miércoles, 5 de febrero de 2020
2020 será un año convulso que provocará más caravanas de migrantes
Entre tres y cuatro mil hondureños y hondureñas decidieron tomar la ruta migratoria en busca de oportunidades en lo que ha sido la primera caravana del año que salió de San Pedro Sula, con la ilusión de llegar a Estados Unidos y tener la oportunidad de una vida digna y abandonar un país cuyos gobernantes están dejando en las ruinas.
“Ésta es una caravana marcada por la incertidumbre, por la desesperación, pero también por la determinación de tantas personas que han huido. Muchas de las fotos e imágenes que tuvimos en el momento que dejaban Honduras eran abrumadoras”, manifestó a Radio Progreso Yolanda González de la Red Jesuita con Migrantes de Centroamérica, RJM.
Según González, el año que estamos comenzando presenta grandes desafíos porque será un tiempo convulso que provocará que más hondureños y hondureñas salgan en caravanas.
Radio Progreso (RP) dialogó con Yolanda González (YG) de la Red Jesuita con Migrantes de Centroamérica.
RP. ¿Qué opina de la primera caravana de migrantes del año?
YG. Ésta es una caravana marcada por la incertidumbre, por la desesperación pero también por la determinación de tantas personas que han huido. Muchas de las fotos e imágenes que tuvimos en el momento que dejaban a Honduras eran abrumadoras.
RP. ¿Cómo describe usted a esos rostros?
YG. Son los mismos rostros. Hablamos de una caravana, que empieza el año, como una de las expresiones claras del país en el que nos encontramos. Los rostros que hemos vistos en tantas imágenes, gracias a la cobertura que Radio Progreso ha hecho, son de mujeres, familias, muchos jóvenes, menores de edad quienes claramente son las principales víctimas de esta Honduras de corrupción e impunidad.
RP. ¿Por qué se van?
YG. Los migrantes son los que tienen más claro el por qué se van, tienen claro sobre quienes son los promotores. En las imágenes hemos visto los carteles de “Fuera JOH”, hemos visto que esto es una narco dictadura, hay muchísimos testimonios, y el testimonio de las mujeres son claros y reveladores. Mujeres y hombres sólo consiguen trabajar tres meses al año, recuerde que venimos de la recolección del café. En ese rubro, tan celebrado por altos funcionarios en el mundo, a mucha gente, en estos meses, les permite ahorrar para todo el año y si no lo lograron pues no tienen otra opción que irse.
RP. ¿Qué talante le da esta caravana al año que estamos comenzando?
YG. Estamos en un terreno minado. En esta década que estamos cerrando las cifras de deportación pasaron de 60 mil a 109 mil personas con las que cerramos diciembre. Las cifras de solicitantes de refugio se han multiplicado por el 980% por ciento. Pasamos, de 2013, de tener 4 mil hondureños y hondureñas que solicitaron refugio a más de 40 mil solicitantes en 2018. Igual pasa con las remesas que se han duplicado.
El parteaguas es el golpe de Estado de 2009 en la que vemos que la institucionalidad ha cooptado por un grupo cada vez más vinculado a la criminalidad.
RP. ¿Qué desafíos presenta este año?
YG. Los desafíos que nos presenta son grandes porque será un año muy convulso que empezó no sólo con los datos de feminicidios sino también con el cierre de unas de las pocas ventanas por las que podría pasar una luz en la lucha contra esa corrupción e impunidad que está provocando las caravanas como es el cierre de la Maccih. Empezó con otra de esas pequeñas ventas y luces como es la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, que también está bastante cercada con un informe que les ha caído mal a varios funcionarios.
RP. Los migrantes se van, ¿pero con qué se topan?
YG. Se topan con muros. Muros físicos, jurídicos, humanos, cada vez más grandes y sofisticados, y cada vez más cerca de Honduras. El año 2019 se puede caracterizar por la construcción, más elaborada, de esos muros. Hemos visto visiblemente todos los efectos del acuerdo que en junio de 2019 celebraron México y Estados Unidos con los seis mil guardias nacionales, pero no sólo eso, México desde junio, está permitiendo que se implemente, con mucha más fuerza, este famoso programa “Quédate en México”, cínicamente se llama Programa para la Protección del Migrante, y eso supone que ahora mismo cuando una persona, por ejemplo hondureña, logra llegar a la frontera entre México y Estados Unidos, lo que puede pasar es que le digan que sí vas a hacer el procedimiento de asilo, pero, lo vas hacer desde territorio mexicano.
RP. ¿Cuál es la realidad de los migrantes que solicitaron asilo y están en México?
YG. Ahora mismo hay más de 50 mil personas varadas en la frontera entre México y Estados Unidos en ciudades como Ciudad Juárez, Tijuana, Reynosa, las más peligrosas de México, y en la que los procedimientos de asilo, según informes de las organizaciones estadounidenses, violan absolutamente todos los procesos legales. Muchas veces se hace por teleconferencia sin acceso a abogados y con muchas otras circunstancias de vulnerabilidad.
RP. Y lo de tercer país seguro, ¿cómo va ese acuerdo?
YG. Alguien decía, y creo que lo define muy bien, esos acuerdos son más clandestinos que los migrantes porque lo que les caracteriza es falta de transparencia absoluta en los tres países que firmaron: Guatemala, Honduras y El Salvador. Fue una aprobación sin consulta teniendo en cuenta las implicaciones que tienen para un país firmar esos acuerdos.
RP. Y México, ¿es el mismo México de octubre de 2018 cuando se dio la primera caravana de migrante?
YG. México es el muro de Estados Unidos. Si comparamos el 2018, incluso enero y febrero de 2019 cuando asume López Obrador como presidente, lo que caracteriza es la coherencia actual con esa política migratoria que cambió de rumbo en junio de 2019. A pesar que la política migratoria mexicana es liderada por la Secretaría de Gobernación, desde junio de 2019 se crea una comisión interinstitucional para coordinar los asuntos migratorios que lidera Relaciones Exteriores, es decir que es la Secretaría de Relaciones Exteriores la que tiene la relación con Estados Unidos y, por tanto, es al que define estas políticas migratorias que como decíamos son muros militares con la Guardia Nacional y muros jurídicos con el programa Quédate en México. Tampoco permiten a las organizaciones entrar a los centros de detención, es decir hay otra serie de muros que buscan que no pasen las personas.
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