jueves, 6 de abril de 2017
Y vuelven a la carga
Por Héctor Flores *
(174 días de resistencia digna)
Si usted es de los que piensa que el peaje es un tema superado, le invito a que no se confíe, a que no baje la guardia. Once mil millones de lempiras no son poca cosa y menos para la gente que está acostumbrada a acumular sin trabajar, sin invertir, sin arriesgar. Si lo duda le invito a que se de una pasada por el periodipolio que circula en la ciudad, vea la más reciente publicación y, como lo hago yo, haga sus propias reflexiones a la luz de la más reciente publicación sobre el vergonzoso proyecto del corredor turístico en el que nos tienen embotellados. Es evidente que los 174 días de resistencia pacífica, organizada y voluntaria que se desarrolla en esa carretera, ahí junto a ese monumento de la corrupción en la Guadalupe y contra los vende soberanía del Estado que se prestan para ello, no es noticia para este medio de comunicación, o al menos mientras nosotros no seamos capaces de pagarles por sacarnos como su noticia.
Créame cuando le digo que bien lejos está la posibilidad de que ese peaje desaparezca de la carretera que de El Progreso conduce a San Pedro Sula y viceversa. Lejos por que en el imaginario mercantil y voraz de la empresa Autopistas del Atlántico, el gobierno en turno (cómplice absoluto y títere del poder y el dinero) y los organismos internacionales que se prestan para financiar estos proyectos esos 11 mil millones de lempiras que se pretenden cobrar - en esa carretera - son más importantes que la persona humana, que los derechos humanos y la Constitución de la República. De manera que la publicación en ese periódico oficialista – promoviendo el corredor turístico y el cobro de peaje – debe de ser interpretada inequívocamente - por las y los progreseños - como una advertencia de que esta lucha todavía no se ha ganado.
La alianza público privada (SAPP)vuelve con su discurso cínico de desarrollo en el eje turístico y económico del país, aunque con menos mentiras relacionadas con las falsas obras complementarias que proponían para engañarnos. Sin embargo es doloroso y de mucha vergüenza ver que la cámara de comercio e Industrias de El Progreso – en la palabra de su presidente don Víctor Ramos – sigue haciéndole el juego a la empresa ADASA, al gobierno representado en el partido nacional y a los empresarios afines a la instalación de este peaje. Es una pena por que la Cámara de Comercio, al llamarse de El Progreso, debería estar solidaria con su población y no aliarse con quienes la atracan y amenazan las reales opciones de desarrollo que se construyen en el municipio y que, justamente, empiezan en el derecho constitucional que tenemos de circular libremente.
Deliberadamente utilizan a la municipalidad de Tela y su unidad de turismo (hace unos días era El Progreso, lo cual pone en evidencia que el señor López ya no es de interés en el gobierno central) para enarbolar la bandera del desarrollo, sin embargo no dicen nada sobre la huelga laboral que desde hace unos días mantienen los empleados de esa comuna, o sobre los señalamientos de abuso de autoridad que pesan sobre ella, al autorizar una represa sobre el río Mezapa por encima incluso de la voluntad del pueblo que la rechaza.
Es el momento para hacer un llamado a la reflexión de la CCIEP y a su presidente en particular entorno a estos temas que claramente ponen en riesgo la posibilidad de hacer de El Progreso una ciudad digna y emprendedora como nos la soñamos. Es imperante que las y los empresarios dignos que tenemos, y que sabemos que son muchos pues nos dan su solidaridad en la lucha, le hagan un llamado a esta CCIEP, y a su presidente en particular, pues cuando él hace esas declaraciones y las pone en su plano de representante de la cámara esta hablando por todos los agremiados y, por ende, poniéndolos a todos y todas en el plano de estar de acuerdo con esa fórmula de saqueo que se configura bajo el nombre de corredor turístico.
El peaje sigue ahí y nosotros también pese a las hostilidades del clima, los insultos de los falsos progreseños y el abandono de nuestras autoridades locales. No nos vamos a ir, resistiremos estoicamente hasta que desaparezcan las cacetas o nos desaparezcan a nosotros y nosotras. Pero sépanlo, y que lo sepa el mundo entero, en la ciudad de El Progreso hay una casta de mujeres y hombres dignos que prefieren resistir esos 30 años de concesionamiento comiendo tortillas con sal - en esa carretera junto a los peajes - que vender nuestra dignidad y soberanía por unos cuantos pesos.
Seguimos
Sumamos
Y jamás nos rendimos.
Chaco de la Pitoreta
* Poeta y gestor cultural
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