miércoles, 12 de abril de 2017

Paraguay y Honduras: Pedazos de un mismo espejo en América Latina



La quema del Congreso Nacional en Paraguay y la represión policial que ya cobra la vida de un ciudadano, ha puesto la mirada del mundo en este país del sur. La población ha salido a las calles para decir NO a la reelección del actual presidente del partido Colorado, Horacio Cartes. Al ver lo que sucede en Paraguay notamos semejanzas en este momento histórico y de “democracia autoritaria” que se vive en Honduras.

Los gobiernos autoritarios de América Latina están generando que la población salga a las calles. Ya en la calles, las reprime y la institucionalidad secuestrada responde a los intereses de quienes controlan el poder con la venia del gobierno de Estados Unidos. Aquí compartimos una lista de las semejanzas entre la crisis política de Paraguay con la de Honduras, ambas con un mismo guion.

1. Reelección es ilegal: Las constituciones de ambos países prohíben la reelección presidencial. La constitución de la república de Paraguay, vigente desde 1992 prohíbe la reelección en el artículo 229: “El Presidente de la República y el Vicepresidente durarán cinco años improrrogables en el ejercicio de sus funciones, a contar desde el quince de agosto siguiente a las elecciones. No podrán ser reelectos en ningún caso.” 

La Constitución de la república de Honduras, vigente desde 1982 prohíbe la reelección en dos artículos, el artículo 4 en el que apunta que la alternabilidad en el poder es obligatoria y quien viole esta regla, comete el delito de traición a la patria. Y en el artículo 239 en que dice que quien haya sido titular del ejecutivo no podrá ser de nuevo presidente.

La única manera de modificar la carta magna de ambos países es llamando a un referéndum o plebiscito para que el poder constituyente (el pueblo) decida si la reelección presidencial es necesaria o no.

2. Dictaduras que se quieren repetir: Durante 35 años, Paraguay fue gobernado por una dictadura al mando de Alfredo Stroessner del partido Colorado. El actual presidente Cartes es asesorado por actores prominentes en tiempos de la dictadura de Stroessner. Durante 16 años, Honduras fue gobernada por una dictadura al mando de Tiburcio Carías Andino, del partido Nacional, el actual presidente, quien lleva 8 años en el poder, sigue las políticas de seguridad nacional de esa dictadura.

3. Golpes de Estado del siglo XXI: En 2009, el sistema político hondureño parió un golpe de Estado de la nueva era. Un golpe que nació en la Embajada de Estados Unidos con el objetivo de evitar la avanzada Chavista que iba subiendo y ganando terreno desde el sur. Ese golpe dado desde el poder Legislativo y las Fuerzas Armadas para “garantizar la alternabilidad en el poder, ante las ansias de reelección de Mel Zelaya”, fue ejemplo que años después se replicó en el sur, específicamente en Paraguay. En este país ya gobernaba la izquierda, influenciada por Chávez de Venezuela, con el ex obispo Fernando Lugo. En 2012, en Paraguay se da un golpe de Estado mejorado, realizado a través de un juicio político tras una masacre de campesinos que “desestabilizó el país”.

4. Polarización política: Después de los golpes de Estado, tanto en Paraguay como en Honduras, ambos países se polarizaron aún más. Era la izquierda contra la derecha. La oposición política se redujo pero tenía representación en el Congreso Nacional, con el liderazgo de Lugo, al igual que en Honduras con la conformación del partido LIBRE con Mel Zelaya al frente. Esto aumentó la conflictividad, pero sobre todo, la represión contra la oposición al oficialismo.

5. Presidentes con ansias de poder: Cuando Cartes asumió la presidencia de Paraguay en 2013 juró no permanecer un día más en la misma. Dijo que no era su interés reelegirse. Al asumir la presidencia Juan Orlando Hernández en Honduras dijo lo mismo, aunque desde el golpe de Estado manejó la institucionalidad para concentrarla y perpetuarse en el poder. En una concentración política de Cartes en 2016, sus activistas pedían a gritos la reelección. Él básicamente dijo que su gente lo estaba pidiendo y presionó al Senado para aprobar una enmienda y reformar la Constitución de la república de manera ilegal. En Honduras, el Partido Nacional organizó una concentración a finales de 2016 en la que se pidió la reelección del presidente y éste la aceptó. Antes ya había destituido magistrados de la Corte Suprema de Justicia que se oponían a la reelección y colocó a los de su confianza para abrir paso desde una resolución judicial la reelección. Ambos presidentes demostraron tener poder sobre los otros poderes del estado, violando la independencia de poderes que en ambas constituciones está estipulada.

6. Legalizan reelección de forma arbitraria: Juan Orlando Hernández controla la Corte Suprema de Justicia que emite resolución a favor de que se discuta el tema de reelección, luego evita que en el Congreso Nacional se apruebe un plebiscito para consultar a la población si acepta o no la reelección y lanza su candidatura para elecciones de noviembre de 2017 por primera vez en un ambiente hostil, de represión e ilegal. El presidente Cartes presiona al Senado y en agosto de 2016 se da la primera discusión sobre la controversial enmienda. Lugo, presidente destituido, es ahora senador. No logra mayoría y la discusión solo se puede retomar un año después, así lo dice el reglamento del poder legislativo. Sin embargo, la semana pasada, la discusión se da a puerta cerrada en una comisión especial en la que participa la oposición Luguista y aprueban la enmienda. Lugo desaparece delg Senado.

7. Pactos: El gobierno de Cartes logra hacer un pacto con la oposición política con Lugo al frente, quien tiene interés en volver a ser electo presidente. En Honduras, los pactos han sido diferentes, sin embargo no han logrado frenar la reelección. Aunque el Partido Libre esté interesado en llevar a Zelaya de nuevo a la presidencia, optaron por unificar una alianza política que enfrente al gobierno oficial y su proyecto reeleccionista. Actualmente la alianza se ve debilitada desde adentro y con la amenaza que el Partido Liberal (fiel socio del partido Nacional) resurja de la mano de un “outsider” que se enfrenta al gobierno.

8. Población indignada: A pesar de la polarización de la sociedad en Paraguay, quienes han salido a las calles a protestar contra la ilegalidad de la reelección, en su mayoría son personas no simpatizantes de partidos, “la población indignada”. En Honduras, se vivió este fenómeno en 2015 cuando un periodista reveló que el partido de gobierno que pretendía reelegirse, estaba vinculado a uno de los más grandes casos de corrupción en Honduras, el robo millonario al Instituto Hondureño de Seguridad Social. En ese tiempo la población indignada en Guatemala pedía la renuncia del binomio presidencial y lograron la renuncia y su juzgamiento. En Honduras la indignación dejó de reflejarse en las calles y el gobierno pasó de ser señalado a fortalecer su continuidad a través de la reelección. En Paraguay la fuerza de la indignación ha unido al pueblo que enardecido exige no vivir de nuevo una dictadura.


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