La Red de Defensores, Defensoras de Derechos Humanos y Comunicadores Sociales de El Paraíso (Red El Paraíso), formada y organizada por el Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH), para acompañar, denunciar y observar el respeto de los derechos humanos, ante la comunidad nacional e internacional comunica lo siguiente:
Ante la pandemia decretada por el Corona Virus (COVID-19), el pasado 11 de marzo por la Organización Mundial de Salud (OMS) que afecta entre tantos países a Honduras, como defensores de la vida instamos a la población a seguir las medidas de protección necesarias que desde casa se pueden hacer en beneficio personal, familiar y de los compañeros y compañeras con quienes compartimos.
Es preocupante que se contabilice según datos oficiales, nueve personas de con edades entre ocho meses y 74 años, desconociendo datos sobre los casos sospechosos y creando un ambiente de pánico con imposición de toques de queda, cierre de ciudades y el comercio en general.
Si bien, las medidas preventivas son protocoles internacionales, nos oponemos a que el régimen adopte acciones como la militarización ahora basada en contener la propagación del COVID-19.
Poner al país en un estado de sitio, según el acuerdo Presidencial en Consejo de Ministros PCM 021-2020, nos parece una medida extrema en cuanto a la libre movilización, libre expresión e incluso el derecho a la alimentación.
Además, la no circulación de dinero en efectivo imponiendo el uso de tarjetas de débito y crédito orillando al pueblo a grandes endeudamientos, empeorará la crisis económica de impacto directo en nosotros que somos parte de las 300 mil familias campesinas en el país sin accesos a tierras para la producción agrícola, y que no podemos dejar por un día la labor de recuperación de tierras, el cultivo a menor escala y la defensoría del agua y seguridad alimentaria en nuestras comunidades.
Es alarmante que, desde antes que se anunciara la presencia del Corono Virus en el país, el Congreso Nacional empezara a otorgar más de 100 millones de lempiras al régimen que lidera Juan Hernández, quien apareció con su propaganda política de distribuir tres millones de jabones antibacteriales en los centros educativos, después del 11 de marzo cuando informó los primeros dos casos confirmados, y después suspendió clases por 14 días, como cuarentena para la comunidad estudiantil de un precario sistema educativo con preocupaciones de mejores condiciones por las que se ha luchado desde siempre.
En cuanto al tema más delicado en esta situación, es el sistema de salud, para lo que entró en vigencia la Ley de Aceleración Económica por el coronavirus, con la que se otorgó 460 millones de dólares equivalente a más de 10, 353 millones de lempiras, supuestamente para la construcción de 90 centros hospitalarios, los cuales serán abastecidos de medicamentos y personal de salud, cuando apenas hay 13 centros habilitados para atención de la pandemia, sin mencionar que los centros de salud comunitarios no tienen -desde hace tiempo- jeringas, acetaminofén, mucho menos mascarillas, alcohol y jabón anti bacterial, entre otros insumos básicos para tratar a personas con alguna enfermedad contagiosa como el COVID-19, al que todos y todas estamos expuestos.
Por lo que hacemos un llamado a Organismos nacionales e internacionales de derechos humanos a estar vigilantes a la situación en nuestro país, temiendo nuevos actos de corrupción en cuanto al manejo de fondos para evitar y tratar casos del COVID-19.
Nos alegra que nuestros países hermanos El Salvador, Nicaragua y Belice no tienen casos de Coronavirus aplicando medidas de restricción, contrario a Honduras, donde las cadenas de prensa y comunicados oficiales se contradicen con la información y medidas adoptadas improvisadas que generan alarma e incertidumbre.
Ante este panorama, evidenciamos el aumento a las violaciones a los derechos humanos, sobre todo, teniendo un presidente electo ilegalmente y quien “lo que tiene que hacer” para mantenerse en el poder y a nosotros sumergidos en la pobreza y miseria, bajo la amenaza e indefensión. ¡Somos un pueblo que clama a Dios por sobrevivir cada día!
Desde nuestra labor, la Red de defensores y defensoras de derechos humanos seguirá, especialmente en momentos de crisis aceleradas y aprovechadas por entidades públicas y corruptas.
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