jueves, 28 de julio de 2016
El asunto no es ganar una vez, es mantener lo ganado...
Por Chaco de la Pitoreta *
Las casetas de peaje siguen levantándose, el humo de aquel idílico jueves se está disipando y la estructura sigue tomando forma. Consolidándose. Ya están de nuevo todos los carriles, están los vidrios en las casetas y se erigen las paredes del edificio lateral. Es decir que nada se detiene. Nos volvieron a dar atol con el dedo, nos estamos dejando llevar por el circo montado y, embelesados en lo ridículo, aplaudimos para disfrazar nuestra condena. Volvimos a caer en la trampa, igual que antes cuando Alexander López ofreció resolver el tema y le creímos, o el alcalde de San Manuel puso cintas y también le creímos, pero en ninguno de los casos la construcción se detuvo. Al contrario se mueven de forma acelerada tomando forma y condenando nuestra esperanza.
Nuestro fracaso mayor ha sido, históricamente, no defender como lo ganado. Los que antes estábamos en el peaje ya no vamos por que creemos que con las pocas llamas de fuego que vimos en ellas, entre cortinas de humo, estaban acabadas. Craso error, en las casetas de peaje la construcción sigue y, por si no lo sabían, la obra que se levanta a un lado de ellas incluye, como en el caso de Siguatepeque, una edificación que albergará una posta policial. De manera que mientras nosotros y nosotras celebramos un triunfo efímero y puntual, la estructura de poder y saqueo de esta dictocracia se consolida y prepara jaulas para tener a sus guardianes entrenados que resguarden sus estructuras. La guerra más segura de perder – le contestó un soldado a su comandante en batalla cuando éste le afirmó que nada había que temer – es aquella que ya consideramos ganada.
Sin embargo no me preocupa la dictadura de JOH, que ya se que es cruel, cínica e indiferente a los clamores del pueblo, sino la indiferencia del pueblo. Mientras las calles se llenan con la compra/venta de conciencias que promueve el partido nazi-onal por la firma para la reelección a cambio de una bolsa solidaria, una hamburguesa y cincuenta lempiras, en el peaje somos pocas personas para defender la dignidad de 250 mil habitantes en la ciudad de El Progreso y de 7 millones en todo Honduras.
Ahora más que nunca urge volver a las calles, a las casetas del pillaje y a la lucha continua. Nos hemos vuelto la cara de dignidad de Honduras, los ojos de todas las personas, dentro y fuera del territorio, nos miran y admiran. Celebran la dignidad con que defendemos la soberanía y eso nos compromete doble, por que si perdemos – en esta lucha contra los peajes – también perdemos la motivación que nuestros actos han venido sembrando en los otros y otras.
Mañana miércoles - 20 de julio día de la identidad indígena - es decisivo para El Progreso y para Honduras. Si usted se queda en casa después no se queje del alto costo de la vida, del saqueo de sus recursos y de que le pisotean la dignidad. Yo se lo aseguro, 100,0000 progreseños en las calles hacemos que media hora, Juan Orlando y toda su manada de vampiros y perros amaestrados, se orinen en sus pantalones y se arrodillen a pedirnos perdón.
* Poeta y gestor cultural hondureño
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