sábado, 29 de abril de 2017

Pinceladas sobre la realidad nacional



Por Carlos Reyes *

Compañeras y Compañeros:
La Ideología Neoliberal impuesta a los pueblos del mundo, es un instrumento de manipulación para el control social. Impide que los oprimidos, los explotados y los excluidos del mundo comprendamos la situación de opresión de clase en que nos mantienen. El consumismo, el endeudamiento y las predicas fundamentalistas son nuevas formas de esclavitud. Toda esta opresión de clase, está generando nuevas modalidades de lucha de clases que acabaran con la fracasada globalización neoliberal, que no podrá ser defendida, ni con armas de destrucción masiva. La lucha de clases en este siglo XX1 será decisiva porque el capitalismo tiene en peligro no solo a la especie humana, sino al planeta tierra.

Según la Constitución Política, “El sistema económico de Honduras se fundamenta en principios de eficiencia en la producción y justicia social en la distribución de la riqueza y el ingreso nacionales”. Pero esto es pura farsa, porque al imponernos el Capitalismo Neoliberal lo que tenemos no es justicia social sino sobre explotación de los trabajadores del campo y la ciudad, ya sean o no asalariados, ya pequeños o medianos productores; y también es pura farsa, porque somos el segundo país del continente americano donde más se concentra el ingreso y la riqueza nacionales (Índice de Gini mayor de 0.60). Esta realidad hecha por tierra cualquier propaganda oficial.

Dice también la Constitución que el sistema económico de Honduras se basa “…en la coexistencia armónica de los factores de la producción que hagan posible la dignificación del trabajo como fuente principal de la riqueza y como medio de realización de la persona humana”. Esto también es otra mentira, porque lo que sufrimos es un desequilibrio entre el poder de la clase capitalista frente al poder de las clases trabajadoras, desequilibrio a favor de los primeros promovido desde el Estado; y, al imponerse la ideología   que predica que el capital es quien produce la riqueza y no el trabajo, se privilegia al capital y se deshumaniza a los trabajadores. Al decir que ellos son empleadores y nosotros colaboradores, pretenden con ello ocultar la lucha de clases.

Estas contradicciones entre Teoría Constitucional y practica se han agudizado en los últimos años con la aplicación de políticas neoliberales que favorecen al gran capital a través de los procesos de privatización de los servicios públicos y recursos naturales: tierra, minerales, agua, bosques, etc., cuya defensa ha generado muchas muertes que se han quedado impunes como los casos del Aguan, de otras regiones del país, de sindicalistas, de indígenas y negros, entre los cuales está el caso emblemático del asesinato de la compañera Bertha Cáceres aun impune. 

Esas contradicciones también se viven con las Leyes que privilegian el trabajo temporal, frente al trabajo permanente y cuya máxima expresión la encontramos en la Ley de Empleo Temporal por Hora, que ha venido a promover la tercerización laboral en todos los órdenes de la economía, llegando a tal grado de nulificar las conquistas obtenidas con la gran huelga de 1954, nulificando también la aplicación del salario mínimo y desequilibrando aún más los Derechos del trabajo frente al capital. Por este tipo de leyes es que ya casi no hay sindicatos en el sector privado. 
El recurso de inconstitucionalidad contra esa Ley no lo hemos presentado, porque la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia esta cooptada por el Poder Ejecutivo y nos lo van a declarar sin lugar con lo cual quedaría blindada dicha Ley.

A gran parte de los hondureños como que no nos importa que, en el marco de profundizar el neoliberalismo, despedacen las leyes laborales y agrarias. En los últimos años se ha propuesto despedazar el Código del Trabajo con: la Ley de Empleo Temporal por Hora, el Código Procesal Laboral, la Ley de Inspección General de Trabajo. Han anulado el Estatuto del Docente y arrebatado a los maestros y empleados púbicos sus institutos de previsión. La reforma agraria es un delito. Se está privatizando la seguridad social. El caso de la seguridad social, es patético, porque para justificar su privatización, desde el Estado se permitió que el IHSS fuera víctima de un robo descarado, por políticos y empresarios, de más de 300 millones de dólares, que está quedando impune y no se ha recuperado ni un centavo.

El Estado de Honduras está aplicando una política que prioriza la inversión de las industrias extractivas e hidroeléctricas, a costa de la violación de derechos laborales, de la vulneración de los derechos de los pueblos indígenas, la depredación del ambiente, la vulnerabilidad de los derechos humanos, y la persecución y criminalización de los dirigentes indígenas y medioambientales. En Honduras ya existen 714 proyectos extractivos y calculan que entre el 30 y 35% de su territorio está concesionado. Honduras es “El lugar más peligroso para quienes defienden los bienes comunes.” La política es que hay que traer la inversión extranjera a como dé lugar, porque da empleo, no importa si precario y si no paga impuestos. Para Global Witness “Honduras: El lugar más peligroso para defender el Planeta”.  123 defensores/as de la tierra y los bienes comunes han sido asesinados tras el golpe de Estado de 2009; otros han sido amenazados, perseguidos y encarcelados

En materia de Derechos Humanos contamos con un informe que demuestra la falta de protección e impunidad, con cifras que muestran asesinatos, persecución, amenazas y encarcelamientos de dirigentes de organizaciones sociales.  El régimen en vez de resolver estos problemas crea un nuevo código penal para la terorización de la protesta social y la eliminación de personerías jurídicas a organizaciones populares que se resistan al modelo.
El grave problema de inseguridad que vive el país, el narcotráfico, el crimen organizado, el lavado de activos no puede ser enfrentado con concepciones y métodos que privilegian el uso de la fuerza. La implementación de este modelo transnacional, fracasado en otros países, supone sistemáticas e impunes violaciones a los Derechos Humanos que han sido denunciados internacionalmente y por lo cual el Estado hondureño ha sido condenado. Rechazamos, por tanto, la militarización de las relaciones del Estado con el pueblo, del lenguaje, del discurso, de los territorios y de los “guardianes de la patria”. Condenamos los intentos por crear nuevas bases militares extranjeras para cumplir propósitos antinacionales e intervencionistas porque Este es Continente de Paz (Manifiesto 1 de mayo 2016).

Pero el futuro no es nada promisorio ya que, para continuar con esos procesos de privatización, extractivismo, desregulación laboral, libre comercio e inversión, llenándonos de impuestos, devaluación de la moneda, alto costo de la vida, en fin, continuar con la profundización del modelo neoliberal y ser un país laboratorio en materia de “ciudades modelo”, se está impulsando un proceso de reelección, contrario a lo que manda la Constitución de la Republica, que la han convertido en papel mojado, en un país con una institucionalidad colapsada y mayoritariamente  un movimiento popular desarticulado, despolitizado y casi desmovilizado.

Para esos propósitos nos tienen viviendo y observando el ingreso a un nuevo proceso electoral estilo Honduras, en donde la cantidad de partidos y enredos politiqueros ha cambiado frente a otros procesos, se enreda la politiquería, el clero manía, el narco tráfico y la criminalidad con la manipulación mediática, construyendo un escenario de confusión, de intimidación, de sumisión de clase.

Parece que con el proceso electoral que se ha iniciado, reconociendo los Partidos Políticos participantes la ilegalidad del actual presidente a reelegirse, todo está cambiando para seguir en lo mismo. Honduras está cambiando para seguir en lo mismo o peor. Recordemos que después del triunfo de la Revolución Francesa, al declararse que el poder estaba en el pueblo, surgió la preocupación en la naciente burguesía, de que la chusma podía llegar al poder y se instituyeron los partidos políticos y los tres poderes del Estado para evitarlo y seguir ellos gobernando. Pero ese sistema ya empieza a colapsar en el mundo y Honduras es un ejemplo.

Por todo lo anterior hay la necesidad de construir, desde debajo, las estructuras necesarias dentro del pueblo, para luchar por un modelo de desarrollo económico y social alternativo, de esencia popular y democrática, que reivindique el trabajo como fuente de la riqueza y de realización del ser humano. En donde lo esencial no sea la conversión del ser humano en mercancía y el espíritu de la humanidad la ganancia y el egoísmo mercantiles. Recordemos aAristóteles que advertía de los peligros de una producción centrada en el lucro como algo no natural al hombre y que no ponía límites a su codicia.

Pero para ello también necesitamos de la unidad en la región centroamericana y latinoamericana, que es la que esta impidiendo el imperio gringo al atentar, con todas las formas cobardes de intervención en los asuntos internos de los países latinoamericanos. El imperio gringo financia y dirige estructuras contrarrevolucionarias o contrarreformas en el continente, utilizando a los modernos Santander.

Estamos a las puertas de un nuevo 1 de mayo, a 131 años del ahorcamiento de los mártires de Chicago, y a 63 años de la Gran Huelga de 1954, acontecimiento que cambió el destino económico, social y político de Honduras colocándola en el siglo XX. Esa huelga con sus conquistas y efectos, coloco a la clase trabajadora en un lugar de mucha relevancia en el país, sitial que poco a poco hemos venido perdiendo y para reivindicarlo en necesario que la clase trabajadora se convenza de su papel histórico y de ahí la necesidad urgente por alcanzar mayores niveles de unidad, organización y movilización para continuar la lucha, recuperar las conquistas perdidas y lograr los cambios estructurales que nuestro país necesita.  Recordemos que los mártires de chicago fueron ahorcados no solo por luchar por la jornada de 8 horas, sino por luchar contra el capitalismo.  
* Presidente STIBYS

No hay comentarios: