jueves, 14 de mayo de 2020

El sufrimiento que no se ve en la cuarentena por Covid-19



Por Riccy Ponce 

La llegada del coronavirus o covid-19 al país, no solo ha evidenciado  más  la corrupción que  existe en Honduras, sino que también la falta de humanismo y poca respuesta de las autoridades para la población.

El pueblo se ha visto afectada  no solo  por la implementación del toque de queda, que no les permite trabajar para llevar el sustento diario, muchas personas  que quedaron varadas sin un medio de transporte para que los lleve a sus lugares de origen para pasar la cuarentena,  situación que los ha obligado a buscar una solución y al no tener respuesta de las autoridades,  encuentran  la muerte de forma violenta.

Ese es el caso de Karen Rivera Saldívar, una joven  de 33 años y madre de  dos  hijos que  se trasladaba hasta  San Luis, en  el departamento  de Santa Bárbara, y que no logró encontrar un medio de trasporte y se quedó varada y al no poder regresar de donde venía,  ni llegar a su destino, no se supo de su paradero hasta  el domingo 19 de  abril, 12 días después de su  desaparición fue encontrada muerta.

17 días después de  que encontraran su cuerpo y trasladado hasta la morgue de San Pedro Sula, el dolor de la familia aumenta  porque a pesar de que  fue plenamente reconocida por su hermano y su padre,  su cuerpo permanece en  las instalaciones de medicina forense, sin que se le pueda trasladar hasta su lugar de origen para darle cristiana sepultura.

Esto  porque las autoridades de ese centro exigen que su madre, una mujer de avanzada edad y maltratada por las enfermedades, se traslade hasta la Capital Industrial para realizarse una prueba de ADN y así después de un tiempo  entregarles el cuerpo y poder enterrarla como Dios manda.

Su familia se encuentra agobiada por el dolor y la desesperación  de  no contar con los medios necesarios  para  que se puedan trasladar hasta San Pedro  Sula, porque para eso hay que pagar carro particular y a raíz del toque de queda  no se puede ni trabajar y es una familia de escasos recurso,  así lo expresó  la madre de la joven, doña  María Olga Saldívar.

Yo no hallo como hacer, mire que no la quisieron entregar y uno tan pobre y pagando carro por gusto, y no hay dinero para pagar otra vez,  es triste no poder despedirla y que esté allá sin que nos la podamos traer”.

Dijo que “la última vez  que hablé con ella, fue un viernes antes  de que desapareciera, yo soy madre de cinco hijos, pero ya me habían matado a uno, justo cumpliendo 2 años de muerto, me la matan a ella, solo me quedan tres”.

Doña Olga expresó que su hija Karen deja dos hijos, “ella tiene dos hijos, la niña de 11 años la  tengo yo, y  el niño de 12 lo tiene el padre”.

Doña Olga finalizó diciendo que es casi imposible en este momento poder conseguir dinero para poder trasladarse a que le hagan las pruebas de ADN, y luego regresar, ya que cuando  sus familiares la reconocieron, les manifestaron que las pruebas se podrían tardar unos  meses.

Mientras el dolor se alarga para esta familia, desde hace casi un mes na podido darle cristiana sepultura a su  pariente, que a pesar de ser plenamente  reconocida, las autoridades no se tocan el corazón para agilizar el trámite.

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