marco de desarrollo de los mismos, donde se han evidenciado algunos de los principales escándalos de corrupción al interior del país. Pero ni los negocios, así como tampoco los escándalos se han quedado en las fronteras chilenas. Los Panama Papers hicieron de la familia Piñera una vez más diana de críticas. La filtración evidenció que la familia del expresidente ostentaba dos empresas en el país centroamericano: Chine Investments e International Card Systems, ambas creadas en los años 1984 y 1985 [18] .
Los intereses personales y empresariales del expresidente determinaron todo su mandato y lo acompañaron también en las decisiones de organismos internacionales. El último escándalo tuvo lugar por la compra de acciones en la Empresa Pesquera Exalmar –una de las más grandes del Perú- que tuvo lugar coincidiendo con el juicio de Perú contra Chile por los límites marítimos ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya. En dicho proceso resultó ganador Perú, favoreciendo los intereses de la empresa pesquera de la que ya era accionista Piñera, quien fue criticado por usufructuar de forma oculta la pérdida del país ante el tribunal internacional. La salida a la luz pública de este caso reflejó una vez más que los intereses de los políticos empresarios no solo atraviesan fronteras, también sirven para entablar relaciones interempresariales con políticos-empresarios de otros países. Así, el caso de Exalmar reflejó los nexos e intereses cruzados entre Piñera y quien poco tiempo después ostentaría la Presidencia del Perú: Pedro Pablo Kuczysnki.
V.- Desde el inicio el actual presidente Pedro Pablo Kuczynski ha tenido vínculos con empresas extranjeras a las que benefició notoriamente. En 1968 como funcionario de Banco Central de Reservas (BCR) –y a pesar de la expropiación de Alvarado- la International Petroleum Company (IPC) pudo retirar 115 milllones de dólares. Kuczynski era uno de los seis gerentes del Banco. Previo al golpe militar aconteció el escándalo por la pérdida de la página 11. Dicha página comprometía a la IPC a pagar cierto monto por barril de petróleo explotado, sin embargo, el gobierno no podía probar que la IPC había incumplido el contrato ya que la página que expresamente señalaba el monto del acuerdo nunca fue hallada. Las pesquisas de la época señalaron a PPK intermediario al facilitar tributos y exoneraciones indebidas a favor del Standard Oil, empresa ligada a la IPC. El hecho le valdría su exilio en los Estados Unidos. Allí se desempeñó como jefe de Planificación y Política en el Banco Mundial, luego fungió como presidente del First Boston International y como director del First Boston Corporation. Anteriormente, fue socio de Kuhn, Loeb & Co. International y presidente de Halco Mining, Inc. en Pittsburgh.
En sus declaraciones afirma contar con tan solo una empresa pequeña –como dato estimativo Latin America Enterprise Fund Managers ha movilizado hasta US$ 450 millones- y haber participado como miembro de directorios de mineras. Sin embargo, en 2011 La División Estatal de Compañías de Florida consignó a su nombre siete empresas, de las cuales cuatro se encuentran en actividad. Ellas son: Westfield Capital y Westfield Financial Advisors, constituidas por Kuczynski en 1995; Latin America Enterprise Fund Managers, en 1998; y Florida Bayshore Properties, en 2006.
De cara a su campaña presidencial del 2011, Kuczynski las omitió en sus declaraciones patrimoniales. No obstante, el reporte anual que PPK entregó al Estado de Florida el 18 de febrero de 2010, aseveró que se desempeña como presidente de Westfield Capital y de Westfield Financial Advisors, mientras que cumple el papel de directivo de Latin America Enterprise Fund Managers y Florida Bayshore Properties.
Poco después de que Sebastián Piñera concluyera su mandato presidencial en 2014, y ya con un porcentaje relevante de acciones de Exalmar en sus manos, Pedro Pablo Kuczynski se sumaría al directorio en representación del administrador de activos estadounidense The Rohatyn Group (TRG). Aunque la relación entre Piñera y Kuczysnki no es un secreto, hasta entonces se desconocía un vínculo directo entre sus negocios.
El escándalo internacional de los Panama Papers reveló las relaciones que tenía la firma panameña Mossack Fonseca con políticos y personajes polémicos del Perú, entre los que destaca el actual presidente.
VI.- El presidente interino de Brasil, Michel Temer, abogado de profesión y presidente del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) –el cual retiró su apoyo al Gobierno de Rousseff- no está exento de sus propios escándalos de corrupción. Durante su corta gestión ha trascendido que miembros de los partidos de oposición financiaron el Movimiento Brasil Libre (MBL), activo promotor del golpe de Estado. El MBL data del 2014 y aunque su objetivo declarado es la lucha contra la corrupción, recibió financiación del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), el Partido de la Social Democracia de Brasil (PSDB), Solidaridad y los Demócratas (DEM).
A pesar de la instrumentalización del escándalo de corrupción en Petrobras, popularizada como Lava Jato, los propios miembros de PMDB han sido acusados por la Fiscalía General de Brasil de querer poner un coto a la investigación. Temer mismo acarrea una solicitud de juicio político presentada por el exgobernador de Ceará, Ciro Gomes. La solicitada detalla su implicación en seis delitos que Temer habría cometido “como persona física y jurídica”.
Las acusaciones de corrupción se han vuelto moneda corriente, sin embargo, el revuelo volvió a instalarse a raíz de las declaraciones del expresidente de la distribuidora Transpetro, Sergio Machado. En sus alocuciones Machado afirma que Temer le solicitó 700 mil dólares a modo de soborno a cambio de contratos con Petrobras. Por su parte Marcelo Odebrecht, ex presidente de la empresa de construcción, manifestó que el actual presidente de Brasil recibió el cobro ilegal de 3 millones de dólares. El ex CEO de la constructora confirmó su participación en una cena en el Palacio Jaburu en mayo de 2014 , donde se acordó el pago de 10 millones de reales (3 millones de dólares) para la campaña del PMDB.
Mientras cae su aprobación se suceden uno a uno los ministros salpicados por denuncias en torno al Lava Jato. En relación a su par argentino, con quien ha mostrado un fuerte vínculo, la prensa brasileña ha levantado suspicacias que sugieren la falta de colaboración ante los pedidos diplomáticos enviados por la Justicia argentina, quien busca investigar al holding Socma propiedad de la familia Macri. La falta de colaboración con la Justicia argentina por parte del Gobierno que encabeza Temer se explica por los intereses –tanto comerciales como políticos- que el mandatario mantiene con su par argentino.
VII.- De los liderazgos relacionados con el ámbito empresarial que se perfilan para los próximos procesos electorales en América Latina, el de Germán Vargas Lleras (1962), viene posicionándose desde la plataforma vicepresidencial colombiana hace ya varios años. Vargas Lleras está vinculado a una de las familias más acaudaladas del país, que además está anclada a la tradicional élite política liberal.
A lo largo de 2016, Vargas Lleras estuvo en campaña, una campaña prolongada en el marco de diversas inauguraciones de proyectos viales o de interés social, que a su vez le permitió mantener una necesaria cercanía de liderazgos regionales. Si bien Vargas Lleras es discreto en cuanto a sus intereses comerciales, los vínculos de su círculo de confianza con el sector de la salud, el sector energético, las infraestructuras, aguas y alcantarillado [19] y los puertos [20], prometen varios ejes de interés que pueden persistir en un eventual gobierno del líder de Cambio Radical.
De los más recientes escándalos de corrupción asociados precisamente al sector que más promociona y que se ha convertido en su particular trampolín de ascenso en territorios, los vínculos del oficialismo con la firma Odebrecht, comienzan a afear su candidatura, sin embargo, Vargas Lleras, responde contundente a la oposición: “Nada tengo que ver con crédito otorgado por el Banco Agrario a Navelena, consorcio que tiene participación de Odebrecht” [21] .
Las candidaturas de la derecha que están vinculadas al empresariado regional y a las élites políticas comienzan el andamiaje de su carrera política para los comicios que tendrán lugar en los próximos dos años. Los elementos centrales de sus discursos se acercan a una concepción que prioriza la efectividad de sus mandatos por su origen vinculado a la gestión y la administración. La deriva de estos liderazgos que se presentan como desideologizados marcan un paso acelerado, que empieza a tener calado al interior de diversos países de la región. Los próximos pasos de la política ‘empresarial’, serán sin lugar a duda los ejes de las nuevas dinámicas mercantiles de la región, las cuales, desde el fortalecimiento de la Alianza del Pacífico, comienzan a marcar una nueva tendencia.
Notas
[11] Recolectores de basura emergentes de la crisis social quienes literalmente juntaban cartones y botellas de la basura para vender ante la desocupación. Años más tardes serían catalogados como “recicladores urbanos” por la gestión de Cambiemos en la Ciudad.
[13] Decreto 1206/2016
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