viernes, 31 de octubre de 2014

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Por Melissa Cardoza *
                        

Para Helena, en las calles del D.F.

Los números  tienen importancia o no, según la circunstancia. Cuentan, sin embargo, suman muchas veces. Para quien cría un ser humano, las noches en vela y los días buscando la comida y la ternura para hacerle persona mayor cuentan.  Son horas, días, años, voluntades para que vaya a la escuela, juegue, se haga maestro. Llegar  a los veinte años suele ser un  acontecimiento en el que se atesoran ya pérdidas, pero sobre todo se tiene una fuerza, una luz, un ánimo para echar adelante con el estudio, el  amor, los caminos laborales, las luchas que después se recuerdan como quien mira hacia un faro.

A los veinte es posible ya haber sobrevivido a la muerte de un padre,  a las agresiones humanas. Pero el tejido de la piel de la juventud cicatriza y la marca se junta a un tatuaje, el tatuaje a una camiseta de la escuela, del club deportivo, de la asociación de estudiantes, de un vestido oscuro.

Las y los jóvenes alrededor de nosotras son personas que no atienden a un criterio demográfico solamente, están dotados de habilidades para ser autónomos, reflexivas, actuantes  y hacerse cargo de la vida propia, tanto como cualquiera otra persona que lo necesita. Para lo que no están preparados, como ninguna de nosotras lo está, es para la guerra, para esta guerra que los encuentra desprevenidos, que los balacea dentro de un bus, en las calles del barrio, en un estadio.

Hace un mes que 43 jóvenes de Guerrero, hoy estado doliente e indignado de México fueron desaparecidos por  fuerzas conjuntas de policía y narcosicarios en esta guerra que  se extiende implacable por la región que habitamos donde se acumulan los números  fatídicos de asesinatos y dolientes.

Movilizaciones de estudiantes, largas caminatas de jóvenes y adultos diversos, paros y tomas de espacios públicos, actos de solidaridad en México y muchas partes del mundo están poniendo al gobierno contra las cuerdas, aunque actúa como todos los gobiernos de estos países, con evasivas, silencios, jugando a la desmemoria, a lavarse las manos diciendo que son grupos armados no legales los que son responsables de esta violencia, cuando son sus funcionarios policiales, sus políticos los señalados una y otra vez por testigos y por experiencias que también se acumulan.    

Desde esta Honduras que bien sabemos lo que significa el odio a la juventud porque cada día lo vivimos, apretamos el puño contra la masacre y sus perpetradores, apretamos el abrazo para las familias, las amistades, las comunidades que se suman a las miles que esperan la vuelta de sus muchachos y sus hijas  a casa. El pueblo mexicano se alza, da pasos colectivos y organizados para luchar por su vida tan merecida, ahora son los estudiantes quienes toman la delantera, han convocado a una enorme Asamblea  desde donde actuar, proponen un paro nacional, la caída del gobierno y más allá, lo que a todas nos urge, la derrota de este  régimen criminal que nos desgobierna bajo el nombre de democracia.

Para esa juventud y el pueblo mexicano nuestras palabras y nuestras propias luchas hasta que caigan todos.

* Escritora feminista hondureña

Las mujeres siguen siendo víctimas de violencia e impunidad



Hasta septiembre de este año, al menos 289 mujeres han perdido la vida de forma violenta en Honduras, sin embargo un estudio realizado por el Centro de Derechos de Mujeres, CDM, indica que el Sistema Estadístico Policial en Línea no registra 45 casos de mujeres muertas en hechos violentos ocurridos entre enero y junio, lo que implica un 17 por ciento del total de los casos.

Neesa Medina, coordinadora del Observatorio de Derechos Humanos de mujeres del CDM, detalla que en los departamentos de Cortés y Francisco Morazán, es donde se concentra el 70 por ciento de las muertes violentas de  mujeres. “La ciudad que mayor tiene muertes violentas de mujeres es San Pedro Sula, pero también se ve mucha concentración de esta violencia en las ciudades aledañas; Tegucigalpa y Comayagüela”.

La característica de esas muertes es que se están presentando con mayor frecuencia en el área urbana, en su mayoría son mujeres jóvenes, asesinadas con arma de fuego, por hombres.

De acuerdo al estudio, la impunidad en los asesinatos o muertes violentas de mujeres en Honduras, alcanza el 94 por ciento. “Para mostrar algo, 1 de cada 2 homicidios son femicidios, tienen características femicidas, esto implica que desde hace un año  que se aprobó la figura penal del femicidio, a la fecha, habrán más de 300 casos de femicidios, sin embargo solo existen 7 requerimientos fiscales por este delito”, explicó Medina.

Por su parte el comisionado de la Policía Nacional, Héctor Iván Mejía, manifestó  que los resultados del ejercicio de auditoría social sobre la muerte violenta de mujeres realizado por el CDM, solo indican que se debe establecer mecanismos de intercambio de información, ya que  es probable que dicha organización  no conozca la fuente estadística.

“No hay en el país una institución que tenga mayor representatividad que la Policía Nacional en todo el país, entonces de repente es válida la inquietud de ellas en que no se registran, tendrían que ir a los laboratorios nuestros, a los lugares donde llevamos nuestras estadísticas, para que puedan hablar de esos casos y ver si están registrados, y si no están, pues registrarlos, como también si se han registrado con un número o nombre  equivocado, hacer las correcciones”.

¿Cuál seguridad y justicia para las mujeres?
A pesar del incremento del presupuesto del sector de seguridad y justicia el problema de la violencia contra las mujeres no disminuye, señaló Gustavo Irías, presidente del Centro de Estudio para la Democracia, CESPAD, al presentar los primeros hallazgos de la investigación “Acceso a justicia de las mujeres y presupuesto público en Honduras”.

El estudio realizado por la Tribuna de Mujeres Contra los Femicidios y el CESPAD,  reveló que de las denuncias presentadas en el Ministerio Público por violencia doméstica apenas el  29 por ciento  logran ser judicializadas.

Gustavo Irías señaló que la mora judicial en relación a violencia doméstica y femicidios en Honduras alcanza el 60 por ciento. “De las denuncias que se presentan por violencia doméstica en el Ministerio, apenas del 100 por ciento, un 29 logra ser judicializado, y a estas dentro del sistema judicial apenas un 41 por ciento logran tener una sentencia final. Y en el caso de los asesinatos de mujeres y femicidios la situación es aún más grave porque estamos con niveles de impunidad de un 70 por ciento, es decir que apenas un 30 por ciento están siendo ingresados al sistema judicial, y los que ingresan están experimentando una mora de más de un 60 por ciento”. 

Por su parte,  las organizaciones de mujeres estiman que el nivel de impunidad en los casos de femicidios  es del 93.5 por ciento, cuestionando de esta manera la incapacidad de las autoridades de la  Secretaría de Seguridad de garantizar la seguridad de las mujeres en el país.

Las organizaciones denuncian además que en el presupuesto de la Secretaría de Seguridad, no se registra una línea precisa para la investigación de la muerte de mujeres, a pesar del incremento de los femicidios en los últimos años, estos hechos han sido invisibilizados en materia investigativa.

“A pesar que el Congreso Nacional en marzo del año anterior, reformó el Código Penal e introdujo el femicidio como delito con penas de 20, 30 y hasta 40 años, llama la atención que en este momento en los tribunales de justicia no existe ningún caso que esté calificado como femicidio”, explicó Irías.

Gladis Lanza de la Tribuna de Mujeres Contra los Femicidios expresó que el actual sistema o política de país no se preocupa porque se garantice el acceso a la justicia y la vida de las mujeres hondureñas. 

Según Lanza, cada año aumenta la situación violenta para las mujeres debido a la indiferencia y decidía que mantienen los operadores de justicia y los tomadores de  decisiones, pero además el presidente Juan Orlando Hernández quien debería estar pendiente de cómo se ejecutan las acciones, compromisos y mecanismos que el Estado ha hecho en relación a garantizar la igualdad de las mujeres, y como se ejecuta también los compromisos internacionales que son prácticamente leyes en el país.

Las estadísticas de Organizaciones no Gubernamentales indican que de enero a septiembre del presente año 289 mujeres han perdido la vida de forma violenta, es decir, que en Honduras se asesina a una mujer cada 17 horas.

Sumando al sub registro de la Secretaría de Seguridad, el CDM    supone que a finales de 2014 serán más de 500 mujeres hondureñas las que habrán perdido la vida de forma violenta en nuestro país.

Radios Comunitarias analizan retos para defender libertad de expresión



 Radios Comunitarias analizan retos para defender libertad de expresión
El director de la Radio Cholula Triunfeña, Wilfredo Hernández, tiene claro que entre los retos de las radios comunitarias está defender la palabra, y esto debe ser una tarea permanente donde no solo se deben involucrar los medios de comunicación, sino que todas las organizaciones y las personas conscientes de la realidad del país.
Y es que la Radio Cholula Triunfeña, que cumplió su primer aniversario en mayo de este año, mantiene una oposición fuerte contra las empresas que quieren llevarse nuestros bienes naturales y en contra de los proyectos estatales y privados que van en la línea de la venta del territorio nacional.
Desde el pueblito de Masila, municipio de El Triunfo, Choluteca, al sur de Honduras, esta pequeña emisora que ya está en proceso de formación de su voluntariado tiene como una de sus tareas denunciar las violaciones a los derechos que se comenten en las comunidades.
La Cholula Triunfeña está ubicada en un territorio que ha sido concesionado por el Estado hondureño para que una empresa extraiga todos sus metales preciosos. “Y por eso estamos enfrentados a una lucha bastante fuerte” dice Wilfredo Hernández, durante su participación en el encuentro de Radios Comunitarias, celebrado en El Progreso, Yoro.

Zacate Grande
Siempre en el sur hondureño, el campesinado está defendiendo su derecho a la tierra y denunciando las amenazas que enfrentan a manos de los terratenientes. Y es la radio La Voz de Zacate Grande, el canal para hacer esas denuncias y para formar a la población. Su voluntariado sigue participando en capacitaciones, encuentros y otras actividades que se relacionan con el quehacer de la radio y con la lucha campesina.

Radios del occidente hondureño
Al encuentro organizado por Radio Progreso y el Equipo de Reflexión, Investigación y Comunicación, ERIC, también asistió Juan Ramón Ramírez, responsable de la radio La Voz del PRO, en la comunidad Las Varas, municipio de Macuelizo, Santa Bárbara, bajo el respaldo del Movimiento Comunitario de Occidente, organización que tiene en su agenda de lucha la defensa del derecho al agua, servicios básicos, derecho a la salud, educación, empleo digno, entre otros.
Los temas tratados en la Voz del PRO, a través de su voluntariado, buscan que la gente se exprese para la denuncia, opinión y el análisis, este último elemento importante para que las poblaciones conozcan las causas de la realidad hondureña.
En el encuentro también estuvo Wilfredo Rivera, director de Radio Actualidad de Santa Bárbara, un medio católico y que está dejando huella en las comunidades del occidente del país, con sus noticieros y su variada programación. Dando la oportunidad para que la gente se exprese, denuncie, proponga y anuncie las buenas nuevas que nacen desde la ciudadanía.
Rivera destacó que Radio Actualidad tiene el reto de revisar su programación para mejorar, tomando en cuenta la opinión de la gente para saber qué quiere y qué necesita. Al mismo tiempo, entre sus planes se encuentra tener un canal de televisión y lograr la sostenibilidad. 
Desde la comunidad de San Juan de Opoa, en el departamento de Copán asistió el representante de la Radio Opoa, que con su eslogan “La Voz de la Esperanza”, apuesta por la formación de un pueblo marginado por los gobiernos, pero que después del golpe de Estado, se decidió denunciar las injusticias y reclamar sus derechos.

Derechos humanos
En el norte de Honduras encontramos una variedad de radios comunitarias, que son medios de comunicación que está dando pasos para divulgar lo que sucede en torno a la defensa de los derechos humanos, entre ellos la libertad de expresión.
Entre sus retos está ampliar su cobertura para seguir acompañando las luchas campesinas. La radio busca que su programación se escuche en los asentamientos de los grupos campesinos que reclaman su derecho a la tierra y el respeto a los derechos humanos.
Para Radio Progreso y el ERIC, también fue un agrado tener en el encuentro a Radio Exclusiva FM, de Tela, Atlántida, un medio que intenta construir propuestas a través de una programación juvenil que busca seguir analizando los gustos de las muchachas y muchachos para lograr cambios sociales.
Radio Loyola, ubicada en la ciudad de Yoro, es una emisora católica de la Compañía de Jesús, (los jesuitas), que además de llevar todos los días las buenas nuevas a su audiencia, tiene el desafío de continuar ofreciendo una programación fresca y variada.

¿Víctimas o luchadoras?


Viento Sur

Por Jaritah Lu

Las mujeres arrastran tras de sí una larga historia de discriminación y desvalorización. Con frecuencia no disponen de los recursos necesarios para cumplir con las múltiples responsabilidades que se les han asignado. Casi siempre la mirada que las evalúa es distante y sancionadora. La sociedad les pide mucho y les da muy poco, y cuando fracasan las juzga con dureza. Por otra parte, se les asigna fácilmente la posición de víctimas y se les reconocen con dificultad los esfuerzos que realizan por solucionar sus problemas. (Dolores Juliano). 
Cansadas de discursos de base patriarcal que generan sentimientos de culpabilidad, de arrepentimiento y compasión, indignadas por la poca sensibilización de este país, por la falta de prevención sobre un tema de relevancia máxima en nuestra actual sociedad, donde la violencia estructural ejerce una fuerza cada vez más influenciable, donde los medios de comunicación representan demagogia y políticas que dejan mucho que desear y que no son factibles en su totalidad, surge este texto cargado de sentimiento y crítica hacia una situación insostenible, experiencias de mujeres que han sufrido violencia, mujeres luchadoras que desean recuperar sus vidas y ayudar a otras mujeres.

La violencia de género no sabe de edad, de origen étnico, de orientación sexual, de nivel cultural o de clase, la violencia ejercida sobre nosotras, las mujeres, no entiende de diferenciaciones, no se reparte por sectores de la sociedad.

Psicólogas, profesoras, amas de casa, abogadas, educadoras, antropólogas, sociólogas…etc. sufren violencia de género cada día en nuestra sociedad. Mujeres mayores, adolescentes, mujeres solteras, mujeres casadas, mujeres divorciadas, mujeres homosexuales, mujeres feministas, mujeres independientes, mujeres de diversos orígenes, mujeres luchadoras….etc. todas y cada una de ellas están expuestas ante el sufrimiento de la violencia cada día.

¿Cómo debe ser una mujer?

Nuestra base educacional ha estado basada en un sistema patriarcal en el que la mujer se ha posicionado como complaciente de los deseos del hombre, como sumisa, como la mujer perfecta que debe trabajar, cuidar de sus hijos, cuidar de su físico, cuidar, y cuidar, y cuidar. Si intentamos responder las siguientes preguntas quizás nos daremos cuenta de cómo y de qué forma nos han enseñado cómo debe ser una mujer, ¿Qué valores te han inculcado desde pequeña? ¿Existía una diferenciación de sexos dentro de tu núcleo familiar? ¿Qué roles desempeñaban tus referentes? ¿Cómo te han enseñado que debe ser una mujer? ¿Cómo debe comportarse? ¿Cómo debe actuar en una relación de pareja? ¿Cómo eres tú en una relación de pareja? ¿Cómo eres cuando estás soltera? ¿Piensas que debes tener una pareja para ser aceptada socialmente?

¿Qué está pasando?

- No existe una protección efectiva

- Hay una carencia de profesionales preocupante

- Se victimiza a nuestras semejantes

- Las mujeres tienen miedo

- Fiscales y jueces no analizan la situación y el riesgo caso por caso y en profundidad

- Hay un incremento de violencia ejercida sobre las menores

- La sociedad discrimina a la mujer que sufre violencia

- Hay una necesidad de visibilizar el fenómeno

- No existen medidas de prevención de base educacional

Las políticas que se llevan a cabo están fallando ¿Qué está pasando? ¿Quizás se debe dar una visibilidad al fenómeno más adecuada? ¿Cuántas mujeres más tienen que morir? ¿Cuándo van a actuar nuestros gobiernos? ¿Hasta cuándo vamos a seguir con una educación no igualitaria? ¿Se fomentará la coigualdad o se seguirá mirando para otro lado? ¿Quién nos protege realmente? Quiero hacer especial mención a esta última pregunta, por ser una de las más planteadas a lo largo de mi experiencia trabajando con mujeres y compartiendo espacios de empoderamiento, muchas mujeres han sufrido violencia y siguen sufriéndola y viviendo con miedo en la actualidad. Mujeres con orden de alejamiento vigente y que día tras día temen por su integridad física y se cuestionan constantemente, ¿Quién las protege verdaderamente a ellas? ¿Y a sus hijas e hijos? ¿Están tranquilas si denuncian? ¿Si tienen una orden judicial?, hasta ahora no he tenido la suerte de conocer a alguna que se sienta a salvo y que no viva con miedo.

Nuestra lucha

Este texto surge de un grupo de mujeres de la ciudad de Granada que a través de un grupo de empoderamiento organizado por el Instituto de la Mujer, han sido capaces de crear fuerza y unión para gritar a voces la ausencia de sensibilización sobre este tema en este país, la ausencia de prevención en los jóvenes, prevención en los medios, falta de educación de los profesionales encargados del trato y el procedimiento tan “durísimo” por el que éstas tienen que pasar cuando deciden denunciar a su agresor/a, ausencia de información para la sociedad en general. A lo largo de estas sesiones de reflexión, de compartir experiencias, de expresar sentimientos, de ayuda mutua entre iguales, se ha llegado a la conclusión de esta falta de recursos y sensibilización general, se han creado lazos de unión y ayuda entre todas. Pero estos no es suficiente, existe una necesidad de cooperación más efectiva entre organismos políticos y sociedad civil.

La imagen de la mujer llamada “Víctima” está llena de estereotipos

Frases como: “ Tú tienes la culpa porque lo has aguanto, te ha pegado y has vuelto con él” “No entiendo como siendo tan libre e independiente como eres has aguantado eso”, “No te reconozco y no sé porqué aguantas a una persona que ejerce violencia sobre ti”, “Si no hubieses vuelto con él, ya estaría mejor”, “No has sabido ponerte en tu sitio”, “Algo habrás hecho”, “Tu lo ponías nervioso”, “No tendrías que haberle llevado la contraria”, “Mientras no te pegue no pasa nada”, “A mí una persona me pega y no vuelvo más con ella”, “No tienes pinta de mujer maltratada”, “ Tienes que aguantar por tus hijos”, “Lo mismo te pegó porque venía con unas copas de más”, “Debes saber perdonar”, “Tienes que ser una mujer de tu casa”, “Una buena madre está siempre con sus hijos y aguanta todo”, “Eres tonta, porqué aguantas?”, “De un pozo seco no se puede sacar nada”, “ Te estás volviendo muy rebelde”, “Antes no eras así”, “Has cambiado mucho, por eso ya no estamos bien”, “Si me hicieras caso no habría problemas”, “Estás pagando lo que te mereces”, “La mujer es el único bicho que sangra y no muere”, y muchas más que podríamos seguir plasmando en este texto, reflejan una falta de entendimiento sobre este fenómeno y una violencia verbal ejercida sobre la mujer, con un discurso carente de sensibilidad.

Alternativas que defendemos

Solicitamos medidas personalizadas en las que se estudie cada realidad y contexto, incremento de las ayudas y becas para el emprendimiento, fomento de medidas educativas y de empleo para este colectivo, mayor sensibilización y aumento de espacios y redes de empoderamiento para trabajar temas transversales como el autoestima entre otros. Prevención en colegios y espacios públicos para que este asunto no sea tabú en la sociedad y se use en beneficio de ésta, para ayudar a otras mujeres que están sufriendo en silencio, para concienciar a sus familias y entorno sobre cómo pueden ayudar a éstas y sobretodo conseguir una mejor convivencia entre iguales.

Cualquier persona, en cualquier momento de su vida se pude topar con una manipulación y una violencia ejercida sobre ella, que sin darse cuenta le lleve a la desestructuración de su estabilidad, de sus principios, a la pérdida de su dignidad y orgullo y en muchas ocasiones a la muerte.

“Es muy difícil recuperar tu vida cuando pasas por una situación así, tus valores y tus principios se derrumban, te preguntas cada día qué te está pasando, porqué no puedes salir de esta situación, porqué y porqué y porqué y porqué…mientras tu vida pasa y necesitas mecanismos, ayuda y sobretodo haber tenido una prevención educativa para detectar a una persona que está ejerciendo manipulación y control sobre toda tu persona” (J.M.).

“Las mujeres maltratadas vivimos con miedo a ellos, a la sociedad, al qué dirán, al futuro, a todo. Pero eso no lo dicen, sólo que cuando denunciamos somos libres. Y no saben que cuando denunciamos nos salen ojos por todas partes y vivimos con miedo” (D.C.).

“Cada vez que salgo a la calle, pienso si algún día me lo encontraré en cualquier esquina, si me buscará, me da miedo que vuelva a agredirme” (J.L.).

“No entendía qué me estaba pasando hasta que en este grupo, hablando con el resto de mujeres, observé que había sufrido violencia psicológica, además de física” (M.M.).

“Esto en cualquier lado con alguien y si voy sola no paro de mirar a todos lados” (M.G.).

“Cuando dices que eres una mujer maltratada, en vez de mirarte con comprensión, te miran de arriba abajo, y te sientes tan pequeña…” (D.C.).

“Es puro desconocimiento de algunos(as), que llegan a pensar si acaso estarás mintiendo” (R.S.).

“Hace cuatro meses que denuncié el quebrantamiento de orden [de alejamiento] de mi ex pareja, y aún no lo han localizado ni han puesto medidas, el policía que me atendió en la Jefatura Policial de Granada me dijo: Entiendo que muchas no denuncien, realmente no estáis seguras teniendo una orden de alejamiento” (J.L.).

“En mi primer juicio, la fiscal, una mujer, me llegó a recriminar que yo no parecía una mujer maltratada, que tenía pinta de mujer exuberante con carácter y que sólo tenía un moratón en el cuello” (M.R.).

Alternativas

Para terminar, comentar que tenemos una idea de proyecto que de momento no podemos sacar adelante por la falta de financiación, no por falta de ideas. Entre los objetivos, a nivel general el más directo atiende al acompañamiento de estas mujeres para la reconstrucción de la autoestima perdida y la motivación. Establecer una atención psicosocial directa y prolongada en el tiempo, ofrecer experiencias formativo-educativas, orientar con una visión de salud y belleza física, encontrar fórmulas de motivación personal, interactuando entre todas se puede lograr un trabajo eficaz y saludable. Todo esto siendo consciente de que cada mujer pertenece a un contexto cultural específico con unos factores ambientales y personales concretos, y con unas motivaciones diversas que requieren el estudio personalizado de cada situación y realidad. Como objetivos más específicos se pretende deconstruir la categoría “Víctima” o “Sumisa” entre otras con la intención de no victimizar a las mujeres, y de no se producir una estigmatización social. Se pretende crear una red de ayuda mutua y reciprocidad entre mujeres y establecer contactos siempre con diferentes recursos de manera que podamos cumplir el objetivo que nos marquemos siempre en cada experiencia concreta.

Para finalizar hacemos hincapié en el siguiente hecho: “No pretendemos generar universales sobre este tema, queremos que se estudie cada realidad y cada contexto y sobre todo concienciar sobre este fenómeno y deconstruir la categoría de víctima”. Queremos que se tomen medidas adecuadas y sobretodo que el miedo no impregne la vida cotidiana de cada una de estas mujeres, incluyéndome a mí misma.

Algunas mujeres que han participado :

M.G.A. F.P. - Auxiliar de Clínica. 38 años. (Granada)

M.J.H.M. - Ciclo grado superior en administración y finanzas y Diplomada en Relaciones Laborales. 28 años. (Granada)

M.C.L.F. - F.P Peluquería. 39 años. (Granada)

M.K. - Estudiante de Farmacia (Granada/Marruecos)

J.M.L. - Antropóloga, Máster Relaciones Internacionales. 30 años (Granada/Madrid)

S.R. - Profesora. 38años (Granada)

F.L. - Estudiante. 42 años (Granada)

P. - Camarera. 30 años (Granada/Colombia)

A.M. - Ama de casa. 69 años (Granada)

T.E. - Abogada. 35 años (Granada)

C.D. - Estudiante de oposiciones. 43 años (Granada)

A.M. - Estudiante Módulo Grado Medio. 20 años. (Granada)

Jaritah Lu es antropóloga experta en Social Media e Investigación Socio-Cultural

El por qué del escandaloso crecimiento de las desigualdades



Por Vicenç Navarro

Si usted lee la prensa económica y la prensa popular, verá ahora varios artículos que intentan explicar el gran crecimiento de las desigualdades de renta y riqueza, atribuyéndolo a toda una serie de causas, desde cambios demográficos a cambios tecnológicos o al desplazamiento de los puestos de trabajo a otros países. El tema de las desigualdades ha pasado a ser un tema central, definido por el Presidente Obama como el más preocupante del siglo XXI en EEUU. Hay, pues, todo tipo de explicaciones para todo tipo de gustos.

Entre los que tienen mayor visibilidad, están los que atribuyen el elevado crecimiento de las desigualdades de renta al creciente diferencial de educación en la fuerza laboral, asignando este crecimiento a las diferencias de productividad entre los que están cada vez más educados (que tienen mayores salarios) y los que lo están menos (que tienen menores salarios). Esta explicación parecería razonable: a más educación, mayor productividad del trabajador o empleado y mayor salario. Las diferencias de salarios estarían, pues, causadas por este diferencial en la productividad de los trabajadores.

Ahora bien, el problema con esta explicación es que los datos no la confirman o, dicho de otra manera, los datos muestran que esta explicación aclara solo una parte muy pequeña (en realidad, pequeñísima) del crecimiento de las desigualdades. La tesis de la productividad laboral (que se centra en el nivel salarial correspondiente a cada nivel de productividad) no explica este enorme crecimiento de las desigualdades. Los datos están ahí para todo el que quiera verlos. El último informe sobre productividad y salarios en EEUU, escrito por el prestigioso Economic Policy Institute (EPI), de Washington, cuestiona la teoría de que el crecimiento de las desigualdades se debe al diferencial de conocimiento y productividad. Concluye, así, que todas las políticas públicas que quieren reducir el crecimiento de las desigualdades mediante el aumento de la educación de los trabajadores de menor cualificación serán dramáticamente insuficientes para corregir las enormes desigualdades. ¿Cuál es, pues, el origen de este crecimiento?

Las causas políticas del crecimiento de las desigualdades
Para responder a esta pregunta tenemos que salirnos del área del conocimiento económico para movernos en el área del conocimiento político (lo que se llama en el mundo anglosajón el contexto político). Como bien decía mi maestro Gunnar Myrdal, “detrás de todo fenómeno económico hay una realidad política”. Veamos los datos.

El EPI muestra como desde 1970 hasta 2013, la productividad en EEUU creció un 64,9%, mientras que el salario promedio de la mayoría de los trabajadores de EEUU (el 80% de la fuerza laboral en el sector privado) creció solo un 8%, ocho veces menos que el crecimiento de su productividad. La consecuencia de ello es que la gran mayoría de la riqueza creada por el trabajador, como resultado del crecimiento tan notable de su productividad, no repercutió en su compensación salarial. ¿A dónde fue, pues?

Uno de los gráficos publicados por el EPI muestra clara y diáfanamente donde fue. Desde 1978 hasta 2011 las rentas derivadas del trabajo bajaron del 53% al 44% del PIB, mientras que las rentas del capital subieron muy marcadamente. En otras palabras, la mayor parte de la riqueza producida por el trabajador fue a enriquecer a los propietarios de las empresas. No hay otra manera de leerlo. En realidad, el problema es incluso mayor de lo que aparece en el grafico, porque las rentas derivadas del trabajo incluyen también los salarios de los grandes empresarios y banqueros, salarios que son astronómicos (3.000 veces el salario del trabajador) y que no guardan ninguna relación con la productividad. Cuando los salarios de estos personajes se sacan del capítulo “rentas del trabajo”, se aprecia que la reducción de los salarios del 80% de la fuerza laboral es incluso mayor. El EPI también muestra que la diferencia entre los salarios de los graduados universitarios y los graduados en educación secundaria era mucho, mucho menor, que la diferencia entre aquellos que están en la cúspide salarial (los Bill Gates del país) y los graduados universitarios.

El debilitamiento del mundo del trabajo
Lo que ha estado ocurriendo es que las políticas públicas neoliberales iniciadas por el Presidente Reagan han favorecido enormemente a las capas sociales más poderosas a costa de todas las demás. Este era el objetivo de estas políticas públicas: debilitar al mundo del trabajo a costa de enriquecer al mundo del capital. Lean el informe del EPI y lo verán. Algo parecido ha pasado en Europa Occidental, y muy en especial durante estos años de crisis. Es lo que antes se llamaba “lucha de clases” y ahora ya no se cita por considerarse (por parte de la sabiduría convencional) un término anticuado, asumiendo, además, que no hay clases sociales. Los datos, sin embargo, hablan por sí solos. Hay clases sociales. Lo que ocurre es que se han redefinido. Hoy, la lucha de clases es entre una minoría que controla y gestiona el capital y todos los demás.

La solución al crecimiento de las desigualdades pasa por hacer lo opuesto a lo que se ha estado haciendo. Es decir, reforzar el mundo del trabajo a costa del mundo del capital. A aquellos que inmediatamente dirán que esto repercutirá negativamente en el crecimiento económico se les tendría que aconsejar que vieran los datos. Las tasas de crecimiento fueron mucho más elevadas cuando las rentas del trabajo eran más elevadas y las rentas del capital más bajas. El periodo 1945-1980 fue de mayor crecimiento que el de 1980-2012. Así de claro.
* Vicenç Navarro. Catedrático de Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra, y Profesor de Public Policy. The Johns Hopkins University 

jueves, 30 de octubre de 2014

Reformas al Código Penal: Un acto de "politiquería barata"



En una sesión a puerta cerrada, diputados y diputadas al Congreso Nacional aprobaron una serie de reformas al Código Penal para incrementar las condenas de reclusión para quienes cometan delitos contra operadores de justicia y titulares de los poderes del Estado; la junta directiva del Legislativo asegura que esas reformas  “son un mensaje contundente en la lucha frontal contra la delincuencia”. Sin embargo para los legisladores que se abstuvieron a votar, el gobierno hondureño ha convertido la represión del delito en un “acto demagógico”.

Y es que a dos semanas del asesinato de dos fiscales en San Pedro Sula, a manos de supuestos integrantes de una pandilla,  los legisladores reformaron el artículo 116 del Código Penal, referente al homicidio simple que incluye penas de 15 a 20 años de reclusión.

Otro de los artículos modificados fue el 222, mediante el cual se establece el delito de extorsión; las penas por este delito ahora oscilan entre 15 y 20 años, y si se comete contra un policía, un fiscal, un magistrado, un juez, contra el ministro de Defensa, ministro de seguridad o todos los que integran el Consejo Nacional de Defensa y Seguridad, o contra los diputados del Congreso Nacional a quienes se les amenace con que se les va quitar la vida, se le aumentará a un tercio esa pena.

Esas reformas, para el abogado y diputado de Libertad y Refundación –LibRe-, Jari Dixon Herrera, son un acto de demagogia y politiquería barata del actual gobierno cada vez que hay brotes y crisis de criminalidad.

“No podemos estar en contra de la represión del delito, pero tampoco podemos estar a favor de usar la seguridad del Estado o la seguridad de la población hondureña para hacer proselitismo político; sino se combate la criminalidad desde todos los puntos, desde todos los ángulos aquí no habrán resultados positivos”, dijo Herrera.


Asegura que el combate a la criminalidad resultará cuando los gobiernos implementen políticas públicas de prevención. “Ni los jueces, ni los diputados, ni los fiscales, todos los que integraron ayer se pueden sentir seguros porque aumentamos penas en el hemiciclo legislativo, es una farsa, nosotros no estamos dispuestos a seguir utilizando la seguridad del país en ese tipo de cosas”.

Fátima Mena, coordinadora de la bancada del Partido Anticorrupción –PAC-, coincide que la prevención es la que vendría a ayudar “bajar los índices de violencia y criminalidad”, para ello demanda que el gobierno de Hernández utilice de manera eficiente los fondos del “Tasón de Seguridad”.

“Este Tasón sigue siendo un gran misterio, en ese Tasón parte de los acuerdos es que mucho tenía que ir orientado para la prevención del delito, que eso lo que realmente va a bajar los índices de violencia”, expresó. 

Prisión de por vida por conspirar

La noche de miércoles, los llamados “padres de la patria” además modificaron el artículo 322, que califica de magnicidio cuando se dé muerte al presidente de la república, a los titulares del poder Legislativo y Judicial,  y a quienes constituyen el Consejo Nacional de Defensa y Seguridad. La pena por el delito de magnicidio será de 40 años de reclusión hasta la privación de la libertad de por vida.

El Código Penal en su artículo 324 establecía que por el delito de conspiración y proposición se cumpliría una pena de uno a dos años, pero con las nuevas reformas las personas que lo cometan guardarán 40 años de cárcel a privación de por vida de la libertad a quien esté conspirando o proponiendo causar muerte a los titulares de los tres poderes del Estado, o contra algún miembro del Consejo Nacional de Defensa y Seguridad y contra operadores de justicia.

Rasel Tomé, miembro de la Comisión de Asuntos Constitucionales, opina que las nuevas penas por el delito de conspiración son únicamente para atemorizar a la población y así no critique las malas acciones del gobierno en turno.

“Suficiente atribuciones y prerrogativas tiene un alto funcionario del Estado, estos que andan con muchos carros de seguridad, y además quieren intimidar a la gente para que no pueda criticar. La democracia es un juego de ideas, libres planteamientos; la crítica es parte del rol que le corresponde a los medios de comunicación, a los políticos de oposición y a los sectores organizados contra el gobernante”, arguyó Tomé.

Para organizaciones como el Centro de Prevención, Tratamiento y Rehabilitación de las Víctimas de la Tortura y sus Familiares –CPTRT-, el aumento de las penas o la privación de la libertad de por vida es “un trato cruel e inhumano”, pues se hace  caso omiso de que la dignidad de la “persona humana constituye una cualidad propia de la misma que le corresponde a todo ser humano” con independencia de sus características particulares.

Vallecito: Resistencia y Defensa del último Santuario Garífuna en Honduras



Entre Limón y Punta Piedra, sector fronterizo con el mar atlántico en el norteño departamento de Colón, se ha constituido una zona de encuentro y resistencia garífuna, desde donde se impulsa la protección de la esencia cultural Garinagu. 

Se trata de Vallecito, compuesto por mil 200 manzanas de tierra  propiedad de  6 cooperativas garífunas. En este sector  que forma parte del  corredor  de Trujillo y la Mosquitia, los conflictos son agudos y complejos. Personas vinculadas al crimen organizado,  terratenientes y políticos enlazados entre sí, mantienen el ojo puesto en este territorio ancestral garífuna.

“En medio del ambiente  de terror y muerte se ha agudizado el  conflicto de tierras entre nuestro pueblo  garífuna, y el  oligarca-terrateniente  Miguel Facussé  y la familia del ganadero Reinaldo Villalobos”, indicó Miriam Miranda coordinadora de la Organización Fraternal Negra de Honduras, (Ofraneh), una mujer con una valentía indescriptible.


Explicó que fue en un juicio desarrollado en 1997, cuando los garífunas ratificaron judicialmente  la legalidad de los títulos de la tierra, en contra del acusador Miguel Facussé, quien había sembrado 100 hectáreas de palma africana en el mismo terreno.

“Por su parte Villalobos se apoderó de manera ilegal de más de 70 manzanas del terreno, aunque él y su esposa murieron, su familia todavía tiene vigilada esta tierra con personas fuertemente armadas con metralletas y controlan el acceso a la playa”, explicó la dirigente garífuna quien el mes de julio sufrió un rapto por hombres armados.

Amenazas y atentados

Miranda junto a varios de sus compañeros garífunas fue atacada y raptada por hombres fuertemente armados, que resguardaban la zona donde, integrantes del crimen organizado estaban rehabilitando una pista de aterrizaje clandestina para narco avionetas que operan en el sector.

“La tierra donde está la pista es parte de las tierras tituladas a favor del pueblo garífuna por eso nosotros andábamos realizando una inspección, cuando de repente nos encontramos con esta situación que tenía una clara intencionalidad de desaparecernos, porque habíamos sido testigos de lo que estaba pasando con la pista clandestina”, indicó Miranda.

“Afortunadamente, las personas que habían logrado escapar a la captura y se habían enmontañados pudieron hacer un llamado de alerta y denunciar lo que estaba ocurriendo. Esto valió para que los hombres armados se fueran y pudimos regresar al campamento", agregó Miranda.


Defensa del territorio ancestral   
Vallecito significa la defensa del último santuario garífuna  y esto se ha convertido en una amenaza para grupos del crimen organizado,  políticos  y terratenientes según nos contó Félix Castillo de la comisión de tierras de la Ofraneh.
Para ellos como pueblo garífuna, según Castillo,  la lucha por el territorio que ancestralmente les pertenece, es de suma importancia, considerándolo como reserva territorial para la seguridad alimentaria y lugar para la construcción de la Universidad Garífuna.

“En junio del año 2010 logramos firmar un acta de compromiso con funcionarios del Instituto Nacional Agrario (INA) para remedir el terreno en Vallecito. Sin embargo las personas que tienen ocupado el terreno negaron la entrada a miembros del INA y del

Ministerio Público, impidiendo así la remedición acordada, sin embargo debido a la nuestras presiones hemos logrado que este año se siga con el proceso de medición”, indicó.

Un campamento de armonía garífuna

En la entrada de las tierras de Vallecito, desde hace varios años han instalado un campamento garífuna donde de vez en cuando  llegan delegaciones de diferentes países para solidarizarse con la lucha del pueblo negro por su tierra ancestral.

En nuestra visita observamos que  el ambiente armonioso del campamento  es interrumpido algunas  noches con ráfagas de ametralladoras que suenan a un aproximado de  kilómetro y medio. Sin embargo los bailes garífunas nocturnos que siguen el canto y el sonido de los tambores contagian el ambiente y obliga a echar de menos el sonido de las balas disparadas por integrantes del crimen organizado.

“En este lugar rodeado de muerte, hoy nosotros los garífunas estamos sembrando vida, cultura y esperanza. La tierra la cultivamos de  manera orgánica, usted puede observar que tenemos huertos familiares para nuestra alimentación”, manifestó Yilian David de la organización juvenil garífuna Nanigu.   

Vallecito futura ciudad modelo


Es conocido que Vallecito queda en una de las tres zonas para las futuras ciudades modelo. Las ciudades modelo estarán ubicadas en tres Zonas Especiales de Desarrollo (Zede), dos en el norte y una en el sur del país. Son zonas autónomas con propios gobiernos y legislaciones para fomentar el libre comercio y de esta manera atraer inversiones.

“En la zona de Vallecito existen múltiples recursos naturales que son de alto interés económico: minerales, petróleo, playas hermosas y tierras fértiles, por eso estas tierras son codiciadas por la oligarquía y la clase política hondureña”, manifestó Mirian Miranda de la Ofraneh.

Explicó que en el caso de Vallecito, cuyos habitantes disponen de títulos legales que no justifican desalojos, la estrategia de expulsión es la  ausencia estatal, dejando a las comunidades al libre mando de los terratenientes y sus grupos paramilitares en la zona.

“Lo mismo está pasando en la mayor parte de las comunidades garífunas ubicadas en el atlántico hondureño  donde la paz se ha perdido  a causa de la invasión de los territorios ancestrales     por los proyectos turísticos, la siembra de palma africana y la presencia del crimen organizado”,  indicó el joven dirigente garífuna Nahún Lalín.

“Pareciera que el Estado tiene un proceso de expulsión silenciosa del pueblo garífuna a través de industriales poderosos y programas turísticos que únicamente sirven para vender la cultura garífuna. Sin embargo nosotros estamos bien organizados y conscientes que es la hora de defender los que ancestralmente nos pertenece, de ser posible ofrendaremos nuestras vidas”, concluyó.

"Seguimos damnificados 16 años después del Huracán Mitch"



Entrevista con el analista Jerónimo Carranza (ERIC)

Se están cumpliendo 16 años después del paso del huracán Mitch, el huracán más destructivo de los últimos 30 años para Honduras. El Mitch pasó por América Central del 22 de octubre al 5 de noviembre de 1998 en la temporada de huracanes en el Atlántico. También causó miles de millones de dólares en pérdidas materiales.

“En este momento todavía seguimos afectados por el huracán Mitch, hay muchas obras de infraestructura que desde ese tiempo están destruidas, seguimos damnificados. Hay muchas familias que desde ese tiempo perdieron sus propiedades y están en la calle, hay muchas familias que perdieron sus viviendas y que a estas alturas no tienen viviendas,” dijo Jerónimo Carranza del área de Articulación del Equipo de Reflexión, Investigación y Comunicación (ERIC).

Según Carranza, 16 años después, la población hondureña y las propias autoridades no aprendieron las lecciones dejadas por el Mitch por lo que los niveles de vulnerabilidad ambiental en vez de disminuir van en aumento. Honduras es hoy más vulnerable que hace 16 años, según Carranza.


Amecate Corto (AMC) dialogó con Jerónimo Carranza (JC) sobre los 16 años del paso del Mitch por Honduras y la vulnerabilidad ambiental que agobia al país.

Huracán Mitch
AMC. ¿Estamos expuestos a otro fenómeno similar al Mitch?
JC. Ojalá que no. Ojalá que nunca tengamos un huracán de esa categoría. El huracán Mitch cuando se pronosticó se dijo que era de categoría 4. Hubiéramos desaparecido de Honduras si este huracán no hubiera terminado en una Tormenta Tropical, al final nos afectó como Tormenta Tropical estacionaria en el país.

AMC. ¿Lo superamos?
JC. En este momento todavía seguimos afectados por el huracán Mitch, hay muchas obras de infraestructura que desde ese tiempo están destruidas, seguimos damnificados, hay muchas familias que desde ese tiempo perdieron sus propiedades y están en la calle, hay muchas familias que perdieron sus viviendas y que a estas alturas no tienen viviendas. Ese fue un fenómeno que nos ha dejado tremendos malos recuerdos.

AMC. ¿Quiénes ganaron y quiénes perdieron?
JC. Ese fenómeno fue tristeza para unos y riquezas para otros, porque ayudas y donaciones las hubo por millones pero la gente no logró tener eso, y quién lo tiene ahora, esa es la gran pregunta.

AMC. ¿Cuál Honduras es la más vulnerable: la de 1998 o la de hoy?
JC. La de hoy es mucho más vulnerable. Lo poco que se había podido construir se destruyó y no se pudo volver a construir. Además los terrenos dañados tampoco se les dieron la atención y la tecnología necesaria para volverlos a rehabilitar.

Últimas lluvias


AMC. ¿Cuál es su valoración de lo que causaron las últimas lluvias en el país?

JC. Es el resultado de la forma cómo se enfocan estos temas. No ha sido un fenómeno de alta categoría, no llegamos ni a Tormenta Tropical y esas pocas lluvias nos han desnudado nuevamente la enorme vulnerabilidad que hay a nivel de infraestructura como a nivel de organización y toma de decisiones.

AMC. ¿Cómo explica la vulnerabilidad a nivel de infraestructura?
JC. Porque estamos hablando que desde el gobierno central hasta los gobiernos locales no hay una legítima política definida de gestión de riesgos. Más se trabaja en dar pequeñas respuestas, en salir hasta cuando ya han sucedido los fenómenos pero no tenemos una estructura gubernamental que esté preocupada por trabajar en la prevención y en la mitigación de los desastres naturales.

AMC. ¿Y las comunidades?
JC. Es otro tema que hay que reflexionar porque hay trabajos con las comunidades en cuanto a minimizar los impactos de los fenómenos naturales. 

AMC. ¿Cuál es el problema entonces?
JC. Las comunidades hacen lo que pueden. Aquí todos somos responsables. Un Comité de Emergencia Municipal tiene bajo su responsabilidad organizar y capacitar los comités de emergencia local, y no lo hace. Cuando vienen estas amenazas de fenómenos no hay respuestas de las comunidades.

AMC. ¿Para qué sirven las declaratorias de emergencias?
JC. Cuando se declara una emergencia es porque las autoridades tienen las posibilidades de echar mano de todo lo que se tiene. Creo que se hacen para dar una atención inmediata pero da la sospecha que tiene otros matices como para justificar la utilización de dineros, se presta para la poca transparencia.

AMC. ¿Cuál es la verdadera emergencia en estos momentos?
JC. Es que la emergencia de las comunidades se da con la pérdida de sus cultivos porque va a tener un impacto muy grande en la seguridad alimentaria. El enfoque que se le ha dado no está dirigido a brindar una atención a la rehabilitación de los procesos productivos. El problema en las comunidades se reflejará dentro de tres o cuatro meses.

Amenazas para Honduras


AMC. ¿Cuáles son las amenazas más frecuentes para el país?
JC. Son las inundaciones, los deslizamientos y también los terremotos. La sociedad hondureña está viviendo con esa realidad y también se está adaptando a vivir en esas condiciones.

AMC. ¿Cómo alimentan estas amenazas lo que llaman cambio climático?
JC. Nos está pasando la factura la forma como hemos hecho uso de los bienes naturales. Estamos amenazados seriamente con el cambio climático. Los campesinos no están produciendo lo que deben producir. Hoy tenemos fuertes temperaturas y luego tenemos fuertes lluvias. También cuenta las técnicas que usamos para producir. Es más fácil regar veneno para sembrar. Además una mala distribución de las tierras. En los valles está el ganado y en los cerros los campesinos.

AMC. ¿Estamos a tiempo para revertir esta alta vulnerabilidad?
JC. Sí estamos a tiempo. Creo que debemos tomar conciencia de lo que estamos viviendo. Creo que tenemos que trabajar duro con las comunidades. Tenemos que enseñarles a cómo recuperarnos, como aprender nuevas formas de trabajar para ir poco a poco reduciendo las vulnerabilidades.

AMC. ¿Cómo ejercer auditoría?
JC. Ese es un tema tan importante y todos deberíamos estar enfilados hacia ese tema. Las comunidades sienten que están siendo violadas desde su dignidad hasta en los propios recursos que tienen. El problema es que tenemos gobiernos que le tienen miedo a la organización, y una auditoría no se puede hacer si el pueblo no está organizado. El reto es trabajarlo con las comunidades.

La trama del poder


Rebelión

Por Raúl Prada Alcoreza

Hay que tocar el tema de la trama del poder desde, por lo menos, dos lugares, por así decirlo; el de la narrativa y el del desplazamiento efectivo de las fuerzas. En lo que respecta a la narrativa no es difícil seguir la construcción de la trama a partir de la figuración, configuración y re-figuración, momentos de la hermenéutica de las narrativas.  En lo que respecta al ejercicio efectivo del poder, no es tan fácil, pues no se trata de algo así como narrativa material de las fuerzas, pues las fuerzas no se comportan como narrativa, sino, mas bien, como una física, mejor dicho mecánica de fuerzas. Entonces, la dificultad radica en comprender las plurales formas, contenidos, expresiones, si se quiere, las plurales composiciones, secuencias, desenlaces, que asume el ejercicio del poder. No se puede encontrar, en este caso, una “lógica”, menos una estructura que orienta los acontecimientos. No hay pues una trama, sino entrelazamientos, entrecruzamientos, correlaciones de fuerzas, tejidos de fuerzas, que no derivan en una textura, sino en un campo abierto de texturas. Si es así, como decimos, ¿cómo explicar la persistencia y la reproducción del poder? La narrativa del poder pretende una “lógica” necesaria, inherente a la sociedad  misma, por lo tanto encuentra una estructura centralizada, que puede adquirir formas de descentralización, encuentra que la trama narrativa, que es discurso de legitimación, se repite en la historia. Sin embargo, estas son las pretensiones de la narrativa. ¿Qué ocurre entonces para que el poder aparezca como una característica de las sociedades humanas?

Como dijimos antes, el poder es conformado por la gente, es producido y reproducido socialmente, el poder se constituye e instituye institucionalmente. Son las instituciones que atrapan las fuerzas sociales, las capturan y las orientan en el sentido de la reproducción institucional. El poder es un fenómeno institucional. Son las propias dinámicas moleculares, capturadas institucionalmente, las que construyen y reconstruyen el poder. Si hay algo parecido a la regularidad del poder, a la reaparición del poder, en sus distintas formas, se encuentra en las composiciones sociales institucionalizadas. Sólo así podríamos explicarnos que después de una revolución que derriba al gobierno, que hace de Estado efectivo, los sublevados terminan conformando otra forma de gobierno, que hace de otra forma de Estado, si se quiere. Las instituciones no solamente son “exteriores”, es decir, son esas instituciones que observamos como arquitecturas jurídicas y políticas, sino también son las instituciones inscritas en el cuerpo, en los cuerpos, que hacen a la sociedad. No basta pues abolir una forma de gobierno, incluso una forma de Estado, yendo más lejos, no basta abolir un tipo de instituciones, pues la institucionalidad inscrita en los cuerpos termina haciéndolas emerger de nuevo. El problema entonces se encuentra en las subjetividades constituidas por el poder, en la larga historia del poder.

El problema se encuentra, por así decirlo, en la “interioridad” constituida por el poder. No se crea que esta “interioridad” es demolida por la simple declaración de asumirse como “revolucionario”, incluso con asumir las formas radicales del contra-poder. Estas asunciones, esta toma de posición, no dejan de moverse en la “exterioridad”, aunque puedan moverse en los bordes fronterizos de la “interioridad”. La herencia de subjetividades constituidas por el poder no desaparece tan fácilmente. Es menester desmontar esta internalización del poder, estos habitus, estos imaginarios, que pueden encontrarse diseminados en la cultura, en el lenguaje, incluso cuando se logra conformar climas culturales subversivos. El desmontaje, el desmantelamiento, la de-construcción de esta institucionalidad inscrita en los cuerpos, es una larga tarea de revolución cultural, de revolución civilizatoria. Ambos términos, revolución cultural y revolución civilizatoria, implican, desde ya, algo más fuerte de lo que significaban hasta ahora, en los discursos políticos e interpoladores. La revolución cultural interpela a la misma cultura, la revolución civilizatoria interpela a la misma civilización. La radicalidad de los sentidos radicales tienen que ver con liberar la potencia social, liberar la potencia de la vida, sin sujetarse a modelos, paradigmas, culturales y civilizatorios.

No vamos a detenernos en lo que queremos decir con esto de liberar la potencia social, liberar la potencia de la vida; nos remitimos a los ensayos donde escribimos sobre estos tópicos [1]. Lo que importa ahora es hacer hincapié en que ya no se trata sólo de des-constituir sujetos y constituir nuevos sujetos, sino en liberar la potencia y la capacidad de cada quien de auto-constituirse. Sólo así se podrá salir del círculo vicioso institucional; de esas formas institucionales “externas” que se internalizan, de esas formas institucionales “internas” que se exteriorizan y vuelven a formarse de distintas maneras. Liberada la capacidad creativa e inventiva se da lugar a flujos sociales de composiciones abiertas, plásticas, flexibles, cambiantes, de acuerdo a las expectativas de los y las asociadas. Lo que se conformaría ya no son instituciones estáticas y duras, por lo menos en periodos, incluso en épocas, sino matrices abiertas de transformaciones institucionales en devenir.

Entonces el “secreto” de la reiteración, la recurrencia la reproducción del poder, en sus múltiples formas, se encuentra en las semillas, usando esta metáfora agrícola, plantadas en los propios sujetos y en las propias subjetividades. Se trata entonces de otra estrategia de cultivo,  ya no plantar semillas, sino convertir a cada quien en un semillero, en un creador, inventor y productor de semillas. Esto dará lugar a una proliferación transcultural y trans-civilizatoria nunca experimentadas, potencias y posibilidades inherentes a las sociedades humanas y a los humanos. Potencias y posibilidades inhibidas precisamente por las institucionalidades centralizadas, conformadas a lo largo de las historias de las sociedades.

Se entiende entonces que no haya una trama del poder, sino en la narrativa, que no haya como una estructura original del poder, estructura que puede variar, empero repetirse, en sucesiones históricas, como una condena. Lo que hay es como el deseo de poder, que es, paradójicamente, deseo de dominación y deseo de ser dominado. Obviamente, este deseo no es natural, por lo tanto biológico, sino la huella inscrita por las violencias y dominaciones iniciales. Esta huella no se explica como “interioridad”; no se encontraba en ninguna “interioridad”, antes de ser internalizada; la huella aparece como inscripción, como hendidura en el cuerpo, a partir de relaciones de fuerza constitutivas de las sociedades.  De lo que se trata entonces, es de borrar la huella.

Son las narrativas del poder las que construyen los mitos del poder. Estas narrativas, si bien, no inscriben la huella, pues esta es una hendidura de las fuerzas en el cuerpo, lo que hacen es inscribir los sentidos de la huella en la memoria social. Entonces las sociedades capturadas por las instituciones terminan asumiendo estos sentidos, estas narrativas como realidad. La reproducción de las instituciones, de la malla institucional que hacen al Estado, como institución imaginaria de la sociedad, cuenta entonces con no solo el deseo de poder de los sujetos, sino con las narrativas, que dan cuenta de los significados de la llamada realidad. Se entiende pues que la reproducción de poder, incluso si éste cambia de formas, aparezca como si fuese natural. Es a este fenómeno social que llamamos fetichismo del poder.

Retrospectivamente se puede decir que, desde esta perspectiva crítica, las revoluciones estaban condenadas al fracaso. Cambian el mundo, el mundo no es el mismo; empero, es un nuevo mundo que restituye el poder, en sus distintas formas. Las revoluciones aparecen no solo como acontecimientos emancipadores, sino, paradójicamente, como el comienzo de una nueva forma de dominaciones. No es pues a una revolución a la que debemos orientar la potencia social, una revolución que sea el fin y el comienzo, el fin del pasado y el comienzo del futuro, sino a una borradura de la huella del poder. Esto es más que una nueva cultura, más que una nueva civilización; si se quiere también se puede hablar en plural, más que nuevas culturas, más que nuevas civilizaciones; se trata de una nueva forma de vida humana.

Las relaciones de poder están en todas partes
Ya lo dijimos que no se puede considerar que el poder se restringe al Estado, tampoco que tiene en el Estado a su centro; en esto seguimos a Foucault[2]. El poder está en todas partes, forma parte de las relaciones sociales, no de todas, por cierto, sino de esas relaciones sociales institucionalizadas, incluso de esas relaciones sociales, que aunque no estén institucionalizadas, forman como la contracara oculta de las instituciones. Nos referimos al mundo paralelo al mundo institucional, al mundo de la economía política del chantaje. Ya escribimos también sobre este mundo paralelo. Lo que nos interesa ahora es que no solo la malla institucional que hacen al campo burocrático, que hacen al campo político, por lo tanto, hacen a los campos que, son transferidos abstractamente a la idea del Estado, sino también las instituciones sociales, que aunque reproduzcan también al Estado, no son consideradas instituciones estatales [3]. Este conjunto institucional del llamado campo social está atravesado por relaciones de  poder. No solamente nos referimos a la familia, tampoco a la escuela, que, ciertamente, también pertenece al campo social en conexión al campo político, por su papel y función en la reproducción del Estado, sino también a las instituciones culturales como las que conforman los intelectuales. También tenemos que nombrar  a las Organizaciones no-Gubernamentales, que se reclaman ser parte del apoyo a la sociedad civil.  Por otra parte, hay un sin fin de organizaciones, empresas e instituciones económicas que, obviamente, son agenciamientos concretos de poder. Fuera de estas instancias se tiene toda clase de ceremonias que reproducen los códigos jerárquicos del poder. En estas ceremonias se encumbra a personajes reconocidos, se establecen referentes sociales. Abriendo el panorama, los medios de comunicación promocionan ya no sentidos comunes, sino lo que llamaríamos, de acuerdo a su tonalidad, sentidos enlatados. Las líneas editoriales  seleccionan lo que es publicable, de acuerdo a las demandas del mercado. Estamos ante múltiples escenarios donde plurales formas de poder repiten micro-economías-políticas del poder. En las universidades los profesores juegan sus propias estrategias de poder. Toda la sociedad, por lo menos la oficial, funciona reproduciendo micro-poderes.

Todos estos micro-poderes funcionan como produciendo micro-estados, como micro-instituciones imaginarias micro-sociales. Aparecen ahí los pequeños sátrapas, los singulares déspotas de estos micros-escenarios de poder. Lo que acaece con los gobernantes  acontece también con los micros-gobernantes de los minúsculos estados. La pugna, las simulaciones, las legitimaciones, la recurrencia a reglas y a dogmas. El fenómeno del poder no es un fenómeno del Estado, ni tampoco como centro, sino es un fenómeno extendido a la sociedad misma. La crítica de la economía política estatal hay que extenderla a la crítica generalizada de estas micros-economías de poder. No puede entonces sorprendernos la persistencia y la preservación larga del Estado, ya que es en toda la sociedad donde se reproducen estos micros-poderes. Como dice Foucault es esta micro-física del poder la que sostiene la figura mítica del Estado.

Por eso, si se toma el Estado, si se cambia su forma, no es suficiente para abolirlo, como pretenden las versiones radicales del comunismo y el anarquismo, pues, en la medida que subsistan los micros-poderes, los innumerables ámbitos de la micro-física del poder, el Estado, en cualquiera de sus formas, ha de reproducirse. Por eso, la abolición del poder no solamente es estatal sino en todos los campos sociales, la transformación no solamente es molar sino molecular. Esto es la liberación integral de la potencia social.

Hablando de narrativas, en estos escenarios de los micros-poderes también se conforman narrativas de poder a escala. Se trata de narrativas institucionales, narrativas relativas y adecuadas a la microfísica del poder. Narrativas familiares, narrativas de fraternidades, narrativas de congresos,  de colegios profesionales, de corrientes intelectuales, narrativas empresariales, narrativas de los medios de comunicación. Estas narrativas se encargan de hacer circular sentidos que conforman las memorias sociales a escala de estos espacios.

En toda esta micro-física de poder la economía política de género quizás juegue un papel estructurante en los ámbitos de los conglomerados de micros-poderes, en los espesores de las dinámicas de fuerzas de las múltiples relaciones de dominación, a escala de estos singulares escenarios micros-sociales. Los constructos sexuales responden a esta economía política de género; la modulación de los cuerpos es como la primera preparación de los terrenos para hacerlos aptos para el cultivo de las semillas del poder. Lo que se llama relación patriarcal es inaugural en la genealogía de las dominaciones.  

También en este caso las narrativas se han encargado de  dar sentido a estas dominaciones patriarcales, a las dominaciones de género, que son reconocidas como relaciones patriarcales. Hay, al respecto, toda clase de narrativas; narrativas religiosa, narrativas culturales, narrativas mitológicas, leyendas, ceremonias y ritos. También hay narrativas literarias, narrativas estéticas, así como narrativas políticas. La interpelación a las relaciones de dominación patriarcales requiere de la de-construcción de estas narrativas.

Los ciclos del poder
Hipotéticamente se puede hablar de ciclos de poder, así como se habla de los ciclos económicos, incluso en las tres temporalidades, ciclos de larga duración, ciclos de mediana duración y ciclos de corta duración. Los ciclos de larga duración del poder pueden corresponder a las formas, contenidos y expresiones de un característico bio-sistema-poder. Los ciclos de mediana duración del poder pueden corresponder a lo que comúnmente se llama forma de Estado. Los ciclos de corta duración del poder corresponden al ciclo gubernamental. Los gobiernos, efectivos mecanismos del poder centralizado como malla institucional, forman parte de estos ciclos, que por razones ilustrativas y pedagógicas, como primera aproximación, se las puede considerar como ciclos concéntricos. Colocando el ciclo gubernamental en el centro provisional de estos ciclos concéntricos.

Los gobiernos llamados progresistas no son otra cosa que ciclos de poder de corta duración, dentro del ciclo de mediana duración del poder – siguiendo nuestro esquema figurativo -. Sus singularidades propias, que tienen que ver con la formación discursiva neo-populista, incluso, aceptando su auto-denominación, con la formación discursiva del socialismo del siglo XXI, que tienen que ver con la administración del Estado rentista, transfiriendo parte del presupuesto a la inversión social, aunque sea esta, en muchos casos, de alcance coyuntural, que tiene que ver con la extensión e intensificación del extractivismo, combinado, en algunos casos, con revoluciones industriales, tecnológicas-científicas y cibernéticas, como en un desarrollo desigual y combinado contemporáneo, que tiene que ver con la continuidad del Estado-nación por los caminos de la simulación, no hacen otra cosa que manifestar las variedades posibles de los ciclos de mediana duración del poder.

Sobre la anterior hipótesis podemos sugerir otra: Los gobiernos progresistas no pueden dejar de seguir la curvatura del ciclo; la etapa de ascenso, si se quiere, y la etapa de descenso. No pueden de dejar de formar parte de la reproducción del Estado-nación, el Estado moderno, en sus variadas particularidades, oscilaciones y variaciones, casi imperceptibles. Por más que se ilusionen sus “ideólogos” de que hacen otra cosa, de que inauguran un nuevo horizonte político, no hacen otra cosa que repetir las variedades posibles de la reproducción del Estado.

Los gobiernos progresistas están acotados por los propios límites estructurales, introduciendo este término discutible, inherentes a los ciclos de poder mencionados. Cuando las condiciones de posibilidad histórica siguen siendo las mismas, cuando estas condiciones de posibilidad histórica corresponden a la forma, contenido y expresión del bio-sistema-poder donde emerge y se desarrolla el llamado sistema-mundo capitalista, los gobiernos progresistas terminan siendo dispositivos de poder del orden mundial, dispositivos de administración y transferencia de valores y riquezas en el sistema-mundo desde las llamadas periferias a los centros móviles del sistema-mundo. En última instancia, debemos explicar las contradicciones profundas de estos gobiernos progresistas a partir de estos límites estructurales de los ciclos del poder.

La pregunta es: ¿Cómo salir de los ciclos del poder? La pregunta epistemológica con relación a la anterior pregunta es: ¿Cómo se sale de un ciclo? Respuesta teórica: Del ciclo se sale por las líneas de fuga. Hay que escapar de su campo gravitatorio, que es el poder mismo. Hay que moverse inventando otros campos de fuerzas, abriendo ciclos en contantes desplazamientos. Para que ocurra esto se requiere salir del fetichismo del poder, del fetichismo del Estado, salir de la economía política del poder, escapar del fetichismo institucional, liberando la potencia social.
[1] Ver de Raúl Prada Alcoreza La explosión de la vida. Dinámicas moleculares. La Paz 2014.
[2] Ver de Raúl Prada Alcoreza Cartografías histórico-políticas. Dinámicas moleculares; La Paz 2014.
[3] Ver de Raúl Prada Alcoreza Diagrama de poder de la corrupción. Rebelión; Madrid 2013. Dinámicas moleculares; La Paz 2013. 

La economía está en debate en Nuestramérica

Rebelión

Por Julio C. Gambina

El proceso electoral en Bolivia, Brasil y Uruguay pone en discusión los modelos de desarrollo en la región, el presente, el pasado reciente y el futuro.
Incluso, la Argentina, a un año de la elección para renovación de autoridades nacionales abre el debate sobre el rumbo económico, el modelo productivo, el patrón de consumo y los beneficiarios de la estrategia o rumbo civilizatorio, incluso más allá del orden capitalista.

Desde el discurso mayoritario se sostiene una polémica que atrasa, entre mercado y estado, como si fueran aspectos autónomos o contradictorios. En un marco más reducido, la discusión pretende ir más allá para discutir otro orden económico de la producción y circulación de bienes y servicios, de las relaciones de intercambio y el consumo, más pensado en satisfacer necesidades amplias de la mayoría más desprotegida

Para que se entienda, debemos preguntarnos quien fue el que habilitó la liberalización de la economía local o mundial en las últimas cuatro décadas, es decir, el proceso de apertura de las economías, flexibilizando fronteras para la circulación de mercancías, servicios o capitales. El Estado ha sido el gran protagonista, quién sentó las bases institucionales de un cambio reaccionario que se remonta a las leyes de inversiones externas o de entidades financieras, en un marco de endeudamiento estatal deliberado que condiciona el presente.

Es más, el Área de Libre Comercio de las Américas, ALCA, cuyos principales beneficiarios eran los grandes capitales transnacionales, era negociada por los Estados nacionales. Del mismo modo que el Estado legisló múltiples tratados internacionales en defensa de la seguridad jurídica de inversores externos y para estimular la libertas de comerciar. Fue el Estado en tiempos de la dictadura que generó las condiciones originarias de posibilidad para consolidar desde el Estado en los años 90 del siglo pasado la reestructuración regresiva del orden capitalista local, reforma constitucional mediante, en condiciones similares en la economía regional y en el mundo.

Son los Estados los que organizan las reglas más o menos liberalizadoras del mercado y por eso interesa distinguir el carácter social, político y cultural que adquiere el Estado capitalista, o dicho de otra forma, distinguir en su seno las distintas correlaciones de fuerza. Para que se entienda lo que decimos vale pensar en términos políticos, que es lo que definió recientemente Bolivia con el triunfo del partido en el gobierno, y lo que hoy definen las elecciones de Brasil (segunda vuelta) y la Uruguay (primera vuelta), y lo que anticipa la temprana campaña electoral en la Argentina hacia octubre del 2015.

Incluso para ser más complejo el análisis, convengamos que Bolivia define en su Constitución el carácter plurinacional del Estado boliviano. Lo plural connota el objetivo civilizatorio de organización económica, política y social más allá de lo visible institucionalizado desde los tiempos de la independencia política ante el orden colonial. Ello supone el rescate de la cultura de los pueblos originarios, en un intento de síntesis de lo diverso contenido en las culturas civilizatorias contemporáneas, lo que se sustenta como estrategia de desarrollo en el vivir bien, o si se quiere en una perspectiva más amplia del socialismo comunitario del vivir bien.

Destaquemos que esa discusión no está contenida en el presente debate del proceso electoral brasileño, uruguayo o argentino. Estos están más urgidos por otra agenda, asociada a la posibilidad de sostener políticas que promuevan consensos renovados a una estrategia que sin modificar las condiciones institucionales y estructurales de los cambios acaecidos en las últimas décadas, promuevan iniciativas políticas y económicas de inserción protagónica en el orden capitalista contemporáneo. Brasil intenta ser parte de la disputa hegemónica del orden global desde su asociación privilegiada con China en los BRICS. Uruguay, desde los límites que le imponen los socios mayoritarios en el Mercosur, intenta juego propio en otros escenarios de la integración, incluyendo atractivos de valorización capitalista a inversores de Brasil o Argentina. Ambos procesos y la Argentina están discutiendo, desde el debate mayoritario, una inserción más o menos funcional a la hegemonía del libre comercio sin poder discutir un más allá del orden civilizatorio.

La discusión se procesa en condiciones de retracción de la actividad económica, local y global. El debate se angosta a las formas del ajuste económico y la distribución social del costo en su ejecución. Por eso el titular de la UIA alude a la ideología del “modelo económico” en la Argentina. Es un diagnóstico pronunciado en el coloquio de empresarios en Mar del Plata y que demanda como parte del colectivo empresarial, interesado en restablecer la tasa de ganancia, un clima de consenso, también ideológico, para una intervención estatal favorable a sus negocios. La pretensión de objetividad es negada desde la propia formulación para que el Estado sirva a los intereses del sector privado de la economía, una máxima de principios en los años noventa.

Pretendemos diferenciar como Bolivia y otros procesos en la región, desde sus concepciones de lo plural y una agenda para el desarrollo que dialoga desde una temporalidad de más largo alcance, pretende intervenir más allá del régimen del capital. Ni hablar de Cuba que se propone otro debate para el desarrollo desde su experiencia por el socialismo y que esta semana albergó en La Habana un encuentro del ALBA-TCP para aprobar una estrategia alternativa al combate al Ebola, con médicos y profesionales de la salud, más aportes en medicamentos y recursos monetarios para la emergencia sanitaria, que contrasta con el ejército de marines estadounidenses.

Apuntamos a destacar que discutir el orden económico supone definir rumbos de desarrollos, más allá del mercado y de las ganancias, para pensar en satisfacer variadas necesidades locales y mundiales.