jueves, 27 de junio de 2019
Tomas populares por todo el país, militares atrincheran Casa Presidencial
Kaosenlared
Tomas de calles y carreteras y algunos conatos de quemas de negocios, es el escenario que se vive esta noche en Honduras, en una nueva jornada de protestas por parte de la ciudadanía que ha salido masivamente a las calles a exigir la salida del poder del gobernante, Juan Hernández.
El clima de insurrección resurgió en los hondureños la tarde de este miércoles. El pueblo se ha autoconvocado nuevamente a las calles para exigir la salida del gobernante Juan Hernández, quien ha ordenado al Ejército atrincherar Casa Presidencial.
Hasta ayer, la lucha social estaba enfocada por la defensa de la Salud y Educación pública; sin embargo, luego que las Fuerzas Especiales de la Policía declararan “brazos caídos” denunciando violaciones a sus derechos y abusos por parte de sus autoridades, el pueblo hondureño decidio salir a tomar las calles.
«Le reiteramos al Gobierno que nuestra postura es firme, y que no vamos a reprimir más al pueblo hondureño. Que busquen una solución mediante el diálogo», comunicaron desde la facción en paro de la DNFE, pidiendo a los demás colegas sumarse al paro y a los manifestantes abstenerse de realizar actos violentos y vandálicos.
Los policías manifestaron, mediante un comunicado, que no reprimirán a la población que se manifieste en las calles porque las protestas son justificadas.
Según cita Reuters, Orlin Cerrato, Comisionado de la Policía hondureña, declaró que estos agentes de brazos caídos corresponden a un 10 % de las fuerzas policiales de la DNFE, que suma cerca de 3.000 miembros alrededor del territorio nacional.
En las últimas seis semanas, la lucha social era comandada por la Plataforma para la Defensa de la Salud y Educación, coalición que se formó contra la privatización de ambos derechos sociales; sin embargo, luego de conocer la postura de las Fuerzas Especiales de la Policía Nacional, más la crisis de desabastecimiento de combustibles por el paro de transporte de carga, ha motivado al pueblo a exigir la renuncia del jefe de Estado, los hondureños han vuelto a las calles de forma masiva.
En Tegucigalpa, ya se reporta tomas de avenidas en el bulevar Centroamérica, barrio El Guancaste, Hato de Enmedio, Prados Universitarios y la Colonia Kennedy. No obstante, las acciones se reportan en todo el país. A raíz de los incidentes entre los uniformados, la población reaccionó de manera espontánea y comenzó a tomarse puentes, calles y carreteras en los cuatro puntos cardinales. Momentáneamente la población está siendo reprimida por los elementos de la Policía Nacional Preventiva y de la Policía Militar del Orden Público.
Cabe destacar que más temprano este miércoles, en una radio hondureña, el expresidente de la República, derrocado en el golpe de Estado de 2009, Manuel Zelaya, informó que las bases de Libertad y Refundación (LibRe), estaban obligadas a luchar con la Plataforma sin condiciones.
Además, dijo que Honduras está atravesando “brotes de insurrección popular en todo el país”. Zelaya también mencionó que hoy la salida de las elecciones “no representa nada para nosotros. La única opción que tenemos es la rebelión, amparada en la Constitución”.
El expresidente, advirtió a la población que durante las próximas horas debe estar “en vanguardia y alerta popular sin distintivos políticos”. Lo anterior porque desde anoche se vive un ambiente que según estimaciones de dirigentes políticos, podría significar el fin del régimen de Hernández.
En tanto, el candidato presidencial de la Alianza de Oposición Contra la Dictadura, Salvador Nasralla, se dijo listo para tomar lo que considera que por derecho ganó en las elecciones de 2017.
Luego de la entrevista de Zelaya, por redes sociales giró un afiche que convocaba al pueblo a las calles inmediatamente, ante esta alerta, poco a poco las estaciones de servicio empezaron a tener mucha más afluencia de vehículos que en la mañana, atendiendo hasta quedarse sin reservas de combustibles.
De igual manera, varios supermercados en toda la capital, poco a poco van llenándose de ciudadanos preocupados por un posible golpe al poder político del país. Esto luego del paro de transporte pesado que ha imposibilitado el abastecimiento de insumos.
Corrupción
Juan Hernández ha sido salpicado por la corrupción. En junio de 2015, cuando se descubrió el descomunal saqueo en el Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS), confesó que su campaña política de 2013 recibió al mensos 150 mil dólares de empresas que participaron en el desfalco.
Según publicaciones de medios locales, Hernández y su entorno familiar habrían drenado al menos 4.500 millones de lempiras de instituciones del Estado mediante la utilización de organizaciones no gubernamentales.
Honduras viene enfrentando una crisis de ingobernabilidad que se acentuó con las elecciones de noviembre de 2017, por un fraude electoral y por la violación de la Constitución de la República, que prohíbe la reelección presidencial.
Hernández, sigue a merced de una crisis de legitimidad y en medio de dos diálogos: uno gestado por él mismo con sectores afines y otro liderado por la Plataforma por la Defensa de la Salud y la Educación, integrado por los docentes, médicos y personal de la salud, con el respaldo de la mayoría de los hondureños, que exige un sistema sanitario y educativo gratuito y de calidad. La exigencia comenzó para hacerle frente a un proceso privatizador de la salud y la educación, iniciado en los últimos nueve años.
En medio de la lucha por la salud y educación, que inicio desde abril, los ciudadanos han seguido exigiendo, mediante protestas, la salida de Hernández.
La crisis social en Honduras se ha comenzado a sentir en las últimas horas con el desabastecimiento de combustibles en las principales ciudades del país, debido a un paro de labores por parte del sector de carga pesada que lleva tres días consecutivos en tomas de carreteras.
Esta noche se reportaban cierres en las carreteras que dan acceso a las fronteras con El Salvador, Guatemala y Nicaragua. Mientras las empresas de transporte interurbano anunciaban el cierre de operaciones para mañana.
Esta noche los hondureños se siguen auto convocado a las calles y han programado un cacerolazo a partir de las 8:00 de la noche.
Mientras la crisis se acentúa con el paso de las horas, el gobierno de Hernández no ha reaccionado al respecto. Lo único que se ha observado es el gran despliegue de militares en la Casa Presidencial.
El pueblo está a nueve días de conmemorar el décimo aniversario del golpe de Estado, que para analistas de la vida social y política, ha significado el génesis de todos los males que sufren los hondureños: violencia, miseria, caravanas migrantes y violaciones a los derechos humanos.
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