sábado, 16 de mayo de 2020
Las madres de los desaparecidos, asesinados y presos políticos siguen clamando justicia
Por Riccy Ponce -
En el Día de la Madre, hay muchas de ellas que abrazaron a sus hijos, que recibieron flores y abrazos y que les dijeron que la aman, pero hay otras madres que desde hace más de treinta años esperan la llegada de sus hijos detenidos desaparecidos y que la pesadilla que viven todos los días, al no saber dónde están, termine.
Que puedan encontrar la verdad de que pasó con sus hijos, que la Doctrina de Seguridad Nacional les arrebató, al quitarles una parte de su alma y aunque muchas de ellas han partido de este mundo, otras quedan exigiendo justicia por sus hijos y por los hijos de las madres que ya no están.
Cómo es el caso de doña Liduvina Hernández, presidenta del Comité de Familiares de Detenidos Desaparecido en Honduras (COFADEH), que no perdió uno si no dos hijos, uno que fue detenido desaparecido (Enrique López Hernández) y otro que fue asesinado (Marco Tulio) por exigir Justicia por la desaparición de su hermano.
“Todas las madres que hemos pasado por este momento piensan igual que yo, un día de la madre es triste, porque uno siempre se reúne en la casa de la madre a estar ese momento, no es porque de repente solo ese día vayan, pero es un día que ellos respetan profundamente y todos acompañan, unos con otros no solo los hijos sino que también sus esposas y nietos y todo el que tenga que ver con esta señora que los trajo al mundo”.Hasta hoy, el dolor se encuentra latente en su corazón y días como este, donde se celebra el Día de la Madre, es cuando más recuerda a sus hijos, ya que no puede abrazarlos y además no sabe dónde está.
Doña Vina, como de cariño es conocida, añadió que “es demasiado duro y triste pasar un año, dos años y nosotras las madres de los desaparecidos de los ochentas, cuantos años vamos a estas alturas y que no volvimos a ver jamás a nuestros hijos, y que de estos recuerdos una madre nunca se va a olvidar, tal vez lo hagamos, pero el día que estemos bajo tierra, máxime cuando uno tiene a ciencia cierta que aquel hijo que le quitaron no fue malo, lo estamos viendo en este momento a las altura que pasó en los ochentas, en qué mundo vivimos, en qué mundo hemos pasado, no ha habido justicia para nuestros hijos”.
“Y aún con tristeza lo digo, como lucharon nuestros hijos, como lucharon aquellos que tampoco fueron mis hijos para ver un mundo mejor en este territorio hondureño, que estamos peor que nunca, a los años que llevamos no es justo y vamos para peor, no hubo castigo para todos esos ambiciosos”, añadió .
También agregó que “fueron desaparecidos y asesinados muchos hijos y a una madre no se le olvida nunca, porque le duela a quien le duela, a los desaparecidos, nuestros hijos, fueron hombres de esta patria, hombres que lucharon por el bien de todos los que iban a nacer después, ese fue el delito de haber parido hijos, como yo y como muchas madres”.
Doña Liduvina finalizó diciendo que “aún se sigue persiguiendo todo aquel que no acepta lo que ellos quieren que acepte, y no hubo castigo, ahí andan tranquilos, gozando, pero algún día yo me voy a morir porque ya estoy vieja, cansada, enferma y sé que todos nos vamos a morir y hasta ese día no pararé de luchar y botar lágrimas, por ese hijo porque fueron dos, no fue uno los hijos que dios me dio, fue la bendición más grande del mundo, pero que la gente ambiciosa, desgraciada, maldita me los quitó”.
Otra de las madres que aún siguen esperando saber dónde está su hijo, y abrazada a su recuerdo, es doña Elvia Zelaya, madre de Roger Gonzales, detenidos desaparecidos el 1 de abril de 1982.
“Y les digo yo, uno sabe porque, por ejemplo en navidad siempre nos vamos para donde una hija, pero para mí no es alegría porque ya voy a cumplir años también. El año pasado ellos se reunieron, me hicieron hasta una piñata y me celebraron muy bonito y en el fondo yo no me siento alegre, yo siempre estoy triste, por eso pienso a saber mi hijo donde quedó, no saber nada de él, sí está vivo o donde está, añadió.Doña Elvia dijo a defensoresenlinea.com que “uno nunca se olvida y usted sabe que para estos días los hijos se reúnen con uno, pero hace falta un hijo, es algo que nunca se olvida, es muy doloroso pasar estos días, como navidad, y sobre todo el Día de las Madres, uno siempre los pasa triste y recordando”.
“Es lo que uno piensa donde quedaría, no tener el gusto de que uno entierra una persona, va a ponerle una flor, va limpiando la tumba y así, ya uno sin saber a dónde buscar, que va a ser uno, no puede hacer nada, se siente impotente, eso es muy duro, es un trago amargo que nunca pasa”.
Doña Elvia recordó los días de la madre que pasaba junto a todos sus hijos antes de que uno le fuera arrebatado, por pensar diferente.
“Era bonito, todos mis hijos reunidos y él era bien cariñoso, recuerdo que a él le gustaba mucho la sopa maggui, a mi sobrina y a Roger, mi hermana me mandaba mucha sopa maggui, por eso y el día que desapareció, ese día yo traía huevos y él estaba haciendo una sopa maggui y me dijo mami le hecho uno a usted y yo le dije vaya pues hijo”.
“Y el día que salió de la casa, él amarrándose los cordones de los zapatos, yo le dije bájate el pantalón porque se le quedó doblado y yo solo me quedé viéndolo, cuando él iba a agarrar el bus, lo quedé viendo sin saber lo que iba a pasar y fue la última vez que lo vi”.
Añadió que “fue muy triste en la noche que él desapareció y por la noche pasé levantándome a ver la cama, porque él no llegaba y la cama seguía arreglada, yo miraba por la ventana que era de vidrio y miraba la cama arreglada todavía, y Roger no volvió”.
Otra de las madres que no podrá abrazar a su hijo es doña Silvia Castillo, porque fue asesinado por escuadrones de la muerte después de una movilización del 1 de mayo de 2016.
“Hay fechas como esta que han sido muy dolorosas, también la navidad, el cumpleaños de mi hijo Tomas Enrique, que fue asesinado por los escuadrones de la muerte el 1 de mayo de 2016, el día de la madre, el primer año que sucedió eso, ese año no pasé con mi hijo, yo prohibí a cada uno de mis otros hijos que ese día no quería que nadie me dijera felicidades, es que el dolor de la madre es como egoísta”.Doña Silvia lleva cuatro años exigiendo justicia para su hijo, que le fue arrebatado y este día lo recuerda con mucho dolor y tristeza.
“Egoísmo en el sentido que a uno le parece que solo ese hijo fuera, yo tengo cuatro más, pero pareciera que solo fuera uno (Tomas) porque el dolor es grande, el dolor camina, el dolor no mengua, el dolor donde quiera que vaya allí esta, y ese día parte de mi vida, parte de mi alma, parte de todo mi ser no lo tenía, me sentía con un vacío y tristeza que es difícil para mí este día.
Doña Silvia todavía recuerda su último día de la madre con Tomás Enrique y guarda con cariño y recelo su último detalle.
“Recuerdo que él muy cariñosos me dio un abrazo y me tenía un regalito de esos que, quizá para él significaba mucho, que yo he guardado y no lo he querido abrir y era como un osito, un arreglo como para ponerlo en el televisor, y yo le dije no hijo, no hubieras gastado, que yo suficiente con el cariño, el respeto y el amor que vos y todas y cada uno de mis hijos me tienen, eso fue en 2015, la última vez que pasé con él un día de la madre”.
Otra de las madres que no pasará con su hijoes Maricruz Portillo madre de Rommel Baldemar Herrera Portillo, quien se encuentra en calidad de preso político desde el pasado 31 de mayo de 2019, por defender la educación pública y de calidad en Honduras.
Expresó que “en esta ocasión mi corazón está hecho añicos y es difícil poder describir toda la indignación, la impotencia que siento de saber que hay un abrazo de un hijo que no podrá estrechar en una fecha especial, que es el segundo domingo de mayo de 2020.
“Pero abrazamos la esperanza, porque siempre tenemos una relación indestructible que es la que los hace fortalecer ese vínculo materno, para que la fortaleza, el coraje, la valentía, nunca se aparte de nuestras vidas Rommel Baldemar, ya desde el viernes me manda a decir que ese abrazo lo sienta como el hijo primogénito y que da muchas gracias tener como primera morada mi vientre”.
Estas madres, así como muchas otras que no podrán abrazar a sus hijos e hijas, porque les fueron arrebatados por luchar por sus ideales, así como también hijas que no podrán abrazar a sus madres que lucharon por una Honduras mejor y hoy lo único que exigen es justicia.
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